El gasto en alimentos se disparará en 200 euros por la subida de precios
La pandemia y la guerra han hecho estragos en los bolsillos
Los precios de los alimentos agrícolas subieron un 31% en 2021 y lo harán otro 23% en 2022 debido al incremento generalizado de los costes de los combustibles, la electricidad y y los fertilizantes motivado por la pandemia primero y la guerra de Ucrania después. Y esto repercute directamente en el precio de los alimentos de los europeos, que tendrán que desembolsar 243 euros más de media frente a 2021 por la misma cesta de la compra, según los datos del informe European food inflation de Allianz.
En España la problemática es la misma que en el resto de Europa, aunque los datos de Allianz revelan que la cesta de la compra se encarecerá menos que la de los europeos. En concreto, 200 euros extra este año por los mismos alimentos. Todo debido a que a los años de bajo rendimiento agrícola se ha sumado la invasión rusa de Ucrania, que no solo afecta al suministro de alimentos básicos como el trigo o el aceite, con su correspondiente efecto en los precios de los productos alternativos.
En total, los europeos gastan 2.287 euros al año en alimentación, mientras que en nuestro país el importe se reduce a 2.100 euros, una cifra que subirá hasta los 2.300 por el incremento de precios.
Y la situación podría ir a peor ya que los precios de venta al público de los alimentos aún no están reflejando en la misma proporción el aumento de los costes de las materias primas de los últimos 18 meses. El informe indica que los productores de alimentos y bebidas de la zona euro ya han incrementado sus precios en un promedio del 14% desde principios de 2021. Y en los supermercados, los aumentos de precio más significativos han sido el de los aceites (+53%), las harinas (+28%) y la pasta (+19%), pero el promedio es un ajuste de solo el 6%, lo que significa que los minoristas no han trasladado al consumidor final ni la mitad del incremento de precios de los productores.
Allianz explica que los episodios de alta inflación del pasado muestran que los precios minoristas se ajustan a los precios de producción «con cierto retraso». Es decir, que la alta inflación unida al descenso del volumen de ventas en las tiendas tras la pandemia añadirán presión a la rentabilidad de los negocios, lo que probablmente se traduzca en un «incremento de los precios finales para el consumidor», indican.
Este aumento de los precios de los alimentos, que se suma a un aumento generalizado del coste de la vida (combustible, electricidad, alquileres, alimentos que se consumen fuera del hogar, etc.), «reaviva los debates sobre posibles ayudas sociales para aliviar la carga de los hogares más vulnerables», incide el informe.