Promover activadores y neutralizar bloqueadores del trabajo en equipo
Es crítico entender cómo nuestros comportamientos pueden generar un impacto positivo o negativo en el rendimiento del equipo
Todos somos responsables de aportar ‘nuestra parte’ para contribuir y conseguir un excelente trabajo en equipo.
Como integrantes de equipos, tenemos un rol o roles ‘oficiales’ en base a las tareas que debemos realizar y a los conocimientos, habilidades y experiencia que aportamos al equipo. Es por esa razón que formamos parte del mismo, pero también jugamos otros roles informales que pueden bloquear o impulsar el rendimiento del equipo.
Tanto si somos líderes de equipos, como si somos un miembro del mismo o de otros, es crítico entender cómo nuestros comportamientos pueden generar un impacto positivo o negativo en el rendimiento del equipo.
¿Somos ‘bloqueadores’ del trabajo en equipo?
Un miembro de equipo bloqueador tiende a generar un impacto negativo en el seno del equipo, agobiando a los demás y obstaculizando la productividad en su conjunto. El listado pormenorizado que se detalla a continuación puede ayudarnos a detectar e identificar los roles negativos que un bloqueador, o nosotros mismos, podría estar poniendo ‘en práctica’ para afectar el funcionamiento del equipo:
-Agresor: que está en permanente desacuerdo con las personas y las perspectivas del equipo. Arrasa y llega a ser excesivamente crítico.
-Buscador de reconocimiento: que utiliza al equipo para satisfacer, alimentar y aumentar su ego.
-Confesor: que descarga sus problemas personales en los demás y utiliza al equipo para simpatizar y obtener compasión.
-Buscador de diversión: que no se involucra en las tareas y genera frecuentemente distracciones tentadoras para los demás.
-Manipulador: que utiliza las relaciones e influencia en los demás para guiar al grupo en la dirección que desea y más le conviene.
-Desconectador: que se inhibe en las reuniones del equipo, especialmente durante situaciones conflictivas.
-Veleta: que dirige al equipo en direcciones erráticas al plantear problemas y poner ‘pegas’ a todo.
-Disruptor: que interrumpe continuamente a los demás cuando están exponiendo su opinión.
-Obstructor o Filibustero: que impide que otros participen, monopolizando la conversación y utilizando tácticas dilatorias para tomar decisiones.
-Mulo de carga: que se hace cargo de su trabajo y de una gran parte del de los demás.
-Acordante: que hace todo lo posible por evitar conflictos o desacuerdos en el seno del equipo, los cuales no necesariamente tienen que ser nocivos, ya que bien gestionados, generan diversidad y la identificación de alternativas valiosas y productivas.
Si nos hemos visto identificados con algunos de los comportamientos de los bloqueadores, o tenemos alguno de estos perfiles en nuestros equipos, no debemos asustarnos ni desesperarnos. Afortunadamente, está demostrado que actuar como un bloqueador del trabajo en equipo no es una situación permanente ni endémica.
Quizás un bloqueador está interfiriendo en un momento dado en el progreso y rendimiento del equipo, pero en otros casos está desempeñando toda una serie de roles positivos que ayudan al equipo. Si es así, como líderes, debemos analizar detenidamente qué está sucediendo. ¿Es correcta la asignación específica de responsabilidades que hemos hecho? ¿Es la persona en concreto, tal y como es? ¿Existen antecedentes de ese comportamiento disruptivo? ¿Qué está generando, y qué podríamos cambiar y hacer diferente?
Tal vez nos demos cuenta de que ocasionalmente hemos ‘jugando’ un papel de bloqueador. Y lo más probable es que seamos conscientes de que ese papel no nos ha funcionado, y que nos ha ocasionado problemas. Pensemos, por ejemplo, cómo actuar en un determinado momento como ‘buscador de diversión’ o ‘mulo de carga’ nos limitó a nosotros y perjudicó a nuestro equipo.
Quizás hemos sido bloqueadores del trabajo en equipo debido a las circunstancias. Por ejemplo, un proyecto que nos está exigiendo demasiado tiempo y atención. Si estamos sobrecargados, es posible que estemos ralentizando el progreso del equipo al desvincularnos y ‘dejarnos ir’, o a estar de acuerdo con todo, solamente por el hecho de hacernos la vida más fácil a corto plazo. Seamos conscientes de ello, y propongámonos probar otros enfoques en el futuro.
¿Somos ‘activadores’ del trabajo en equipo?
Un miembro del equipo ‘activador’ mueve al equipo en una dinámica positiva. Activa, dirige, energiza y ayuda a mantener los procesos del equipo en marcha. ¿Qué roles activadores positivos podemos desempeñar en nuestros equipos? ¿Quién más de los integrantes del equipo actúa como un activador?
-Observador: que vigila la dinámica del equipo y mantiene informados a los integrantes en todo momento.
-Animador: que dirige y ayuda al equipo en las discusiones con mensajes y muestras de apoyo y agradecimiento.
-Estratega: que ayuda a crear y mantener actualizada la hoja de ruta para que el equipo avance y logre sus objetivos.
-Generador de ideas o brainstormer: que facilita y motiva la generación de ideas y propuestas creativas e innovadoras en el seno del equipo.
-Supervisor o Capataz: que se asegura de que se cumplan los plazos y términos establecidos para la realización de las diferentes tareas o entregables que son responsabilidad del equipo.
-Cronometrador: que controla el tiempo a dedicar a los diferentes temas en las reuniones de equipo.
-Facilitador: que dirige y gestiona la dinámica del equipo durante las reuniones o discusiones.
-Minero de conflicto: que tiene el coraje y la confianza suficientes para sacar a la luz temas sensibles, facilitar debates y conducir al equipo a encontrar soluciones.
-Solucionador de conflictos o Mediador: que facilita y ayuda a gestionar los desacuerdos y garantiza que todos los miembros del equipo puedan exponer sus opiniones y sean escuchados.
-Abogado del Diablo: que incita y ‘empuja’ al equipo a considerar y evaluar debidamente enfoques alternativos.
-Asertivo o Que no tiene pelos en la lengua: que siempre dice lo que piensa, incluso aun cuando sabe que puede ser impopular para algunos o todos los integrantes del equipo. Es el antídoto perfecto a la ‘patología’ de que ‘el silencio mata’.
-Soñador: que atrae y devuelve a los integrantes del equipo a la senda de la esperanza en los momentos o situaciones de incertidumbre o crisis.
En base a lo anterior, podemos elegir el o los roles que mejor se nos da desempeñar para el bien de nuestro equipo.
Ser conscientes de nuestros comportamientos habituales nos permite elegir la forma en que interactuamos con nuestro equipo. Debemos dejar de lado nuestra versión negativa de bloqueadores y enfocarnos y adoptar la positiva de activadores del trabajo en equipo.
Si bien comprender, ser conscientes y controlar nuestros propios patrones de comportamiento es un muy buen punto de partida, la efectividad de nuestros equipos dependerá de que todos y cada uno de los integrantes del mismo desarrollen habilidades activadoras y neutralicen o minimicen los comportamientos bloqueadores.
Alfred Arias es profesor del MBA-URV y coordinador del Programa Mentoring Hub Experimenta