Catalunya rechaza sumarse a un frente común en contra del cierre de las nucleares
La presidenta de Extremadura reclamaba sumar fuerzas para pedir la continuidad de las centrales
El Govern de Salvador Illa está «unicamente centrado en la transición energética de la mano de las energías renovables» y ha rechazado así sumar fuerzas con Extremadura, como le reclamaba su presidenta, María Guardiola, para pedir conjuntamente la continuidad de las centrales nucleares.
Así se ha posicionado en rueda de prensa la consellera y portavoz del Govern, Sílvia Paneque, quien ha destacado que Catalunya está «atrasada» en cuanto a la implementación de renovables y ha recordado que su objetivo es que la producción bruta de las fuentes renovables en Catalunya sea del 50 % en 2030. «Este es nuestro camino y aquí seguiremos», ha afirmado.
Guardiola instó ayer lunes mediante una misiva a sus homólogos de Catalunya, Comunitat Valenciana y Castilla-La Mancha a reclamar conjuntamente la continuidad de las centrales nucleares ubicadas en las respectivas comunidades autónomas y, de esta forma, revertir «la fatal hoja de ruta de cierre» marcada por el Gobierno central.
En su última gran acción al frente del ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, Teresa Ribera, hoy vicepresidenta primera de la Comisión Europea, mantuvo inalterado el calendario de cierres de las centrales nucleares, que en el caso de la demarcación de Tarragona afecta a tres reactores nucleares: Ascó I (con cierre definitivo en octubre de 2030), Ascó II (con cierre en septiembre de 2032) y Vandellòs II (febrero de 2035).
En sus cartas, la presidenta extremeña, María Guardiola, advertía de que el plan de cierre aprobado por el Gobierno de España «nos afecta a todos», pues «más tarde o más temprano, si no lo evitamos, será una condena para muchas familias a quedarse sin su modo de vida».
En concreto, Guardiola remitió cartas a los presidentes de Catalunya, Comunitat Valenciana y Castilla-La Mancha, Salvador Illa, Carlos Mazón y Emiliano García-Page, respectivamente, a quienes les pidió que apoyen con su presencia a la manifestación convocada el próximo 18 de enero por los ayuntamientos del área de influencia de la central nuclear de Almaraz frente a esta instalación energética.
El anunciado «apagón nuclear», afirma Guardiola en sus cartas, comenzará en 2027 con el cierre de la central de Almaraz (Cáceres), la cual, según recuerda, «no ha dejado de invertir en seguridad y figura entre las centrales con «desempeño excelente» a juicio de la Asociación Mundial de Operadores de Centrales Nucleares (WANO).
Remarca que la decisión del Gobierno de España de poner fin a la actividad de las centrales nucleares que operan en territorio nacional «tendrá graves consecuencias para todos», pues afectará a la soberanía energética, «desmantelará» el modo de vida de miles de familias con la pérdida de puestos de trabajo y «asestará un golpe difinitivo al PIB de las cuatro comunidades autónomas que tienen plantas nucleares en sus territorios.
Asegura Guardiola en sus cartas que la central de Almaraz, de cuya actividad dependen más de 3.000 familias, es un ejemplo de creación de empleo, riqueza y fijación de población en el entorno rural.