Los regantes del pantano de Ulldecona se quedan sin agua
Las reservas se sitúan por debajo del 4% y los agricultores deberán recurrir a pozos
El agua del pantano de Ulldecona no podrá destinarse a usos agrícolas debido a la sequía, que ha dejado bajo mínimos el embalse, por debajo del 4% de su capacidad.
En este contexto, la Confederació Hidrogràfica del Xúquer ha decretado este viernes el cierre de las salidas del embalse, del que se benefician unos 600 miembros en activo de la Comunitat de Regants d’Ulldecona, al tiempo que se mantiene un caudal ecológico para el río Sénia.
Los agricultores encaran la campaña de riego con incertidumbre y el único soporte de dos pozos para garantizar la supervivencia de los cultivos. El secretario del organismo, José Manuel Queralt, apuntó que las captaciones sólo les proporcionarán un tercio del agua necesaria, mientras que los costes se triplicarán.
La falta de lluvias de los últimos meses han supuesto el cierre del regadío del pantano de Ulldecona, una orden que ha emitido este viernes al mediodía la Confederación Hidrográfica del Júcar.
La sequía dejó el embalse con 0,43 hectómetros, por debajo del 4% de su capacidad, que podría llegar hasta los cerca de 11 hectómetros. Según el organismo, en la última comisión de desembalse celebrada este mes de marzo se acordó esta medida en caso de que las reservas hídricas estuvieran por debajo de los 0,5 hectómetros y la entrada de agua fuese nula.
Ahora bien, si finalmente llueve en las próximas semanas y se recupera este volumen hídrico, podría volver a permitirse la salida de agua para el riego siempre que el caudal de salida no sobrepasen los de entrada al embalse.
Esta situación obliga a la Comunitat de Regants d’Ulldecona, que tiene 1.556 miembros de los que unos 600 operativos, a recurrir a dos pozos para garantizar la supervivencia de los cultivos. La campaña de riego empezará el próximo 15 de abril y la frecuencia con la que se suministrará agua dependerá de la demanda y de las provisiones hídricas que haya en cada momento.
El secretario del organismo, José Manuel Queralt, ha alertado al ACN de que esta operación repercutirá directamente a los campesinos. «Son dos pozos que se realizaron para riego de auxilio, que representarán una tercera parte del caudal necesario y un incremento de costes que se triplicará debido al coste de la energía, la luz y el gasóleo», aseveró.
Así, Queralt calcula que se pasará de pagar 0,13 euros por metro cúbico de agua a 0,52 céntimos aproximadamente. A todo ello habrá que sumarle la demanda de los campesinos, ante una opción que no representa una «garantía total» de agua, si bien el objetivo principal es asegurar la subsistencia de los cultivos que se extienden por unas 1.700 hectáreas.
Experiencias previas
La situación no es nueva para los agricultores; según Queralt, los episodios de sequía fueron recurrentes en la zona en la última década. El contexto actual les recuerda en la campaña del 2018, momento en el que se regularizó las tandas de riego cada 21 días.
«El incremento de los costes del agua pueden frenar a algunos campesinos a continuar la explotación de las fincas y se puede producir algún abandono o la limitación de riego en cultivos para salvar las plantaciones y perder la cosecha», lamentó.
Uno de esos campesinos que verá limitada la frecuencia de riego es Jordi Sansano, que hace tres años compró una finca de dos hectáreas donde mayoritariamente tiene frutales.
A raíz de la sequía continuada, en ese tiempo ha tenido que arrancar y replantar unos 600 árboles, además de actualizar el sistema de riego por goteo para hacerlo más eficiente y economizarlo al máximo. La campaña actual la ve «complicada», no sólo por la cosecha, sino también por evitar la muerte de los árboles en el actual contexto de calor y sequía.
En este sentido, ha insistido en la importancia de que las diferentes administraciones catalanas, valencianas y estatales involucradas en este pantano se pongan de acuerdo en determinar y otorgar ayudas a los productores de la zona y no se sacudan responsabilidades entre ellas.
En la misma línea, Queralt criticó la actual planificación hidrológica por «sobrevalorar los recursos» y «atender más demandas que recursos disponibles». Ante esta situación, el secretario de la Comunitat de Regants pidió que las medidas se decidan con datos «reales» de los recursos en el contexto actual.