La industria química de Tarragona quiere seguir liderando la descarbonización

El polo petroquímico de Tarragona reivindica su papel central en la transición energética del sector industrial, durante la celebración de la Jornada Anual 2024 de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT)

Descarbonización, circularidad y tecnologías puente que permitan la transición energética. Son tres conceptos que sonaron con fuerza durante la celebración de la Jornada Anual AEQT 2024, organizada por la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT) en el Tinglado 1 del Moll de Costa de Tarragona, donde se abordaron los retos que afronta la industria química de Tarragona para cumplir con los objetivos de descarbonización fijados por la Unión Europea (UE) para los años 2030 y 2050.

En esta jornada se hizo balance del trabajo hecho por esta asociación a lo largo del año, pero también se miró hacia el futuro, con una breve exposición del nuevo Pla Estratègic 2024-2028 a cargo de Ignasi Cañagueral, presidente de la AEQT.

En su comparecencia de apertura de la jornada, Ignasi Cañagueral destacó varias «claves de éxito» contenidas en este plan, entre las que se encuentran la seguridad y el medio ambiente, la circularidad y la descarbonización, la competitividad y la innovación y, por último, la comunicación y el posicionamiento público social de las empresas adheridas a esta asociación.

Sobre la competitividad del polo petroquímico más importante del sur de Europa, Cañagueral defendió que el futuro pasa por «contar con productos diferenciados y electrificarnos con electricidad baja en carbono», a la vez que se aumenta la generación eléctrica. «Necesitamos tres veces más electricidad de la que consumimos ahora -destacó Ignasi Cañagueral- para alcanzar los objetivos de descarbonización en el horizonte de 2030».

Pero, junto a esta electrificación de la industria, Ignasi Cañagueral advirtió de que «hay procesos difíciles de descarbonizar (hard to abate), y por eso necesitamos capturar el CO2 y almacenarlo cerca». En este sentido, el proyecto TarraCO2, liderado por Repsol y avalado por la Comisión Europea en la última concesión de ayudas competitivas del Fondo de Innovación de la Unión Europea, que estudia poner en marcha un almacén de CO2 frente a la costa de Tarragona, es una gran oportunidad para conseguir las infraestructuras necesarias para seguir compitiendo a escala europea y global.

«La capacidad de almacenar cerca ese CO2 capturado de los procesos difíciles de descarbonizar -destacó Ignasi Cañagueral- marcará la diferencia, y las inversiones vendrán aquí solo si demostramos que somos competitivos. Hemos de ganar competitividad, y hacer productos que no fabrican en China».

«La otra palanca -prosiguió el presidente de la AEQT- es la desfosilización, convirtiendo los residuos en materia prima, y aquí en Tarragona tenemos un gran potencial». La circularidad, junto con la descarbonización, fue el segundo gran eje de la jornada de ayer, donde se habló también de hidrógeno, con una ponencia a cargo de José Miguel Bermúdez, analista de la Agencia Internacional de la Energía.

Una mesa redonda centrada en la descarbonización sirvió para analizar los retos y oportunidades en esta materia -con la participación de la Universitat Rovira i Virgili (URV), el Institut Català d’Investigació Química (ICIQ) y Ciments Molins-, que precedió al cierre de la jornada a cargo del conseller de Empresa i Treball de la Generalitat de Catalunya, Miquel Sàmper.

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