El itinerario dual, toma de contacto con la realidad
Las sinergias entre educación e industria reportan beneficios a todos los implicados
Unas buenas prácticas pueden definir la trayectoria del futuro profesional, desde los mismos inicios. Los beneficios a largo plazo de una colaboración entre los centros educativos y las empresas son innegables, para todas las partes. Por un lado, estas últimas incorporan personal cualificado, formado por ellas mismas y, por lo tanto, de acuerdo a sus necesidades; captan talento de entre los jóvenes; crean una cantera de aprendices con los que sustituir los trabajadores que se van jubilando y contribuyen a la política empresarial de responsabilidad social corporativa.
Por otro, los estudiantes mejoran su curriculum; desarrollan sus competencias profesionales en un entorno laboral real y se incorporan al mercado como aprendices cualificados. De igual manera, formar parte del proyecto de una empresa desde antes incluso de finalizar el grado formativo, supone un plus en la implicación del trabajador en la industria.
Si bien este es un escenario tradicional de la Formación Profesional Dual, que tiene una larga trayectoria en este sentido, también es cierto que cada vez más los grados duales toman fuerza en las universidades. Eso sí, con sus propias características e idiosincrasia.
Es el caso de la Universitat Rovira i Virgili (URV), que imparte el grado dual de Química, el único de todo el Estado en esta materia. «La mención dual es una especialización que se puede hacer el último curso. Se ofertan entre cinco y diez plazas que los estudiantes interesados pueden solicitar y si son admitidos, realizarán 54 créditos asociados a una empresa química que se haya ofrecido a acoger y remunerar a los alumnos. Como consecuencia, estos hacen una formación química el último año mucho más orientada a aspectos prácticos», comenta Xavier López, vicedecano de la Facultat de Química de la URV.
La mención dual de la Química echó a andar el curso pasado con siete estudiantes, que pudieron conocer de primera mano empresas del entorno como Clariant, a donde fueron a parar dos alumnos, Ercros, IQlit, Maystar, de Torredembarra, el Consorci d’Aigües de Tarragona y Repsol.
Colaboración estrecha
La sinergia entre las instituciones académicas y la industria es clave en el itinerario dual. En este sentido, Xavier López indica que el arranque de la nueva modalidad de química se debió, en buena parte, a una inquietud empresarial. «La propuesta de su implantación surgió conjuntamente, de la mano de las industrias. En la Facultat de Química tenemos un Consejo Asesor formado por personas de empresas, con las que tenemos un contacto muy estrecho. Y fueron quienes dejaron entrever que podrían estar interesadas en este itinerario. Por tanto, es una demostración más de que los estudios universitarios y la parte empresarial pueden ir unidos, que se pueden tomar decisiones importantes por ambas partes», resalta López.
La colaboración repercute, asimismo en el temario, ya que «los conceptos más teóricos que reciben los estudiantes durante la mención dual los imparten los profesores especializados en sus ámbitos, que llegan de las empresas privadas. Por tanto, explican lo que necesitan que los alumnos conozcan. Los estudiantes, con el tiempo, lo acabarían aprendiendo de igual modo, pero de esta manera ya intentamos dar esta formación desde la base», señala el vicedecano de la Facultat de Química de la URV.
El grado dual universitario es una de las innovaciones y, al mismo tiempo, un reto. «Está en constante análisis», apunta López. «Es decir, estudiamos si cumple las expectativas. Actualmente estamos contentos porque nos parece que ofrecérselo a algunos estudiantes, que por sus intereses quieran acabarlo de este modo, seguramente enriquece la oferta formativa».
Los centros, la cantera
En relación a la Formación Profesional Dual, que cuenta con un amplio bagaje, este curso se ha iniciado con algunas novedades, con el propósito de que sea una formación profesional más interactiva con las empresas y adaptada a los tiempos. Uno de sus aspectos es su carácter más internacional, por el que los estudiantes podrán realizar las prácticas en otros países. No obstante, la principal novedad es que la FP es dual por defecto, es decir, se compatibilizarán los estudios con las prácticas en empresas.
En el territorio, son muchos los agentes implicados que realizan un intenso trabajo para que el proceso sea un éxito, desde los institutos y los docentes, al tejido empresarial y sus formadores. También organismos como las Cámaras de Comercio hacen posible esta realidad. En este contexto, en Tarragona es indiscutible el papel de la industria petroquímica y su entorno, donde existe un considerable margen de crecimiento de personal procedente de la FP. Una de las compañías que ha sido pionera apostando por esta formación es Repsol, lo que ahora se considera un ejemplo de éxito. De hecho, empezó implementando una formación dual no reglada en 1997, que posteriormente se regularía en Catalunya en 2012.
Centros educativos
En Tarragona, los alumnos pueden cursar estudios en cuatro centros, dependiendo del grado escogido, que abarca especialidades muy diversas. Estos son el Comte de Rius, la Escola Joan XXIII, el Institut Pere Martell y el Vidal i Barraquer.
Si bien la FP Dual requiere, sobre todo, de llegar a un mayor número de empresas, lo cierto es que es una de las modalidades efectivas contra el paro juvenil, ya que alcanza un alto índice de inserción laboral, teniendo en cuenta que muchos de los jóvenes continúan su desarrollo profesional en la empresa en la que han hecho las prácticas.