Los ataques a buques en el mar Rojo no han afectado, por ahora, al Port de Tarragona
La Autoritat Portuària asegura que debería complicarse mucho más la situación para que los coches importados de Asia no llegaran a los concesionarios
Los ataques a buques comerciales en el mar Rojo efectuados por los rebeldes hutíes en Yemen, que han llevado a algunas de las principales navieras globales a suspender sus operaciones en la zona, ponen en jaque a la cadena de suministros global y amenazan con impactar en países importadores de petróleo y gas.
Fuentes del Port de Tarragona han asegurado al Diari que este bloqueo afecta sobre todo al tráfico de contenedores con Asia y que «afectar a otros puertos del Mediterráneo, pero no a Tarragona». Sí que de aquel continente llegan coches de Corea, «pero no se ha notado aún. Es demasiado reciente la situación».
De cara al futuro, las mismas fuentes no han querido avanzar acontecimientos. «Aún es pronto. Hablamos de un tráfico con una frecuencia de llegada menor que otros. Debería complicarse mucho más la situación en el Mar Rojo para que los coches importados de Asia no llegaran a los concesionarios».
La principal firma mundial de transporte de mercancías por capacidad de carga, Mediterranean Shipping Company (MSC), ha vetado temporalmente el paso de sus buques por el corredor marítimo que une Asia y Europa a través del canal de Suez, una medida que han replicado este lunes la petrolera BP y las navieras chinas COSCO, OOCL y Evergreen Marine.
Los recientes ataques con drones y misiles por parte de rebeldes hutíes de Yemen, aliados de Irán, empujan a las compañías a buscar rutas alternativas, principalmente a través del cabo de Buena Esperanza, al sur de África, un trayecto que puede sumar díez días de viaje hacia Europa desde el Golfo, y aún más desde los puertos asiáticos.
La francesa CMA, la danesa Maersk y la alemana Hapag-Lloyd, entre otras, han renunciado también a la ruta por el mar Rojo ante el recrudecimiento de los ataques en los últimos días.
La marina británica ha alertado este lunes de dos nuevos incidentes frente a las costas de Yemen, mientras que la noruega Iventro Chemical Tankers ha comunicado una agresión contra uno de sus buques cisterna.
Ruta comercial crucial
Por el mar Rojo pasa en torno al 12 % del suministro de crudo mundial y el 8 % del gas natural licuado (GNL) transportado por vía marítima, por lo que la interrupción del paso de buques supone un trastorno para países importadores de energía como España, que el año pasado importó cerca de un 5 % del gas desde Catar, según explica a EFE Gonzalo Escribano, director del programa de Energía y Cambio Climático del Instituto Elcano.
La situación preocupa asimismo al resto de países europeos que en los últimos años han hecho esfuerzos por sustituir a Rusia por otros proveedores de gas y reaviva además el temor a una crisis en el comercio global.
«A no ser que se haga algo para asegurar la ruta (del mar Rojo) frente a las interrupciones de los hutíes, podríamos ver un repunte de los costes que podría pesar sobre la recuperación global en 2024», apunta igualmente Michael Hewson, analista de la consultora CMC Markets.
Las tarifas del flete marítimo (el coste que se abona por el transporte de mercancías) han subido ya entre un 30 % y un 40 % a raíz de los problemas en el mar Rojo, resalta Escribano, que recalca que algunas navieras pueden tener ya problemas para encontrar buques capaces de asumir la larga ruta que rodea África hasta Europa.
Conflicto geopolítico
Los expertos subrayan las diferencias entre la actual crisis y el bloqueo que sufrió el canal de Suez en 2021, cuando el portacontenedores Ever Given atascó el paso marítimo durante varios días.
Así, Escribano afirma que el «estrés logístico» es en esta ocasión menor, porque la navegación no está completamente cerrada, pese a los problemas de seguridad, y potencias como China, Estados Unidos o Reino Unido pueden aplicar estrategias de «disuasión y vigilancia» para tratar de minimizar las amenazas de seguridad.
Al mismo tiempo, el «think tank» Foreign Policy Research Institute considera que «es poco probable que los ataques cesen» a corto plazo y que «podrían de hecho escalar aún más, mientras la campaña de Israel (sobre Gaza) continúe».
Nicholas Brumfield, investigador del centro estadounidense, sostiene en un informe que la intensificación de la campaña de agresiones de los hutíes es una respuesta a los ataques isralíes sobre la Franja y que, al contrario que Hizbulá e Irán, los rebeldes yemeníes pueden estar interesados en una extensión regional del conflicto.