Nuevos desafíos para una nueva realidad
Un artículo de Xavier Garcia Perera, director general de Garcia Riera
El trastorno causado por la pandemia y la guerra de Ucrania sitúan a la economía mundial en un contexto lleno de dificultades, con cadenas de suministro inestables y altos niveles de inflación debidos a la escalada de los precios de la energía. Esto sumado a la creciente alarma en torno a la crisis climática, uno puede percibir que las perspectivas de la economía mundial y, en concreto, del sector de la construcción, son desafiantes.
En este contexto de incertidumbre, las empresas debemos ser conscientes de los peligros que se avecinan y aplicar criterios de prudencia en nuestras operaciones que nos hagan más resilientes. Venimos de tiempos marcados por grandes dificultades, como el aumento de los costes de los materiales, la escasez de mano de obra y el estancamiento de la productividad. Sin embargo, también se presentan una gran cantidad de nuevas oportunidades para aquellas empresas que sean capaces de adaptarse a la nueva realidad.
Las empresas constructoras, en nuestro papel como agentes de desarrollo económico, social y medioambiental, hemos de asumir un rol protagonista en esta adaptación de la economía. Debemos aprovechar nuestra capacidad de impacto e influencia para transformar y mejorar las comunidades y los ecosistemas en los que operamos. Migrar hacia estos modelos es una responsabilidad ineludible.
Nuestro sector es el mayor consumidor de energía de Europa, lo que hace necesario la implementación de medidas medioambientales para mitigar el impacto. Una mayor sostenibilidad es necesaria para cumplir con los requisitos reglamentarios, las exigencias de los inversores y fortalecer el compromiso con la sociedad, adoptando para ello modelos vinculados a los criterios ESG.
Otro gran reto que tenemos por delante es la digitalización del sector; que no tiene como objetivo disminuir los equipos de trabajo o sustituir a las personas, sino que estas sean más eficientes, productivas y colaboren en el crecimiento empresarial. Y el primer efecto de digitalizar procesos es la automatización de tareas y su consecuencia es la rentabilidad de los equipos de trabajo que pueden enfocarse en tareas más productivas. No sólo se fundamenta en el uso de herramientas, softwares o plataformas digitales sino en una estrategia global de empresa, de la cultura empresarial y de las personas.
Debemos redefinir la imagen del sector para ser capaces de atraer a nueva fuerza laboral, escasa y poco cualificada en la actualidad, especialmente entre los más jóvenes y en el ámbito femenino, poniendo en valor todas sus bondades. Modernizar y digitalizar el sector, fomentar la formación especializada, crear entornos de trabajo más seguros e impulsar la industrialización son parte de la solución a un problema de captación de talento que se ha vuelto una prioridad para las empresas del sector.
Todos estos motores de cambio de modelo productivo junto con la llegada masiva de los nuevos instrumentos comunitarios de financiación Next Generation EU y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia aprobado por el Gobierno, son una oportunidad única e histórica para un sector maduro pero llamado a convertirse en una de las principales actividades tractoras del tejido productivo del país, capaz de afrontar el proceso de reactivación económica.
En Garcia Riera hemos incorporado todos estos desafíos a nuestro plan estratégico para seguir siendo un referente en el sector y liderar la transición hacia una economía baja en carbono, para lo que ponemos al servicio de todos los proyectos nuestra excelencia técnica e innovación para construir un planeta mejor y contribuir al desarrollo económico y social de las comunidades en las que operamos.