La flota pesquera se ha reducido a la mitad en 25 años
El sector del arrastre confía en una mayor sensibilidad del nuevo comisario europeo de Pesca, el chipriota Costas Kadis, para conseguir una moratoria a las nuevas restricciones
La flota pesquera se ha reducido a la mitad en 25 años en Catalunya y la propuesta europea de reducir los días de pesca de arrastre a solo 20 ó 28 al año puede ser la estocada final al sector. Según datos de la Generalitat, se ha pasado de unas 1.200 embarcaciones de pesca en el año 2000 a unas 600 en la actualidad, de las cuales 400 son de artes menores y 200 de arrastre. Por lo que respecta a la facturación, este tipo de pesca supone el 60 por de lo que generan las cofradías catalanas. En declaraciones al Diari, el director general de Política Marítima i Pesca Sostenible del Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació, el ampostino Antoni Espanya, se pone al lado del sector y denuncia que la reducción a solo 28 días anuales de trabajo «sería algo inviable para cualquier empresa». «Supondría la desaparición de facto del sector del arrastre y de paso, pondría en jaque la viabilidad de las cofradías», asegura.
La Generalitat y todas las comunidades autónomas con flota en el Mediterráneo se han alineado con el Ministerio de Agricultura. Como ya explicó el Diari, España, Francia e Italia harán un frente común en Bruselas para pedir una moratoria a esta medida en el año 2025.
La voluntad, según detalla Antoni España, sería revisar el sistema de evaluación de los recursos pesqueros. Y es que los datos que maneja la Generalitat, del Institut Català de Recerca per a la Governança del Mar (ICATMAR), apuntan a los efectos positivos de las medidas realizadas en los últimos años, como las vedas biológicas, y a una situación mejor de las especies de referencia, como el salmonete, la merluza o la gamba, entre otras. «La moratoria también nos servirá para poder evaluar y presentar el impacto del sector en el territorio, y lo que supondría su desaparición en las comunidades locales». Antoni Espanya también considera al sector pesquero estratégico, para avanzar hacia una mayor soberanía alimentaria. Y es que, actualmente, sólo el 18 por ciento del pescado que se consume ha sido capturado en las costas catalanas.
La Ràpita, el principal puerto
El puerto de la Ràpita cuenta con 31 embarcaciones de arrastre, de las cerca de 90 que conforman su flota en total. Cada año van bajando por las condiciones cada vez más exigentes que se imponen al sector, y respecto al año pasado hay 4 menos.
El presidente de la cofradía Verge del Carme y presidente también de la Federació Territorial de Confraries de Pescadors de Tarragona, Eusebi Rosales, confía en que el nombramiento del nuevo comisario de Pesca, el chipriota Costas Kadis, sea más favorable para los intereses de la pesca de arrastre del Mediterráneo. La decisión definitiva llegará en menos de una semana, en la reunión de los días 9 y 10 de diciembre en Bruselas. «Al ser también del Mediterráneo, conoce mejor nuestra realidad y esperamos que sea más sensible», afirma. «Llevamos muchos años de vedas y muchos sacrificios. Esta propuesta que hay sobre la mesa es directamente innegociable, porque supone desmontar el sector», insiste Rosales.
El secretario de la cofradía de la Ràpita, Joan Balagué, considera que lo vivido en los últimos años ha sido una persecución. «Pero lo de ahora es una propuesta desmesurada y no puede tirar adelante».
En el resto de las Terres de l’Ebre, el puerto de L’Ametlla de Mar cuenta con 16 barcas de arrastre (de las 38 que conforman en cojunto su flota), y hay tres en Les Cases d’Alcanar. Actualmente, no hay barcas de arrastre en L’Ampolla y tampoco, por sus condiciones, en el puerto de Deltebre (situado en el río Ebre).
La secretaria de la cofradía de L’Ametlla de Mar, Isabel Betoret, insiste en la «absurdidad» de la propuesta. «Hay pescado en el mar: las vedas y medidas adoptadas, y los sacrificios de los pescadores, han tenido efecto. ¿Por qué quieren matar al sector?», se pregunta.
Para el presidente de la cofradía de L’Ampolla, Jordi Pitarque, no se puede pedir a los pescadores pasar de faenar 150 ó 170 días al año a hacerlo sólo 20 ó 28. «No da para vivir».