El Gobierno arranca con los sindicatos las consultas sobre la nueva Ley de Industria
El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, se reúne con CCOO y UGT para presentar el anteproyecto de esta ley estratégica
Después de más de tres décadas, el Gobierno ultima la primera reforma integral de la legislación industrial en España, cuya última Ley de Industria se remonta al año 1992. El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, ha presentado hoy a los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez, el anteproyecto de Ley de Industria y Autonomía Estratégica, cuyo proceso de información pública, que arrancó el 2 de julio, estará abierto hasta el 11 de julio «al objeto de recabar la opinión de las personas y de las organizaciones más representativas potencialmente afectadas por la futura norma», según se describe en el resumen del anteproyecto de esta ley.
Las organizaciones sindicales son las primeras de una lista de contactos en la que, presumiblemente, deberían figurar organizaciones empresariales con un peso destacado en el sector industrial, como la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE), a la cual pertenecen la mayoría de las empresas presentes en el polo petroquímico de Tarragona.
La revisión del anteproyecto de la Ley de Industria que se presenta ahora ya tuvo un trámite de participación pública anterior desde el 13 de diciembre de 2022 hasta el 5 de enero de 2023. Ahora, el Ministerio de Industria y Turismo justifica este nuevo trámite, más breve que el anterior, «debido a los cambios que se han producido desde entonces en la política industrial europea, y la necesidad de alinear el presente proyecto normativo a estos cambios».
En esos cambios se encuentra el giro estratégico de la Unión Europea hacia una reindustrialización que ayude a reforzar, entre otras áreas, su industria de defensa, ante los cambios geopolíticos presentes y en ciernes, con la guerra de Ucrania como trasfondo, pero también con la experiencia de la pandemia de Covid-19 y la crisis de los chips, que ayudaron a tomar consciencia de la falta de autonomía estratégica de la UE.
A ello se une la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) desplegada por los EE. UU., que supone un apoyo público masivo a la industria estadounidense, agravando la brecha de crecimiento del PIB entre la Unión Europea y los EE. UU.
El Ministerio de Industria y Turismo reconoce la necesidad de apoyar al sector industrial, al constatar que «la industria manufacturera (excluido el sector energético) representa 11,6 % del PIB de la economía española, un porcentaje inferior a los países de nuestro entorno». Tras lo cual añade que «existe un recorrido importante de crecimiento del sector industrial, no solo por el impacto directo e indirecto sobre la economía, sino también para dar respuesta a los retos del contexto actual y resolver las vulnerabilidades que se han manifestado en los últimos años».
Next Generation
La nueva Ley de Industria es, además, uno de los compromisos adquiridos por el Reino de España ante la Comisión Europea a cambio de acceder a la gestión de parte de los fondos del instrumento extraordinario Next Generation EU, incluido en el ‘Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia’ español dentro de la ‘Estrategia Española de Impulso Industrial 2030’.
En este compromiso adquirido por el gobierno español está la adaptación de su legislación al Plan Industrial del Pacto Verde propuesto por la Comisión Europea, con el objetivo de mejorar la competitividad de la industria europea con cero emisiones netas e impulsar una rápida transición hacia la neutralidad climática.
Según relata en su resumen el anteproyecto de la nueva Ley de Industria y Autonomía Estratégica, los pilares del Plan Industrial del Pacto Verde son: en el ámbito regulatorio, la Ley sobre la industria con cero emisiones netas (Net Zero Industry Act, NZIA por sus siglas en inglés) y la Ley de Materias Primas Críticas (Critical Raw Materials Act, CRMA por sus siglas en inglés). En el ámbito de la financiación, el objetivo es acelerar la inversión destinada a la producción de tecnologías limpias en Europa. Por último, en el ámbito de las cualificaciones, busca impulsar el reciclaje y perfeccionamiento profesional en industrias estratégicas.