Nuevo comienzo en las ayudas nucleares

El Govern busca un giro en el Fons de Transició Nuclear: menos peso de los municipios y más proyectos empresariales de alto impacto

Borrón y cuenta nueva. Fresh start. Un nuevo comienzo. Es lo que pretende el nuevo Govern de la Generalitat con el Fons de Transició Nuclear. Lo de 2023 (tampoco lo de 2022) no se puede repetir, y no va a repetirse. Es decir, que 73,5 millones de euros de los 83 millones de euros con los que se dotó en 2023 este fondo (hasta un 88,5% del presupuesto) se ofrecieran a 96 municipios sin apenas acompañamiento técnico, con unos proyectos presentados por esos municipios que, en más de la mitad de los casos, no cumplían con los objetivos marcados por el fondo.

Con esta Administración, eso no sucederá más. O, por lo menos, eso es lo que parecen querer transmitir. Se van a invertir las proporciones, y los proyectos empresariales de alto impacto van a ser los principales beneficiarios.

Pensado para buscar alternativas económicas ante el apagón nuclear decretado por el gobierno español que a partir de 2030 afectará al área de influencia de las centrales nucleares de Ascó y Vandellòs II, con un impacto directo sobre alrededor de 3.000 trabajadores, este fondo va a cambiar profundamente el modelo de gestión que siguió el anterior Govern.

Así lo dejó caer el nuevo Ejecutivo en la reunión del Òrgan de Govern del Fons de Transició Nuclear celebrada el pasado 1 de octubre en Móra d’Ebre (la primera a la que asistía) y así lo ratificaron ayer en la reunión que se celebró en la sede del Consell Comarcal del Baix Camp, en Reus.

Transmitieron dos mensajes fundamentales: esto va a cambiar, pero ningún municipio va a quedar atrás. Si en la primera reunión a la que asistió el Govern se alertó de que 54 de los 96 proyectos presentados por los municipios no encajaban con el propósito de impulsar actuaciones orientadas a la creación de «nuevos puestos de trabajo», la «promoción económica» y la «transición energética», con una «vinculación inequívoca» con estos objetivos, ayer todos los suspendidos pasaron el corte. Aprobado general.

Tras un intenso trabajo de revisión y acompañamiento, los 96 municipios beneficiarios de este fondo podrán cobrar la segunda distribución de 2023, que llegará entre finales de este 2024 e inicios de 2025. Serán 54 millones de euros que, con los ya cobrados en el adelanto que el anterior Govern abonó en enero de 2024 a estos municipios gobernados mayoritariamente por ERC y Junts, sumarán 73,5 millones de los 83 presupuestados para ese año.

Un ejercicio en el que, en comparación, apenas un 4% del presupuesto (3,4 millones de euros) se destinó a inversiones empresariales de alto impacto, que se vieron también superadas por los 6,2 millones de euros dedicados a dos proyectos del Consorci de Polítiques Ambientals de les Terres de l’Ebre (Copate): el impulso de la marca ‘Reserva de la Biosfera de las Terres de l’Ebre’ y el proyecto ‘Smart Rural Ebreterritori-Ebremobilitat’ para desplegar una red de cargadores de vehículos eléctricos de alta velocidad en todos los municipios de las Terres de l’Ebre.

A partir de este 2024, pero especialmente desde 2025, estas proporciones se van a invertir. Habrá mucho más enfoque en proyectos impulsados desde las empresas y mucho menos en los municipales. La creación de una oficina técnica, coordinada por el Govern y en la que participarán los consejos comarcales del área de actuación del Fons de Transició Nuclear, así como los ayuntamientos de Ascó y Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant, debería servir para encarrilar esta nueva estrategia.

En la reunión celebrada ayer se trabajó, además, en la definición de la nueva línea de ayudas propia impulsada por la Generalitat de Catalunya que se destinará a empresas ubicadas en el territorio del Fons de Transició Nuclear. Esta subvención, que se pondrá en marcha en 2025, se destinará a «proyectos de nuevas inversiones, de generación de puestos de trabajo, de digitalización, de ahorro y transición energética y de reindustrialización».

Un concepto, este último, nada menor. Por primera vez, el Fons de Transició Nuclear, pensado para dar respuesta a lo que claramente es una pérdida de puestos de trabajo industriales, habla de reindustrializar.