Neutralidad climática: un compromiso ambicioso
El turismo representa el 8% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial
Dado que los gases de efecto invernadero (GEI) son uno de los principales causantes del cambio climático y sus efectos cada vez son más visibles, la Unión Europea se ha comprometido a alcanzar la neutralidad climática para el 2050. Este objetivo es compartido por Catalunya que se ha marcado el mismo camino a seguir mediante la estrategia de Prospectiva energética (PROENCAT).
La descarbonización resulta imprescindible para alcanzar la neutralidad climática y reducir las emisiones de GEI. Esta requiere una transición energética que permita eliminar el carbono de la generación de energía apostando por las energías renovables.
Hoy en día, se postula como una prioridad en un contexto de emergencia climática, pero también se debe concebir como una ventaja competitiva que conlleva a innovar en las actividades económicas, impulsando su circularidad y minimizando su impacto en el medio ambiente. Precisamente, el reto reside en lograr dicha descarbonización sin afectar a la competitividad y añadiendo valor.
El turismo representa el 8 por ciento de las emisiones totales de GEI a nivel mundial, donde influyen factores como el mantenimiento de alojamientos, el medio de transporte utilizado o las actividades que llevan a cabo los propios turistas durante la experiencia. Dado que el turismo alcanza muchas actividades e implica diferentes actores, las emisiones derivadas de la actividad son numerosas y están presentes a lo largo de las distintas etapas del viaje.
Con creatividad e innovación es posible minimizarlas y disminuir la huella de carbono, tanto a nivel individual como organizacional. Sin embargo, aunque la descarbonización implica una responsabilidad colectiva y compartida entre la sociedad y las actividades económicas, las organizaciones deben tomar la iniciativa para promover estos cambios, tanto desde un nivel público como privado. El turismo, precisamente, se postula como una actividad estratégica en la que desarrollar este tipo de soluciones, por un lado, por su capacidad tractora y, por el otro, por su influencia en otros agentes que intervienen a lo largo de la cadena de valor.
En este sentido, también, los destinos, por su capacidad aglutinadora y visión holística, tienen el reto de desarrollar iniciativas colectivas innovadoras para garantizar un crecimiento sostenible.
Desde la perspectiva de la eficiencia energética, en los últimos años ha proliferado la adopción de fuentes de energías renovables. También se han dado mejoras en el envolvente térmico de empresas o edificios públicos. Así como cada vez es más usual disponer de herramientas que permiten conocer la huella de carbono de las actividades.
Sin embargo, en este contexto es importante tomar como insignia la cita «la energía más limpia es la que no se consume», ya que para iniciar el camino hacia la descarbonización no resulta imprescindible buscar soluciones muy sofisticadas. Hay soluciones básicas y sencillas, con un coste menor y un impacto significativo por las que poder empezar.
Desde Eurecat, trabajamos para contribuir a ello, facilitando esta transición energética a las organizaciones turísticas, así como a empresas y sectores proveedores, mediante acciones altamente innovadoras. Actualmente, estamos calculando la huella de carbono resultante de la organización y celebración del festival de música Cruïlla, que se celebra, anualmente, en Barcelona. También apoyamos a las pequeñas y medianas empresas turísticas de la Costa Daurada y las Terres de l’Ebre en la definición de su hoja de ruta de transformación circular para reducir los gases de efecto invernadero (GEI), además de promover la transferencia de conocimiento y reflexión acerca de la eficiencia energética en turismo, para encontrar respuestas y promover soluciones a este reto actual.
Sara Mestre es consultora en Turismo y Cultura del Departamento de Consultoría tecnológica de Eurecat