‘Building blocks’ de plástico

PLASTICPeople

Durante un viaje «para redescubrirse», el reusense Néstor Catalán ideó un proyecto con el que crear nuevos productos a base de plásticos reciclados

Parar para encontrarse. Néstor Catalán (Reus, 1978) se licenció en Ingeniería superior Informática por la URV. Llevaba 15 años trabajando en comunicación y publicidad en una multinacional con site en Barcelona, con un empleo estable y bien remunerado, cuando decidió escuchar lo que «el cuerpo le pedía»: hizo un break para tomarse un año sabático porque «el barco iba navegando muy bien, pero no tenía claro que fuese yo quien controlase el timón». Catalán necesitaba responderse dos preguntas clave en la vida, una de ellas, eterna: «¿qué me hace feliz? y ¿en qué realmente soy bueno?».

Su viaje le llevó al sudeste asiático, donde gracias al estilo de vida y el carácter de sus gentes, descubrió la respuesta a la primera cuestión: «ayudar a que las personas estén contentas y hacer que pasen cosas». Sus estudios y su bagaje en el ámbito de la publicidad le facilitó responder a la duda de qué se le daba bien: «estaba acostumbrado a enfrentarme a retos, así que podía poner mi background a solventar problemas para ayudar a los demás».

En Vietnam descubrió «una especie de juegos con bloques de madera» que podían convertirse en diferentes productos, según la necesidad y el escenario. «Los building blocks pueden transformarse en muchas cosas y desarrollan el diseño, la imaginación y la creatividad, además de hacer algo colectivo». Esa pequeña start up basada en la madera fue el germen de su actual proyecto, viendo que la reutilización de un material podía dar lugar a nuevas opciones.

«Estando en Da Nang descubrí los polímeros. Porque veía cómo playas paradisíacas se convertían en un mar de plástico tras las tormentas y mucha gente lo recogía», narra Catalán. «No sólo era por amor al medioambiente, sino también porque algunos productos de este material tenían un valor».

Ahí recuperó la idea de los building blocks, pero con plástico: planchas y tableros de tamaño industrial que puedan aplicarse a múltiples cosas. «Encontramos un material bonito, limpio, con propiedades estructurales y mecánicas estables para trabajar, relativamente económico y que además era reciclado», explica Catalán. Buscando la sostenibilidad y el menor impacto ambiental, tambien le daban «un valor a su aplicabilidad y al trabajo de su recogida».

Así, en 2019 nació PLASTICPeople en Vietnam, de la mano de Catalán y su socio, Nano Morante. Su primer proyecto fueron unas taquillas de unos vestuarios para un hotel boutique 5 estrellas. Su buen funcionamiento hizo que en 2023, Catalán decidiese, en solitario, replicar el negocio en Europa, fundando PLASTICPeople Spain, con sede en Cambrils. «Aquí las leyes son muy distintas y tenemos un buen sistema de reciclaje», destaca Catalán, quien indica que sólo utilizan residuo local de gran tonelaje, «limpio y controlado», con el que construyen paneles de grandes dimensiones, con los que después proyectan nuevos diseños en función de las necesidades de los clientes. Para crear una plancha (2,4x1,2m) utilizan entre 30 y 60 kilos de plástico reciclado y por m2 el precio parte de los 20€.

«Queremos desarrollar una conciencia para mejorar el medioambiente, pero también para pensar en qué podemos hacer nosotros para que el mundo sea diferente», es la base de su filosofía.

Finalistas de la reciente cuarta edición de los premios Fet a Catalunya 2024, también se están preparando para participar en los DayOne de este año, gracias a los que «obtendrán más visibilidad».

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