Los tarraconenses tendrán que vivir con tipos altos de interés hasta el año 2025
El BCE y la Reserva Federal de EEUU se acercan al final del ciclo de subidas, pero los hogares más endeudados sufrirán la resistencia a la baja de los precios
Tipos de interés altos durante más tiempo de lo previsto. Es el mantra que desde hace meses anticipan los principales bancos centrales del mundo, incluso ahora que las políticas monetarias se acercan al final de este meteórico ciclo de subidas. Nunca antes se había vivido algo similar.
Desde que en marzo de 2022 la Reserva Federal estadounidense (Fed) se embarcara en la lucha contra la inflación, el organismo ha acometido diez subidas de los tipos de interés. Del 0% al 5,25% en apenas un año. Y casi con la misma rapidez se ha movido el Banco Central Europeo (BCE), que desde julio de 2022 ha elevado en ocho ocasiones su tasa de referencia, del 0% al 4%.
Esta semana, ambos organismos han dejado claro que los niveles actuales de inflación -del 4% en EEUU y del 6,1% en la zona euro- dejan margen para acometer un par de subidas más este año. Así que, el techo está muy cerca. Pero eso no implica que el siguiente paso sea a la baja. Ni mucho menos.
Los consumidores están condenados a vivir en un escenario de tipos altos al menos hasta 2025, cuando se prevé que la inflación se acerque al objetivo del 2%. «La política monetaria restrictiva está siendo menos efectiva que en otras ocasiones», explica Pedro del Pozo, director de inversiones de Mutualidad de la Abogacía. Y esa lentitud en su transmisión -se estima que las subidas de tipos tardan tres o cuatro trimestres en llegar a la economía real- indica que lo peor está por llegar, en forma de una desaceleración que, de nuevo, afectará más a los hogares endeudados.
Más familias vulnerables
El Banco de España advierte que con una subida de tipos de 400 puntos básicos (como la acometida desde julio), el porcentaje de hogares vulnerables -aquellos en los que la carga de deuda supera el 40% de su renta- se incrementaría del 10,4% actual al 13,9%. En términos absolutos, esto implica que a las 1.120.000 familias que ahora destinan cuatro de cada 10 euros de sus ingresos a pagar deudas, se sumarían 380.000 más, hasta sobrepasar los 1,5 millones de hogares vulnerables. Y todo en un entorno en el que los intereses de los préstamos -tanto al consumo como a vivienda- no han parado de subir, al calor de esa política restrictiva del banco central.
Todos coinciden en que la restricción al crédito irá a más. «Los flujos netos a las empresas ya se están contrayendo y, si bien los hogares aún se habían visto poco afectados por las restricciones, es probable que estas sean más acusadas a la vuelta de las vacaciones», anticipa Patrice Gautry, economista jefe de Union Bancaire Privée. A cambio, parece difícil que la ‘cara A’ de las subidas de tipos -la esperada mejora en la remuneración del ahorro- llegue en el corto plazo.