El análisis de ‘Super Mario’, en siete claves

El informe sobre ‘El futuro de la competitividad europea’ elaborado por Mario Draghi, en breve

El informe El futuro de la competitividad europea, presentado el pasado 9 de septiembre por Mario Draghi estará en la mesa de cada uno de los nuevos comisarios europeos que en breve tomarán posesión de sus cargos. Es un texto directo, sin retórica que lo adorne. Estas son algunas de las ideas destacadas que contiene.

Industria

Para afrontar lo que considera un «desafío existencial», Draghi propone una «nueva estrategia industrial» que permita actuar en tres frentes clave para mejorar la competitividad y productividad europeas: acelerar la innovación, abaratar los precios de la energía y aprovechar las oportunidades industriales de la descarbonización, y reducir las dependencias estratégicas de terceros y reforzar la seguridad.

Innovación

Europa necesita con urgencia elevar el crecimiento de la productividad y resolver sus bajos niveles de innovación en comparación con otras potencias, en especial con EEUU y China, y en sectores concretos como las tecnologías digitales. Draghi señala que Europa ya se encuentra rezagada en campos como los servicios en la nube o la Inteligencia Artificial, y por eso ve esencial aumentar la inversión en investigación y desarrollo, consolidar las universidades a la vanguardia de la investigación, y facilitar el crecimiento de empresas innovadoras, así como la gestión de derechos de propiedad intelectual.

Energía

Mario Draghi defiende que el proceso de descarbonización debe ser una «fuente de crecimiento» y, para conseguirlo, será vital «reducir el coste energético para los usuarios finales» (por ejemplo, desplegando políticas que desvinculen en mayor medida el precio del gas natural del de las energías limpias) y poniendo el foco en redes europeas. Además, la Unión Europea necesita acelerar la transición de manera eficiente y «neutral» con respecto a las tecnologías a utilizar, que deberían incluir tanto la renovables como la nuclear, el hidrógeno o la bioenergía, así como soluciones para la captura, almacenamiento y uso del carbono (CCUS, por sus siglas en inglés).

Materias primas

En su informe, Mario Draghi insta a Europa a reducir su dependencia y vulnerabilidad en el acceso a materias primas clave para la transición verde y digital, campo en el que existe una «carrera global» para asegurarse acceso a las cadenas de suministro de productos vitales, por ejemplo, para la industria de automoción o de tecnologías limpias. En este sentido, sugiere a la UE desarrollar «una verdadera política exterior económica» gracias a lo que llama «diplomacia de los recursos», pero sin olvidar el «potencial» interno disponible a través de actividades como la minería, el reciclaje y la innovación de «materiales alternativos».

Inversión

Acometer esta transformación requeriría que la UE invierta cada año entre 750.000 y 800.000 millones de euros adicionales, el equivalente a entre el 4,4% y el 4,7% del PIB de la UE en 2023, o más del doble de lo que destinó el Plan Marshall estadounidense a reflotar la economía europea tras la Segunda Guerra Mundial, que supuso entre un 1% y un 2% del PIB europeo anual.

Para movilizar estos recursos, Draghi defiende favorecer la movilización de inversión privada con una mayor integración de los mercados de capitales, ahora fragmentados por las diferencias entre los diversos estados miembros de la UE en materia de fiscalidad, supervisión o insolvencia, pero advierte de que será necesario apoyo público.

En este sentido, llama a financiar de forma conjunta inversiones en bienes públicos comunes, como interconexiones energéticas o equipamiento de defensa, y defiende que podría emitirse deuda pública europea como se hizo con el instrumento extraordinario Next Generation EU, aunque con «salvaguardas».

Inclusión social

Mario Draghi advierte de que la UE debe evitar los problemas del modelo estadounidense, que favorece la desigualdad. El enfoque europeo, dice, debe garantizar que «el crecimiento de la productividad y la inclusión social van de la mano». Así, el estado del bienestar europeo será «crítico» para seguir ofreciendo servicios públicos, protección social, vivienda o transporte, mientras que evita que la política industrial que busca competir en la escena global ahogue la competencia o reduzca salarios.

Sectores estratégicos

El informe plantea recomendaciones específicas para diez sectores clave: energía, materias primas críticas, digitalización y tecnologías avanzadas, industrias de alta intensidad energética, tecnologías limpias, automoción, defensa, espacio, sector farmacéutico y transporte. Las recomendaciones no son vinculantes, por lo que dependerá de la Comisión Europea y los Estados decidir si las traducen en políticas concretas.

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