Todas las bases y tecnología para alcanzar el éxito

Hace ya años que vengo oyendo que la industria química de Tarragona tiene los días contados, algo que, por supuesto, era y sigue siendo una afirmación errónea, como mínimo.

Ahora bien, para seguir siendo competitiva y sostenible debe llevar a cabo una pequeña o no tan pequeña revolución. Hagamos un análisis de la situación.

Debilidades

Gran parte de esas industrias son ‘sites’ de grandes multinacionales, cuyas decisiones estratégicas son tomadas a unos cuantos quilómetros de Tarragona, aunque no siempre sea así. También es cierto que la industria química es una actividad con pequeño margen de beneficio económico cuando se producen materiales básicos y no especialidades, y en nuestro caso las especialidades son aún pocas.

Amenazas

Si hay que hacer cambios realmente estratégicos a corto plazo y las decisiones no se toman cerca pueden ser lentas y llegar demasiado tarde. No ser capaces de invertir a tiempo para desarrollar plantas piloto claves para modernizar los procesos.

Fortalezas

Por otro lado, nuestra industria química ha demostrado que cuenta con capacidad de adaptación, ya que ha sido capaz de mejorar sus rendimientos, su seguridad y su compromiso con el medioambiente en los últimos años.

Además, la integración de las diferentes plantas de los polígonos es un ejemplo excelente de lo que es capaz de hacer cuando trabaja conjuntamente, en un caso de integración fantástico.

Oportunidades

En el ajedrez actual, que se deriva de la lucha contra el cambio climático, la geopolítica energética y logística, centrada sobre todo en la descarbonización de los procesos químicos y en lograr una verdadera química verde, la industria química de Tarragona tiene todas las bases y las tecnologías para alcanzar un éxito sin precedentes en la región del sur de Europa.

Es clave la existencia de industria auxiliar y de universidades y centros tecnológicos que pueden proveer del talento y de los desarrollos necesarios. Así podría tomar un liderazgo que se merecería, si hacemos las cosas bien, ante la transición energética y con la oportunidad de crear una red cerrada de energía y agua en la petroquímica.

Es una industria que sabe cómo trabajar con el hidrógeno, cómo usarlo y cómo capturar el CO2, de modo que sólo necesita decisiones estratégicas para destacar en Europa por su nueva tecnología, usando ambos componentes.

Ricard Garcia Valls, director de la Unitat de Tecnologia Química de Eurecat i profesor de ingeniería química de la URV.

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