Tormentas de verano: ¿Cómo podemos conducir de forma segura?
ALD Automotive aporta diferentes consejos sobre cómo llevar a cabo nuestros desplazamientos en coche con la máxima seguridad ante las tormentas de verano.
Cuando el calor aprieta, con el sol a pleno rendimiento y con unas temperaturas excesivamente altas en muchas zonas de nuestro país, es fácil que, en ocasiones, se formen y se produzcan las conocidas tormentas de verano. Así, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha alertado, durante el último fin de semana de agosto, de una DANA subtropical que traerá tormentas fuertes y lluvias intensas a diversas zonas del territorio nacional, entre las que se encuentran Barcelona, Llérida, Girona, Huesca, Valencia, Soria, Teruel, Zaragoza, Tarragona y Castellón.
Cabe recalcar que estas tormentas normalmente descargan mucha agua en muy poco tiempo y, a veces, vienen acompañadas de rayos, truenos e incluso granizo, por lo que debemos saber cómo reaccionar y cómo aumentar nuestra seguridad para minimizar los riesgos si ésta nos pilla dentro del coche. Por ello, desde ALD Automotive aporta diferentes claves sobre cómo debe ser la conducción en esos momentos y, sobre todo, cuál debe ser el mantenimiento del vehículo para conducir en condiciones óptimas en estas circunstancias:
En primer lugar, cuando comienza a llover, además de reducir la velocidad, uno de los aspectos más importantes es mantener una buena visibilidad de la carretera. Para ello, es necesario que las escobillas limpiaparabrisas, la luna delantera, el aire acondicionado y el sistema de iluminación se en encuentren en perfecto estado.
Escobillas: Aunque pudiera parecer que cuando llega el calor no son necesarias, es importante revisarlas de cara al verano. En primer lugar, por las tormentas, pero también porque con el calor, el caucho que entra en contacto con la luna, es cuando más se deteriora y pierde sus propiedades, de forma que además de hacer ruido cuando se desliza sobre la luna, deja de efectuar una limpieza correcta, aumentando la mala visibilidad.
Luna delantera: También es primordial que el conductor esté pendiente de que la luna esté en unas condiciones óptimas. Además de comprobar que no hay ninguna rotura, mantener el cristal lo más limpio posible contribuye a que ante una tormenta o cualquier otra situación, la luna mantenga la máxima visibilidad posible.
Aire acondicionado: Aunque normalmente no apreciamos la importancia del aire acondicionado en la visibilidad del vehículo, éste desempeña una función esencial, ya que las intensas tormentas y los cambios bruscos de temperatura provocan que se empañe el cristal del coche por la acción del vapor de agua. Por eso, para garantizar una buena visibilidad, es necesario conectar el aire acondicionado, que creará una corriente de aire que desempañará los cristales.
Luces: Cuando la tormenta descarga mucha agua en muy poco tiempo, se forman cortinas que dificultan la visibilidad a muy corta distancia. Por eso, es importante tener un buen sistema de alumbrado, no solo para que el conductor vea mejor el carril, sino también para ser vistos. Comprobar que todas las luces funcionan, incluidas las antiniebla, es la mejor manera de prevenir un percance en caso de tormenta. En el caso de que la falta de visibilidad sea completa, se recomienda detener el coche en un lugar seguro y señalizarlo adecuadamente con el sistema de luces.
Asimismo, con el asfalto mojado es importante contar con un buen sistema de frenado y asegurarse de que los neumáticos están en condiciones óptimas, con la presión adecuada y la línea de rodadura en buen estado, para evitar, en la medida de lo posible, la pérdida de adherencia. Si ello ocurriera por las balsas de agua de la carretera y se produjera el temido efecto aquaplaning, se debe mantener el volante firme y recto y evitar pisar el embrague.
Es importante recalcar que el vehículo es uno de los lugares más seguros para pasar una tormenta eléctrica ya que, en caso de que una descarga alcanzara el coche, dentro de él se produce el efecto “jaula de Faraday”, por el que la electricidad fluye por las superficies metálicas exteriores sin entrar al interior y descargándose en el suelo. No obstante, la cantidad de agua descargada en la tormenta y la fuerza con la que lo hace sí puede entrañar riesgos, por eso, con todos los elementos del vehículo en buen estado, solo queda mantener la calma y realizar una conducción responsable y segura.