Tarragona bate el récord de la década en accidentes laborales
La recuperación de la actividad dispara la siniestralidad en la provincia un 28% en este 2022. Los sindicatos lo achacan a «que las empresas aceleran la productividad tras la pandemia»
Un hombre de 59 años murió al precipitarse del tejado en un centro de formación de soldadura en La Pobla de Mafumet. Un trabajador falleció al caer de una cuarta planta mientras rehabilitaba la fachada de un edificio en Salou. En un almacén de Ikea en Valls un empleado fue arrollado por un camión que daba marcha atrás. Un hombre de 74 años perdió la vida al volcar un camión mientras descargaba arena en una empresa de preparación de hormigón en Constantí. Son cuatro fallecimientos durante la jornada de trabajo, todos ellos ocurridos en este 2022, que ilustran la parte más grave y cruda de la siniestralidad laboral, la que acaba con pérdidas de vida.
Los accidentes que tienen que ver con el trabajo se han disparado en el inicio de año en Tarragona, hasta lograr el récord de la década. De enero a marzo hubo 2.893, un 28% más que en 2021 y un 23% en relación a 2019, un año previo a la pandemia y, por tanto, ajeno a cualquier anomalía. Los accidentes globales alcanzaron en el primer trimestre las mayores cifras de la década en la provincia. El incremento se dio sobre todo en los percances leves pero también hay aumentos en los graves e incluso en los mortales si se compara con años anteriores. Los sindicatos ya han dado la voz de alarma y hasta han encontrado una explicación. «El año pasado ya vimos un aumento y ahora estamos comprobando que la prevención se ha dejado de lado para primar la productividad y la producción», explica Joan Llort, secretario general de UGT en Tarragona.
Mercè Puig, su homóloga de CCOO, opina en esa línea: «Hemos salido de la pandemia y las empresas quieren recuperar lo perdido. Eso a veces pasa por hacer más producción. Quieren acelerar los procesos y nos olvidamos de una parte muy importante como es la prevención, vamos muy acelerados y eso hace que las empresas, que ya venían de una cultura de invertir poco, aún agraven más la situación».
Repunte en 2021
Los datos del Observatori de Treball i Model Productiu reflejan que tampoco 2021 fue un buen año al respecto. La siniestralidad subió en Tarragona un 23% en relación a 2020, un año en el que había bajado por una pandemia que había generado numerosos y profundos parones en la economía. La cifra de 9.622 accidentes (la media aproximada es de 26 diarios) era inferior a la de 2019 pero mayor que la de 2018 o 2017.
Durante el año pasado 11 personas perdieron la vida trabajando en Tarragona: un fallecido en la central nuclear de Ascó por una fuga de dióxido de carbono; otro en Europastry, una fábrica de Montblanc, durante labores de mantenimiento; otro en una planta de compostaje de Botarell; y otro más en una cooperativa del Pla de Santa Maria son solo algunos ejemplos. «No podemos estar haciéndonos daño mientras trabajamos. A veces cuesta que haya controles, no hay suficientes inspectores y al final entras en un círculo vicioso porque las empresas no hacen suficiente prevención. Las mutuas externalizan servicios en prevención externa y eso al final es rellenar papeles pero no se se solucionan los problemas», indica Joan Llort, que añade: «No hay un sistema de seguir los procesos de seguridad, falta una evaluación continua, que los compromisos adquiridos se plasmen sobre un documento y se ejecuten».
Llort confía en que las mejoras recientes en el mercado laboral a raíz de la reforma, en cuanto a generación de puestos indefinidos y lucha contra los temporales, se noten también en términos de siniestralidad. «Sabemos que la precariedad siempre genera más incertidumbre y más inseguridad, así que ahora que se están estabilizando tantos puestos de trabajo esperamos que haya una formación adecuada al respecto», concreta.
Los sindicatos recalcan la importancia de la concienciación. «Siempre hemos destacado que la inversión de las empresas en prevención no es suficiente, se le da muy poca importancia al tema, y eso es un problema. A través de nuestros delegados intentamos revertirlo pero en ocasiones es en lo último en lo que se piensa», subraya Mercè Puig.
Más graves en la industria
Casi el 71% de los accidentes registrados en las comarcas tarraconenses en 2022 correspondían al sector servicios, mientras que el 14% son en la industria, el 11% en la construcción y el 4% restante en la agricultura.
La recuperación de los servicios, tras lo peor de la pandemia, también ha traído un incremento de la siniestralidad del 47%, en relación con 2021. Dentro de los servicios, las actividades sanitarias, la administración pública o los trabajos ligados a edificios o jardinería concentran una buena parte de los percances. Eso sí, cuando el imprevisto es de especial afectación, hay cambios: el ámbito industrial aglutina la mitad de los siniestros graves: 6 de 12.
El Tarragonès, con 1.102 accidentes en el primer trimestre, es la comarca con una siniestralidad más elevada, por delante del Baix Camp (886). A mucha distancia, en tercera posición, aparece el Baix Ebre (257). El Camp de Tarragona, por su mayor población y tejido industrial, concentra ocho de cada diez percances y las Terres de l’Ebre el 20% restante.
También crece la accidentalidad in itinere, la que se produce en el trayecto del domicilio del trabajador a su puesto. De enero a abril de este 2022 ha habido 317 en Tarragona, un 10% más que en el mismo periodo de 2021 (288) y un 18% más en relación a 2018 (268), un periodo previo a la pandemia y, por tanto, no condicionado por el impacto laboral de la Covid-19.
UGT ha denunciado el incremento de la siniestralidad este año, con 31 muertes en Catalunya desde enero, siete más que en el mismo intervalo del año anterior. El sindicato apunta que la mayoría de siniestros «se podrían haber evitado con medidas preventivas idóneas». Voces sindicales indican que, como ya sucedió con la crisis financiera desatada a partir de 2007, la recuperación económica esta vez también ha venido acompañada con un incremento de los accidentes.
Si se toma una mayor perspectiva histórica, el aumento es aún mayor en Tarragona. En la última década, la siniestralidad en la provincia se ha disparado un 52%: de los 1.902 sucesos de 2012 a los 2.893 actuales. Bien es verdad que hace diez años los índices de paro eran bastante mayores y, por tanto, había menos gente trabajando que ahora. Los tres fallecidos de enero a marzo son también una cifra elevada, en la medida en que igualan el peor registrado de la década, que fue curiosamente en 2020, en el periodo previo a que estallara la emergencia sanitaria por el coronavirus.
El informe ‘La prevenció en el centre de la recuperació’ de la UGT mantiene que «la siniestralidad crece en línea con la mejora del PIB» y asegura que existe un «déficit» en políticas de prevención en las empresas. Exige «más recursos» a Inspección de Trabajo.