Amposta y Alcanar, los municipios de Catalunya que más agua pierden

Casi la mitad de los municipios auditados pierden al menos un 20% del agua de su red por fugas. Estas dos ciudades pierden más del 60%

Amposta y Alcanar son los municipios catalanes que más agua pierden, entre las 121 poblaciones que han realizado una auditoría hidráulica en los últimos meses. Cerca de la mitad de los pueblos y ciudades auditados pierden al menos el 20% del agua que entra en la red a causa de fugas, rotura de tuberías, desbordamientos de depósitos y similares. Amposta y Alcanar pierden el 64% y el 60%. En la primera, el 60,3% del agua se pierde por fugas y el 3,5% por otras causas. Y en la segunda, el 56,8% es por fugas, y el 3,5% por otras causas.

Esta es una de las conclusiones de un análisis de las auditorías municipales realizado por la ACN. Estos estudios son obligatorios para las entidades suministradoras de agua en servicios con más de 5.000 abonados, y revelan que, además de Amposta y Alcanar, hay otros 14 municipios de la provincia de Tarragona que pierden más del 20% de sus recursos hídricos. El que más, detrás de estas dos ciudades, es Mont-roig del Camp: 48,42%.

De los 16 municipios de la demarcación que pierden más del 20% del agua, la mitad están situados en las Terres de l’Ebre. Son Amposta (63,75%), Alcanar (60,3%), Móra la Nova (45,1%), Camarles (43,86%), L’Ametlla de Mar (43,28%) y Tortosa (40,76%). Todos estos municipios se encuentran entre las 30 poblaciones catalanas que más agua pierden, entre los cuales un tercio están en la provincia de Tarragona, el territorio con los municipios que más recursos hídricos malgasta por fugas.

Según datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA), el organismo que ha determinado los indicadores para estandarizar las auditorías, 133 municipios debían publicar los resultados de los estudios antes del 31 de marzo de 2024. De momento, 12 todavía no lo han hecho, según la misma fuente. Entre estas ciudades destacan diversos municipios de la demarcación, como Reus, Corbera d’Ebre o Deltebre, según datos de la ACN.

Amposta y Alcanar lideran el ranking de desperdicio hídrico

Amposta y Alcanar lideran el ranking, y prevén revertir la grave situación de la red de agua potable con la renovación o cambio de los contratos de distribución, que expiran en breve, después de unos veinte años de concesión. Las auditorías de eficiencia hidráulica que Agbar ha realizado a petición de la ACA han confirmado el mal estado de las infraestructuras y la falta de inversión.

En Amposta el actual gobierno municipal ha ido reponiendo tuberías y buscando subvenciones, aprovechando obras en las calles. La capital del Montsià perdía en 2022 más de dos millones de metros cúbicos de agua potable, un 64% de la que se distribuye –un 60% por escapes, y el 4% restante se escapa por errores de contadores o agua pinchada. De los 3.152.140 metros cúbicos que entraron en la red, sólo existían 1.142.704 metros cúbicos autorizados, de los que 979.050 facturados.

En cambio, en Alcanar todavía hay que identificar y ubicar donde se producen los escapes más importantes y tuvieron que denunciar a la empresa porque las obras de mantenimiento nunca se han hecho. La auditoría de Agbar en el municipio indica que 1.355.501 metros cúbicos de agua entraron en la red de la población hace dos años. 538.089 metros cúbicos están autorizados y se facturan 537.152. Así, la red pierde más de 817.000 metros cúbicos de agua al año, el 60% de la distribuida –la gran mayoría, también por escapes.

El alcalde de Amposta, Adam Tomàs defiende que el equipo de gobierno lleva una década trabajando para revertir estas pérdidas y que, «al menos, se han estabilizado». «Cuando levantamos una calle, cambiamos todo el ciclo del agua, creamos la red de pluviales y cambiamos cloacas, tuberías de agua y acometidas de fibrocemento por unas de plomo», ha detallado a la ACN. Tomàs ha puesto como ejemplo la «gran reparación» que han llevado a cabo, en Poble Nou del Delta. Una obra muy necesaria y costosa, de cerca de 900.000 euros.

A los 900.000 euros hay que sumar los 700.000 de inversión que requieren las cloacas de este núcleo urbano de la ciudad y otros 40.000 euros que ha costado la mejora de otra tubería del pueblo. En pocos días, también está previsto iniciar las obras de reposición de una tubería de fibrocemento que abastece a la zona de Valletes, que se rompió en 2022. El coste es de 35.000 euros más IVA. El alcalde de Amposta ha denunciado que estas obras «tienen un coste muy elevado» para los ayuntamientos y que, sin ayudas supramunicipales, «no dan abasto para solucionar el problema endémico del agua».

El Ayuntamiento ha optado dos veces a las subvenciones de la ACA para pagar la obra de Poble Nou y el alcalde lamenta que no han salido adelante. Aún así, el consistorio se presenta a las partidas de subvenciones para mejorar el ciclo del agua. Están pendientes de recibir 200.000 euros para acabar con escapes grandes, una vez se sectorice toda la red de agua de la ciudad. También se ha pedido a la Conselleria de Acció Climàtica una ayuda para el polígono de Orihuela para mejorar la recogida de aguas pluviales y el reaprovechamiento del agua.

Amposta, como Alcanar tiene un contrato de veinte años con la empresa Agbar, antes Sorea. Se firmó en el 2004. Ahora trabajan para «renovarlo» porque «ha quedado completamente obsoleto» y no permite que la concesionaria realice inversiones en la red. Éste es uno de los puntos que se quiere revertir para evitar que todo el coste recaiga sobre el consistorio. Según Adam Tomàs, también quiere incluirse el cambio de los contadores (más de 10.000 en la ciudad) para que sean digitales y se puedan «acotar mucho más» las lecturas y las pérdidas, una medida que también tiene previsto impulsar Alcanar.

El alcalde de Amposta ha avanzado que el nuevo contrato debe prever, «como mínimo» una inversión de cuatro o cinco millones de euros de entrada, «para poder empezar a revertir la situación». «Son muchos recursos anualmente, pero se ha demostrado que no llegamos y que - esta cifra de inversión mínima - es peccata minuta», ha insistido.

Tuberías y estructuras del depósito municipal de agua potable de Amposta en el polígono de Tosses. FOTO: ACN

Cero actuaciones en Alcanar

La situación en Alcanar es aún más grave porque ni el Ayuntamiento puede invertir para frenar las pérdidas y mal estado de la red, ni tampoco lo ha hecho la empresa en todos estos años. De hecho, como ha recordado el alcalde Joan Roig, el consistorio y la compañía tuvieron un costoso litigio porque no pudieron recepcionarse las supuestas obras de mantenimiento que exigía el contrato.

«Ningún interventor quería firmar las liquidaciones ni se pudo fiscalizar la facturación que hacía la empresa a las personas y usuarios», ha apuntado. «Las obras que debían hacerse de renovación de la red, creemos que no se realizaron. Nadie lo certificó», ha añadido Roig. Para el alcalde canareo, la auditoría publicada por la ACA lo corrobora.

El consistorio, ante la información que les trasladó la Agencia del Agua, ha encargado un estudio a una empresa externa para realizar un diagnóstico de la red y determinar «soluciones a corto plazo». «La solución tiene mucho que ver con el origen de lo que nos ha pasado en Alcanar», ha dicho Roig porque el cambio que se hizo, hace veinte años, de un contrato de arrendamiento con la concesionaria a uno de gestión del servicio, «ha terminado siendo una catástrofe». «Llegados aquí, sabiendo que ya no se puede hacer nada, el próximo año se acaba la concesión definitiva de la empresa y habrá cambios», ha avanzado el alcalde.

En Alcanar el abastecimiento del agua se realiza desde pozos propios y una parte de Alcanar Platja recibe agua del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT). La sequía se ha sufrido «a pequeña escala», pero el consistorio reconoce que «hay que ser prudentes y responsables y utilizar el agua como toca».

Pérdidas también por errores en contadores o pinchar el agua

Los balances hídricos se han calculado a partir de una guía común para todas las entidades catalanas, con «una metodología pionera» que garantiza «la calidad de los datos». Se realizan a partir de doce indicadores de desempeño, adaptados por la reconocida Asociación Internacional de Abastecimientos de Agua (IWA), y que están relacionados con la gestión de las fugas y la gestión de las presiones de la red. La periodicidad de las auditorías también permitirá «evaluar la efectividad de las mejoras implementadas».

Aparte de los escapes, los informes también recogen otro supuesto de pérdida de agua: los errores en los contadores o bien pinchar agua para consumirlos sin pagar, que se incluyen agregados en la misma categoría. El centenar de municipios declara que escapan por estos motivos un 4% del total de media. Sin embargo, algunos sobresalen especialmente de la media, como Caldes de Montbui (13,5%) o bien Esparreguera (12,5%) o El Vendrell (12,4%).

Los informes también revelan la disparidad de orígenes del agua que utilizan los municipios. En algunos casos, la totalidad es importada –normalmente de una red vecina–. En otros casos es al 100% producida por el propio gestor de la red. En aproximadamente la mitad de los casos, es una mezcla entre agua propia y de fuera, como el caso de los 17 municipios de Aigües de Barcelona, ​​que tienen un 42% proveniente de otros lugares y un 58% producida por la propia empresa.