Buena Química con el Port
La logística es una actividad clave para el sistema económico y productivo de cualquier país, especialmente para el nuestro, estratégicamente situado para participar en el tránsito de mercancías tanto Este-Oeste como Norte-Sur. Cuando además hablamos de la actividad logística de un Port como el de Tarragona, uno de los principales de la península ibérica, el impacto en la industria y en conjunto del territorio es especialmente relevante.
La situación geopolítica actual viene marcada sin duda por la guerra en Ucrania y el impacto que ésta ha tenido en materia energética, pero también en otros ámbitos, como el normativo, el arancelario, los mercados de capitales, la necesidad de buscar fuentes o rutas alternativas para los productos, entre otros. Más allá de este conflicto, venimos de una situación de colapso logístico a nivel global, motivado por el final de la pandemia y la concentración de la actividad productiva en determinadas zonas geográficas, que ha motivado un encarecimiento de los fletes sin precedentes. Estar preparados para los posibles cambios geopolíticos y regulatorios, construyendo alternativas logísticas, fuentes alternativas, e incluso explorando la relocalización de determinadas actividades productivas son los principales retos en este ámbito que debemos afrontar.
La sostenibilidad es un concepto que ha pasado a formar parte de nuestra cotidianeidad. Como sociedad tenemos clara la necesidad de preservar nuestro entorno, y las empresas que formamos parte de las cadenas logísticas trabajamos con el propósito de alcanzar la neutralidad en carbono. Somos conscientes de que debemos poner en el centro a las personas y el cuidado por nuestro entorno, de que debemos generar valor para todos los actores, y de que la licencia para operar que nos otorga la sociedad es nuestro bien más preciado. Los nuevos combustibles menos contaminantes en el sector naviero, un transporte terrestre menos contaminante, el impulso del ferrocarril, la electrificación de los puertos para reducir emisiones, son algunos de los desarrollos que estamos viviendo. Sin duda el gran reto va a ser el desarrollo de nuevas cadenas logísticas ligadas a los proyectos de economía circular, que jugarán un papel clave para la viabilidad de todos esos proyectos de la economía verde.
Por último la digitalización, un concepto transversal, que debe ir dirigida principalmente a mejorar la eficiencia de nuestras cadenas logísticas. Disponer de información en tiempo real, la utilización de plataformas colaborativas, como por ejemplo las basadas en tecnología blockchain, la agilización y digitalización de todos los trámites administrativos, la inteligencia artificial, el 5G, la robotización y automatización de las plataformas logísticas, etc., son conceptos clave al hablar de digitalización. El gran reto en este ámbito es, por un lado, la creciente importancia de la ciberseguridad de estos procesos cada vez más digitales, y por otro, la necesidad de atraer nuevo talento y de retener y capacitar a las personas que trabajan en el sector.
Todos estos retos y oportunidades están muy presentes en la estrategia del Port de Tarragona: con un enclave geográfico privilegiado, que refuerza con unas infraestructuras de primer nivel, y que le confiere un papel relevante en el tránsito internacional de mercancías y también en las logísticas de entrada y salida de mercancías en la península ibérica. Es un puerto que ha desarrollado una agenda de sostenibilidad, consciente de su contribución necesaria, y que favorece la digitalización y la innovación, siendo pionero en el ámbito de la innovación colaborativa. Un Port en definitiva consciente de su papel clave para la industria y también para la ciudad que le acoge.