Los grados universitarios con más salidas laborales en Catalunya
Administración y Dirección de Empresas, Educación, Pedagogía, Medicina y Biomedicina son las carreras con más empleabilidad en el arranque del curso 2023-2024
El pasado viernes 22 de septiembre, la Universitat Rovira i Virgili (URV) acogió en Tarragona, en el Aula Magna del campus Catalunya, el arranque oficial del curso 2023-2024 del sistema universitario catalán. Y, con el inicio de curso, vuelven las preguntas sobre una de las primeras decisiones trascendentales que afrontan estos jóvenes: elegir carrera.
¿Por qué escoger un grado y no otro? ¿Tienen las carreras con más demanda entre los estudiantes su correspondencia en el mercado laboral, en forma de empleabilidad? ¿Cómo planificar y construir los cimientos para una futura carrera profesional en estos años de universidad?
Otro año más, algunos grados clásicos destacan entre los que cuentan con las notas de corte más altas para aquellos inscritos por la vía de Selectividad. El doble grado en Física y Matemáticas encabeza el ranking, con una nota de corte, en primera asignación, de 13,436 en la UAB y de 13,318 en la UB, seguido por el doble grado en Derecho y Relaciones Internacionales de la UAB (13,084), Medicina (13,040 en el Campus Clínic de la UB, 12,980 en la UPF, 12,893 en el Campus Bellvitge de la UB, 12,768 en la URV, 12,713 en la UAB, 12,680 en la UdL, 12,676 en la UdG), Matemáticas en la UPC (12,925), el doble grado en Ingeniería Informática y Matemáticas en la UB (12,920), Ingeniería en Tecnologías Aeroespaciales en la UPC (12,712) y Ciencia e Ingeniería de Datos en la UPC (12,694) e Ingeniería Física en la UPC (12,689).
¿Se corresponden con las carreras más demandadas por el mercado laboral? En algunos casos, así es. Aunque hay notables ausencias. Es lo que se evidencia en el último Informe Infoempleo Adecco 2022: Oferta y demanda de empleo en España, elaborado por el portal de trabajo Infoempleo y la consultora de selección de talento LHH Recruitment Solutions donde, superada la pandemia, Administración y Dirección de Empresas (ADE), históricamente en primera posición entre las la titulaciones universitarias más solicitadas en las ofertas de empleo, recupera el trono que le habían arrebatado Medicina, Biomedicina y Enfermería.
Así, un 6,34% de las ofertas de empleo para titulados universitarios en 2022 en Catalunya correspondió a graduados en ADE, mientras que los grados de Educación y Pedagogía supusieron un 6,18% de las ofertas, Medicina y Biomedicina un 6,15% y Enfermería otro 6,15%.
Empleabilidad
La empleabilidad, sin embargo, no se limita solo a la cantidad de ofertas laborales. La escasez de perfiles para aplicar a estas ofertas es otro factor nada menor. En el informe Estado del mercado laboral en España 2022, elaborado por el portal de empleo InfoJobs y la escuela de negocios Esade, el perfil de ‘arquitecto de sistemas TIC’ fue el que menor competencia tuvo en los procesos de selección.
Con un salario bruto medio anual de 51.343 euros y 458 vacantes registradas en este estudio a lo largo del año 2022, el número de inscritos por oferta laboral fue de apenas cinco, lo que le sitúa como el perfil con menor competencia entre las ofertas laborales que piden una titulación universitaria.
Le siguen los intérpretes, con seis inscritos por vacante, aunque con un salario medio bruto anual sensiblemente por debajo, y que se sitúa en los 19.680 euros. Arquitectos de software (siete inscritos por vacante y un salario medio bruto de 50.045 euros), consultores empresariales (ocho inscritos y 32.828 euros) y optometristas (ocho inscritos y 32.197 euros) completan el ‘top cinco’ de esta lista.
Dentistas especializados (nueve inscritos y 25.743 euros), analistas de negocios TIC (nueve inscritos y 53.727 euros), ingenieros de redes TIC (nueve inscritos y 34.474 euros), médicos especialistas (diez inscritos y 42.431 euros), ópticos (diez inscritos y 29.991 euros), odontólogos (11 inscritos y 40.804 euros), ingenieros electrónicos (11 inscritos y 35.441 euros), ingenieros de pruebas (12 inscritos y 37.519 euros), ingenieros de cálculo (12 inscritos y 34.834 euros) y enfermeros (13 inscritos y 29.002 euros) cierran el ranking.
Menos universitarios
Todo ello, en un contexto en el que, según los datos de Infoempleo y LHH Recruitment Solutions, la formación universitaria sigue perdiendo peso en las ofertas laborales. En su informe sobre el mercado laboral, estas empresas señalan que apenas un 26,42% de las ofertas de empleo en Catalunya que especifican algún tipo de formación como requisito para acceder al empleo señalan que debe ser un título universitario.
Se trata de un porcentaje que retrocede 0,15 puntos porcentuales respecto al año anterior y que hace que la formación superior siga sin recuperar el liderato perdido en 2020 entre las ofertas de empleo en Catalunya. Además, la media de ofertas en Catalunya para titulados universitarios sigue muy por debajo de la media española, donde este requisito está presente en un 37,30% de las ofertas (+0,89 puntos porcentuales respecto al año 2021), siendo a escala estatal la formación más solicitada.
Marta Menescal, directora de LHH Recruitment Solutions en Tarragona, pone en contexto los datos: «Normalmente, las carreras más solicitadas por los estudiantes son las que tienen más futuro y más correspondencia en el mercado laboral», donde destaca que «todo el ámbito sanitario continúa estando bastante solicitado», además de «los perfiles IT, muy demandados, y que permiten la no presencialidad, algo que las nuevas generaciones valoran muchísimo».
Sobre este último punto, esta profesional de los Recursos Humanos destaca un cambio de prioridades entre las nuevas generaciones, donde el sueldo ya no es el primer decisor. «A la generación que está viniendo ahora -explica Marta Menescal- le pesa más el salario emocional que el material. Son capaces de decir que en lugar de 30.000 euros cogen 25.000 euros, pero a cambio de que los viernes por la tarde puedan salir, o puedan teletrabajar determinados días. Veinte años atrás, la gente se movía por dinero».
En esta lógica, un criterio importante para la elección de una carrera universitaria hace dos décadas podía ser, también, la retribución esperada en ese sector. ¿Ha sido sustituido ese criterio, por ejemplo, por los días de vacaciones o la facilidad para teletrabajar? Marta Menescal confirma que existen estos perfiles, pero alerta: «Idealmente deberías dedicarte profesionalmente a lo que te gusta. Pero, si no es el caso, debe gustarte mínimamente y tener una mínima vocación para ello».
«Porque, por ejemplo, por mucha salida que tenga enfermería -prosigue-, si me da miedo la sangre, ¿qué hago? O si quieres entrar en el sector educativo porque piensas que tendrás muchas vacaciones, pero no te gustan los niños, estar tantas horas en clase será imposible. Has de buscar ese mínimo».
Alicia Linares Roger, miembro de la Comissió Consultiva de la Fundació Factor Humà, pedagoga y profesora asociada de la Facultat d’Educació de la Universitat de Barcelona (UB), asegura que el eterno debate entre vocación y salidas profesionales «no está superado, y es el día a día» de muchos de los jóvenes que deciden emprender una carrera universitaria, donde «siguen habiendo familias que creen que los jóvenes han de explorar, mientras que otras piensan en si esa carrera tiene salida profesional».
«Mi postura -explica Alicia Linares- es que los niños y las niñas han de decidir aquello que creen que les gustará. Unos pocos afortunados lo tienen muy claro desde pequeños, mientras que los que no se han enganchado de entrada tienen alguna visión de lo que creen que quieren hacer, y hay que intentar acompañarles en eso».
«Hay que estudiar -prosigue-, porque el mundo laboral es super competitivo, pero intentar decidir alguna cosa pensando, con 18 años, si de aquello podrá vivir... para mí, el primer reto es acabar una carrera. Hay muchos jóvenes que empiezan, pero no todos terminan. La pregunta sería, más bien: ‘¿Me veo cuatro o cinco años estudiando esta carrera?’ De inicio, me preocupa más este objetivo que pensar en el mundo laboral».
«Hoy en día -argumenta esta pedagoga-, las personas volvemos a la Universidad dos o tres veces a lo largo de nuestra vida, así que, para mí, el reto es acabar la carrera esa primera vez».
Garantizarse terminar esa carrera pasa, en algunas ocasiones, por tomar consciencia de que nos podemos haber equivocado eligiendo, y corregir a tiempo. «Hay muchos cambios de carrera tras el primer curso -explica Alicia Linares-, y un factor que lo explica puede ser que el sistema que tenemos hoy para acceder a la Universidad es rocambolesco, no funciona bien».
«Hay chicos y chicas -prosigue Alicia Linares- que tienen el talento para hacer algo y no pueden acceder, porque no tienen la nota. Eso deja fuera de carreras a muchos jóvenes con mucha vocación. En muchos casos, esos jóvenes no están en primero de una carrera porque querían estar ahí, sino porque no tenían otra opción».
«Además -añade esta profesora universitaria-, con la oferta de grados tan amplia que existe hoy, es más fácil no acertar, porque ahora, esa ingeniería que había antes se ha convertido en quince ingenierías distintas o más». Ante esta realidad, Alicia Linares recomienda mejorar el acompañamiento: «En las universidades tenemos poca consciencia de que, cuando esos estudiantes entran por primera vez, se les debería proporcionar una acogida, y los docentes tienen una gran responsabilidad de acogerlos y acompañarlos».
Ante las dudas, «como consejo general -indica Alicia Linares-, les diría que ‘no estás solo, eres muy joven, no sabes mucho... así que busca un orientador que te ayude’, que puede ser un profesor que te acompañe en esa decisión. Para mí, no es un error cambiar de carrera, pero toma una decisión informada con gente profesional del sector».
Marta Menescal, de LHH Recruitment Solutions, coincide en que, antes que nada, terminar la carrera y conseguir ese título universitario es mucho más importante que cursar una u otra carrera. En otras palabras: sin título, no hay fase siguiente en el mercado laboral. «Hay muchas profesiones en las que has de tener una titulación universitaria -explica Marta Menescal-, pero no tiene tanta importancia cuál sea, porque después te formas con el máster que toca. Hay muchas carreras que te dan mucha flexibilidad, y luego siempre estás a tiempo de especializarte».
¿Qué sucede con esos grados que nunca están entre los más demandados por el mercado laboral, generalmente de los ámbitos de Humanidades y Ciencias Sociales? «Lo que está claro es que tendrás pocas posi- bilidades de dedicarte a lo que has estudiado -admite Marta Menescal-, pero como que tienes un título universitario, formándote puedes tener oportunidades. El título universitario es importante tenerlo, sea de lo que sea, porque al final es lo que te abre la puerta a las empresas».
Una afirmación que, visto el auge de la Formación Profesional, podría cuestionarse hoy. Y así es en el corto plazo, pero no en el medio y el largo plazo. Lo explica esta profesional de los Recursos Humanos: «No me extraña que aumenten los estudiantes de ciclos formativos, porque son gente que se los rifan en las empresas, porque no hay. Todo lo que sean perfiles manuales, hay una escasez enorme, y animaría a los jóvenes a hacer FP, porque encuentras trabajo en el minuto cero y bien pagado».
Dicho lo cual, añade Menescal: «Pero, aunque tienen empleabilidad, a largo plazo, si quieres tener una posición relevante en una empresa, te pedirán el título universitario. Si quieres progresar, a la larga el título universitario te lo van a pedir, y te acabarás sacando esa carrera de ingeniería».
En cualquier caso, con un mínimo de vocación. Lo resume Alicia Linares, de la Fundació Factor Humà: «Cada cual elige como quiere, y si tú has cursado esa carrera porque cuando termines ganarás mucho dinero o tendrás muchas vacaciones, pero no tienes pasión, al final te será más difícil».
«Sería fuerte -concluye Alicia Linares- decir que estos perfiles no serán buenos profesionales, porque puede ser que después se apasionen y evolucionen. Serás un profesional correcto, que hará lo que toca, pero siempre pienso que los mejores profesionales son aquellos apasionados por su trabajo».