La segunda área tecnológica de Catalunya está en el Camp de Tarragona

Las comarcas del sur de Catalunya consolidan su posición como polo de atracción de inversiones y talento

El Camp de Tarragona se consolida como el segundo polo tecnológico de Catalunya. Aunque a mucha distancia del liderazgo de Barcelona, el sur de Catalunya cuenta con un ecosistema propio perfectamente identificable, capaz de atraer algunos hubs globales de empresas tecnológicas multinacionales y perspectivas de seguir creciendo.

Si en Barcelona el epicentro se sitúa en el distrito tecnológico 22@, en el caso del sur de Catalunya es la ciudad de Reus, con Tecnoredessa al frente, la que ha sido la gran impulsora de este salto, con la ubicación de hubs globales como el de T-Systems (perteneciente al grupo Deutsche Telekom) o Viewnext (perteneciente a IBM).

El fenómeno, sin embargo, trasciende términos municipales y empieza a extenderse a la vecina ciudad de Tarragona, donde la francesa Inetum ha instalado en el Business Pier de la marina Port Tarraco un centro de trabajo con un centenar de profesionales, además de contar con empresas locales de envergadura como Grupo Castilla, con sede en Riudoms.

Sergi Novo, Cluster Manager del Clúster TIC Catalunya Sud, la asociación empresarial que aglutina a las principales empresas tecnológicas con presencia en el Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre, constata que «es evidente que el sector tecnológico y digital crece, y lo hace de forma clara, con la incorporación de más de 300 nuevos perfiles tecnológicos digitales este año 2023» a las empresas que integran esta asociación.

Y, aunque «la sombra de Barcelona es muy larga y eclipsa un poco el potencial que tiene el área metropolitana del Camp de Tarragona -prosigue Sergi Novo-, cada vez hay más empresas que se plantean invertir más en el Camp de Tarragona que en Barcelona».

La razón que lo explica, en su opinión, es que cuando una de estas empresas globales decide implantar un centro de trabajo en Barcelona, «cuando llegan hay una guerra de salarios, cosa que aquí no sucede; hay un cierto fair play», que se suma a «una unidad estratégica del territorio, donde Reus y Tarragona deben remar juntos, y estoy convencido de que en los próximos meses veremos alguna cosa en este sentido».

Con Tecnoredessa ocupada prácticamente al cien por cien de su capacidad, el gran reto, hoy por hoy, es la disponibilidad de espacios para seguir escalando este clúster, porque «el handicap es que estas empresas tecnológicas no construyen», señala Sergi Novo.

Desde T-Systems, que con 387 personas en su hub de Reus (y una previsión de alcanzar las 500 personas a finales de 2024) fue la primera gran empresa en apostar por este territorio en un ya remoto año 2007, Manuel Gutiérrez, vicepresidente de Digital Solutions de T-Systems Iberia, explica las razones que les llevaron a tomar esta decisión: «Hay talento, tiene la Universitat Rovira i Virgili (URV) y escuelas de Formación Profesional cerca, está suficientemente alejado de Barcelona, con costes de vida diferentes, y se está demostrando que es uno de nuestros centros que, conforme va creciendo, va generando más atracción».

Por contra, señala este directivo, «Barcelona, donde T-Systems fue en 2003 la primera gran empresa con headquarters en el 22@, hoy empieza a estar muy copada por empresas globales, y Reus es la gran oportunidad».

«Sería -prosigue Manuel Gutiérrez- un poco como el 22@ hace diez años, que tiene empresas con una base sólida y no está tan competido». A corto-medio plazo, vaticina, «lo que terminará pasando aquí es que Reus y Tarragona acabarán convergiendo y, aunque tengamos un campus distribuido de 10 kilómetros, eso no es demasiado, y no hay tanta diferencia como para que no haya una apuesta común. En todos los espacios que haya al alcance, si hay talento, que lo hay, las empresas invertiremos».

De hecho, la última gran inversión de una de estas empresas globales, también con sede central en el distrito tecnológico 22@ de Barcelona, ha buscado en Tarragona su ubicación de futuro. Se trata de Inetum Catalunya, perteneciente al grupo francés Inetum, que recientemente abrió un centro de trabajo de 500 metros cuadrados en el Business Pier de la marina Port Tarraco, y que sigue buscando espacios para crecer en esta ciudad.

Susana Prado García, directora general de Inetum Catalunya, explica que «cuando hicimos el boom en Barcelona y decidimos desdoblarnos, tuvimos clarísimo que tenía que ser en Tarragona, porque tienes la URV y FP Dual, con mucho talento joven que pone al alcance de tu compañía perfiles muy diversos».

«Pienso -prosigue Susana Prado- que no se visibiliza todo el potencial que tiene Tarragona, y desde fuera sigue siendo una gran desconocida». Ante todo, «es calidad de vida -prosigue la directora general de Inetum Catalunya-, y cada vez estoy detectando más gente de aquí que hizo su carrera profesional en Barcelona y que ha vuelto, de la mano de grandes corporaciones, con proyectos muy innovadores y ambiciosos».

Mercedes Teruel, vicepresidenta del comité ejecutivo de la sede en Tarragona del Col·legi d’Economistes de Catalunya (CEC), coincide en que «si las empresas son potentes, atraen talento, sobre todo joven, y permiten a otros perfiles volver al territorio de origen después de haber adquirido una experiencia».

En este sentido, lograr atraer algunas empresas de dimensión global es lo que marca la diferencia y sienta las bases de un efecto multiplicador todavía por llegar. «Es algo muy positivo -argumenta Mercedes Teruel-, porque puede implicar que otras empresas se fijen en la ubicación, creando externalidades positivas, pero también para empresas subsidiarias que atraigan una cadena de valor».

En opinión de Josep-Maria Arauzo-Carod, catedrático de Economía en la Universitat Rovira i Virgili (URV), «lo más complicado es empezar: ahora ya tienes esas empresas, y el crecimiento a partir de ahora tendría que ser más sencillo, exponencial. Se trata de tener una empresa tractora. Si ves una empresa de estas, como puede ser el caso de T-Systems, eso te señaliza el lugar como una destinación buena».

De cara a este futuro inmediato, este catedrático alerta de algunos riesgos en ese consenso generalizado que ve en la suma de esfuerzos la estrategia a seguir, ampliando la dimensión territorial de este clúster tecnológico originado en Reus a todo el Camp de Tarragona o, más recientemente, al proyecto de Àrea Metropolitana de Tarragona que empieza a sonar a ambos lados de la T-11, ese tramo de autovía que, según se mire, separa o une los municipios de Tarragona y Reus.

«Yo haría una estrategia inteligente -reflexiona este profesor de la URV-, porque si ya cuesta mucho atraer este perfil de empresas hasta Reus y lo llevas a todo el Camp de Tarragona, no tiene sentido disgregar esfuerzos». El riesgo, en su opinión, es entrar en una competición entre municipios que convierta en estériles esos esfuerzos: «No creo que sea ningún disparate [buscar una estrategia común], pero sería necesaria una estabilidad en las políticas y que, quien mande después, siga con esa política».

Si se logra entrar en esa nueva fase de crecimiento exponencial , «eso implica pasar de un modelo con mucha ocupación poco cualificada a otro que, si continúa creciendo, brinda muchas posibilidades laborales, porque el problema que tenemos ahora es que cada año perdemos talento, y los mejores profesionales acaban yéndose al área de Barcelona».

Mercedes Teruel, del Col·legi d’Economistes de Catalunya, aporta su visión estratégica: «Lo ideal es hacer un clúster geográfico real, y está bien que se juegue de forma coordinada, sobre todo si hay, como está sucediendo, un problema de acotamiento físico de los espacios. Si puede haber cierta complicidad y colaboración, eso siempre es positivo».

Unas complicidades que, si nada se tuerce, se están moviendo ya, lejos de los focos públicos, buscando aprovechar cada elemento que pueda aportar valor. Lo resume Sergi Novo, del Clúster TIC Catalunya Sud: «Barcelona tiene una marca potentísima, y eso es algo que desde aquí hemos de celebrar, porque todas las empresas tecnológicas quieren tener presencia allí. Lo que deberíamos hacer como territorio es trabajar una buena marca de área metropolitana del Camp de Tarragona, que para un europeo es Barcelona Sur, con mucha más disponibilidad de espacio, de alquileres...».

«Por eso es muy importante -concluye Sergi Novo- que empresas como T-Systems, Inetum, Viewnext o Izertis vengan aquí y nos posicionen en el mapa, porque cuando una empresa corporate visita el territorio, quiere asegurarse de que no es ni la primera ni la única, y quiere tener garantizado el talento».