«Es admirable la convivencia entre el turismo y la industria»
Representantes del motor económico de estas comarcas compartieron una jornada que sirvió como un chute de adrenalina de cara al momento de transformación actual
El peso de las comarcas tarraconenses en la economía catalana es indiscutible. La industria y el turismo siempre han ejercido de motor de este territorio y, aunque durante mucho tiempo la convivencia no fue nada fácil, con los años ha conseguido establecerse un marco de entendimiento que es ejemplar. «Es admirable la realidad en la que han aprendido a convivir estos dos sectores. No se produce en ningún otro sitio de España», decía la presidenta de la Cambra de Comerç de Tarragona, Laura Roigé.
Una importante representación de este tejido empresarial y productivo se reunió ayer en el Teatret del Serrallo para la presentación pública de la Guía de Excelencia Empresarial Tarragona 2024, una publicación que después de diez años de trayectoria se ha convertido en una radiografía imprescindible para conocer cómo late el pulso de la economía de estas comarcas, en constante transición para abordar los retos de futuro.
Las palabras del Ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, fueron recibidas como un chute de adrenalina para los allí presentes. Este fue claro: «Es una tierra de oportunidades». Y aunque la reindustrialización y la transición del modelo turístico obligan a mantenerse activo, el empresariado quiso poner de manifiesto que está haciendo los deberes para seguir tirando del carro.
«La química está en el momento de transición más importante de su historia. La descarbonización supone un reto muy difícil, pero en BASF tenemos planes para llegar a 2030 con una reducción de la emisiones muy importante», decía el director general en España de la multinacional alemana, Carles Navarro. Este se mostró convencido de que estamos en un momento «ilusionante» y las inversiones previstas por parte de la compañía en el site de La Canonja constituyen una prueba de esta apuesta por Tarragona desde hace casi sesenta años.
La directora gerente de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), Maria Mas, hablaba del peso de este sector, que está detrás del 25% de la producción química de España y genera cerca de 11.000 puestos de trabajo, sumándole los directos e indirectos. «Muy a menudo quedamos fuera del mapa, porque no estamos cerca de Barcelona. No obstante, la potencialidad del polo químico de Tarragona es a nivel europeo. No tan solo en cuanto a las cifras y volúmenes, sino también a nivel de calidad». Esta no dudó en afirmar que «somos pioneros» y las compañías que forman parte de esta asociación no están dispuestas a quedar fuera de esta Champions en la que han conseguido situarse.
Trabajar de forma conjunta
Por su parte, el director del complejo de Repsol en Tarragona, Javier Sancho, ponía en valor que el sector industrial, junto con el otro gran motor, como es el turismo, «son muy complementarios, con una flexibilidad y una solidez que hacen que constantemente estemos en una situación de transformación». «Es un territorio de oportunidades y ahora mismo tenemos proyectos e iniciativas muy importantes que deben hacer que trabajemos de forma conjunta para esta convivencia», decía.
En la misma línea se expresaba la presidenta de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de Tarragona (FEHT), Berta Cabré, quien aseguró que «hoy se ha demostrado que somos una destinación con un sector turístico y una industria muy potentes, con una convivencia, unas oportunidades y unos retos de futuro que deberemos ir viendo».
La Costa Daurada y las Terres de l’Ebre registraron el año pasado más de 5,4 millones de pernoctaciones, un 1,3% más que en 2019, que es el año que se toma como referencia antes de la Covid. «El gran reto es quedarnos con los clientes que nos aporten calidad», afirmaba desde Campings Tarragona, Joan Anton.
Este colectivo se muestra optimista de cara a la nueva temporada, aunque es muy consciente de que «debemos mantener un ojo fijo en el cambio climático y sus consecuencias, y el otro en el cliente español, que ahora está sufriendo».
La economía tarraconense no se explica sin las 60.000 plazas hoteleras que suma la Costa Daurada y Terres de l’Ebre, o las cerca de 66.000 plazas de camping. Tampoco sin la suma de activos como son PortAventura o el Port de Tarragona, un ecosistema que genera un dinamismo sobre muchos otros sectores, como ponía de manifiesto el presidente de la Cambra de Comerç de Reus, Mario Basora. «Si el turismo va bien, el comercio también se ve beneficiado y estamos viendo que ahora, después de unos años de descenso, estamos volviendo a remontar».
Con todo, su homólogo de la Cambra de Tortosa, Francesc Faiges, se mostraba convencido de que «el territorio está ganando competitividad», después que «los datos demuestran que los principales sectores de actividad están registrando un incremento en la facturación de más del 10%».
En este ecosistema hay que poner en valor el papel que ejerce la Universitat Rovira i Virgili (URV) y los centros de innovación, alrededor de los cuales está consolidándose un clúster tecnológico que ha encontrado en el sur de Catalunya un caldo de cultivo con grandes oportunidades. «Al final, el sector tecnológico es muy transversal y tiene que ser muy transformador», señalaba la directora general de Inetum, Susana Prado.
Con una plantilla de 400 trabajadores el Grup Castilla es uno de los principales exponentes. Tras más de 45 años de trayectoria, su consejero delegado, Carles Castilla, aseguraba que «estamos desplegando ahora». Y es que uno de los principales objetivos es que este conocimiento constituya una parte activa de esta transformación, «generando valor añadido y ocupación de calidad».
Castilla cree que el sector TIC constituye la «revolución silenciosa» que acompaña a la industria y al turismo en este proceso de cambios, lo que hace que actualmente «nos hemos convertido en un polo de atracción de talento, que capta a gente de Barcelona y Madrid».