¿Qué usos se le pueden dar al CO2?
Transformar el gas que se emite a la atmósfera en petróleo sintético o metanol son algunas de las posibilidades
El dióxido de carbono (CO2) es un gas incoloro, inodoro y compuesto por oxígeno y carbono. Aunque no siempre seamos conscientes, el CO2 convive con nosotros en el día a día. A nivel doméstico, está presente en bebidas carbonatadas, como agua, cervezas y refrescos; en extintores de incendios y en la conservación de los alimentos, ya que crea una atmósfera protectora, que prolonga su vida útil. Es el caso de las ensaladas al vacío o de las patatas fritas.
Pero el CO2 también es el enemigo número uno del planeta. «La Tierra está habitada por ocho mil millones de personas. Si utilizamos recursos fósiles, como el carbón, el petróleo o el gas natural, para abastecernos de energía, emitimos muchas toneladas de CO2 a la atmósfera, que es el principal causante del cambio climático». Son palabras de Miriam Díaz de los Bernardos, directora de la Unidad de Tecnología Química de Eurecat y directora de la xarxa H2CAT. No obstante, como apunta esta doctora en química, si el CO2 es fuente de problemas, también forma parte de la solución ya que con él se pueden fabricar combustibles sintéticos, con cero emisiones.
«En esta transición energética, el hidrógeno es clave. Siempre ha existido, pero ahora es muy importante porque lo podremos producir enteramente con energía renovable. Es decir, a partir de energía eólica o solar». Es el hidrógeno verde, que se obtiene a partir de la electrólisis del agua, que consiste en la separación de la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno mediante la aplicación de energía eléctrica renovable. Sin embargo, «solo produciendo hidrógeno no llegaremos a cambiar nuestro sistema productivo», explica Miriam, quien añade que «la industria petroquímica necesita petróleo para fabricar todos los productos químicos que utilizamos y esto solo con hidrógeno no es posible ya que el combustible necesita carbono. ¿De dónde lo sacamos? Una de las posibilidades es utilizar el CO2 que emitimos a la atmósfera a través de las industrias intensivas, como la petroquímica, la metalúrgica o la cementera».
Combustible sintético
Pero para ello, en primer lugar hay que capturarlo. «Una vez almacenado, de este CO2, mezclado con hidrógeno verde, se obtiene petróleo sintético, que es el que necesita la petroquímica para elaborar sus productos», señala Miriam. Se trata de un combustible que se puede utilizar en los motores de los vehículos actuales. «De igual manera, se puede obtener metanol renovable, que se utiliza para producir una gran variedad de químicos». El metanol es el alcohol más sencillo, presente en un gran número de productos como tintes, disolventes, anticongelantes o adhesivos. «También podemos obtener directamente etileno, el compuesto químico con más mercado mundial, con el que se produce el polietileno y el polipropileno, que es la base de los plásticos. Es decir, podemos llegar a producir plásticos partiendo de químicos de origen renovable».
Economía circular
El objetivo de todo ello no es otro que llegar a un modelo circular perfecto. «Todos los residuos que producimos los tenemos que reutilizar, pero utilizando energía renovable. Por ejemplo, producimos hidrógeno a partir de energía eólica y lo almacenamos. Convertimos este hidrógeno y CO2 en petróleo, que utilizamos para movernos. En este punto sí que habrá emisiones de CO2, pero se podrán volver a capturar y a volver a comenzar el ciclo».