Competencia se inclina por alargar su análisis de la opa de BBVA sobre el Sabadell

Hay ambiente de aprobación pero la CNMC quiere trasladar el mensaje de un trabajo impecable. La autorización final podría llegar la próxima primavera

Es más que probable que el consejero delegado del BBVA, Onur Genç, se lleve un disgusto. El presidente, Carlos Torres, también. En la semana que acaba de terminar, el primero de ellos mostró su «convencimiento» de que la oferta de BBVA para adquirir las acciones del Banco Sabadell pasaría con buena nota y rápido el siguiente escalón burocrático tras recibir luz verde del BCE: la aprobación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. El plácet del organismo que dirige Cani Fernández es imprescindible para ir al siguiente, la autorización de la CNMV, el supervisor del mercado bursátil. Ir rápido y sin problemas, dio a entender Genç, es obtener una autorización en lo que se denomina ‘Fase 1’. Sin embargo, todo apunta a que el resultado será favorable al final para el banco vasco, pero tras un camino más largo y tortuoso. Aunque la decisión aún no se ha adoptado en el consejo de la CNMC -puede incluso demorarse hasta finales de año-, fuentes consultadas por este medio aseguran que hay una «clara inclinación» a llevar el caso a la denominada ‘Fase 2’.

¿Y eso qué significa? En primer lugar y con el calendario en la mano, tiempo. Más tiempo. Aunque formalmente esa segunda etapa debe resolverse en tres meses, lo cierto es que se puede alargar mucho más porque la CNMC puede decretar ‘tiempos muertos’. De confirmarse, no sería de extrañar que una autorización que BBVA ansía tener antes de las próximas uvas de fin de año se aplace hasta la primavera o incluso a las puertas del verano de 2025.

Si en la ‘Fase 1’, en la que estamos ahora, Competencia analiza información facilitada por ambos bancos e informes técnicos -el objetivo principal es analizar cuotas de mercado por segmentos y geografías-, en la ‘Fase 2’ se abre un periodo de alegaciones. No solo el Gobierno y otras instituciones públicas y privadas pueden mostrar su preocupación por la fusión de ambos bancos. Cualquier empresa, cualquier ciudadano individual, puede remitir un escrito a la CNMC, justificando sus temores o lo contrario, alabando las ventajas de esta concentración.

Lo cierto es que es inusual. La práctica totalidad de los expedientes de concentración de empresas se han resuelto en la ‘Fase 1’, que es lo lógico cuando no se supera una cuota de mercado del 25%. En ningún segmento de actividad el matrimonio BBVA-Sabadell traspasaría ese umbral. Ni siquiera en el de crédito a pymes, que se estima en un 22%. Competencia, al parecer, quiere lanzar el mensaje de que el estudio ha sido minucioso y la visión amplia, dando audiencia a todos los interesados, para despejar cualquier duda sobre su decisión. Y es que, aseguran, saldrá con el sello de ‘aprobada’.

Repunte de ‘guerrilla’ y nuevas fricciones

El paso del tiempo en el proceso de opa también va a provocar, según apuntan los expertos, que exista un mayor trasvase de acciones de inversores particulares y minoritarios -algo que al parecer ya se estaría produciendo- a manos de fondos de inversión.

Ya cuando se presentó la oferta, los institucionales -teóricamente más proclives a aceptar la opa- controlaban algo más del 53% y, se supone, esa tasa ha aumentado. Más tiempo, añaden, «también significa que se va a reforzar la ‘guerrilla’ en torno a la operación», cuyas primeras escaramuzas ya han comenzado: declaraciones en contra de la operación de patronales catalanas; creación de asociaciones de accionistas minoritarios para hacer ruido y protestar y, sobre todo, presiones políticas al Gobierno de Pedro Sánchez también desde los partidos catalanes.

En esa ‘guerra’ entre ambos bancos -no se usan cañones, se dispara dinero- las escaramuzas se suceden y habrá nuevas fricciones.

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