Xavi Jaime, el capitán que ha guiado al Reus FC Reddis al ascenso a Segunda RFEF
Xavi Jaime ha vivido los tres ascensos en cuatro años del Reus FC Reddis. Un capitán que honra el brazalete

El árbitro pita el final y Xavi Jaime sonríe. Siente que el ascenso está cerca. Muy cerca. Sabe que el Girona ‘B’ aún no ha terminado su partido, pero comprende que, si el filial gerundense pierde ante el Cerdanyola, su Reus habrá conseguido el billete matemático a Segunda RFEF. Un ascenso nunca es algo simple, pero para el futbolista de Torreforta es mucho más que una alegría o un objetivo conseguido. El brazalete que ha lucido durante la temporada no fue un capricho del destino, sino el regalo que le entregó Marc Carrasco al comprender que nadie representaba mejor los colores del Reus FC Reddis que Xavi Jaime. Ese jugador que decidió regresar en tiempos de incertidumbre porque sentía que su historia con el Reus aún tenía muchos capítulos pendientes.
Él vivió la desaparición del CF Reus Deportiu en la temporada 2019-2020, cuando militaba en su filial. Fueron meses de desgaste en los que el fútbol perdió credibilidad. No lo dejó porque el amor por ese balón le hacía prisionero. Se marchó a las Terres de l’Ebre para militar en el Ascó y en La Rapitenca, donde su talento marcaba diferencias, pero sentía que necesitaba más. Volver a sentir para volver a disfrutar.
Y fue en 2022 cuando entendió que debía volver al Baix Camp para unirse al CF Reddis. Lo hizo sin esperar a que acabara la temporada, renunciando a categorías superiores y abandonando La Rapitenca, para sorpresa de muchos. No lo fue tanto para los que lo conocen de verdad. Un acto de amor y fe hacia un proyecto que, con el tiempo, le ha catapultado. Cuando las decisiones se toman con el corazón, nunca merecen reproche. Hoy es fácil decir que no fue un paso atrás, pero entonces, no todo sonaba tan lógico.
En un vestuario en el que habitan jugadores de la talla y experiencia de Xavi Molina, Ramon Folch o Alberto Benito, entre otros, no es fácil lucir galones, pero con Xavi Jaime nunca ha habido recelos, porque es un jugador que disfruta de ser una voz de autoridad fuera y un jugador diferencial dentro del campo. Es la viva imagen de que la madurez inyecta liderazgo y saber estar en los seres humanos. Xavi Jaime mantiene la pasión por el fútbol, pero le ha añadido una frialdad en los momentos de la verdad que le ha otorgado el respeto de su cuerpo técnico y de sus compañeros.
Siempre bajo la sombra de su hermano Guillem, actual jugador del Antequera y que llegó a ser considerado una de las grandes perlas de la cantera del FC Barcelona, Xavi nunca reprochó nada. Al contrario, entendió que debía ser la persona que cuidara a su hermano pequeño en las entrañas del fútbol. Lo hizo desde que era un niño en ese Parque del Mercadona de Torreforta, donde le defendía de esos niños enrabietados que no entendían cómo un ‘enano’ de seis años les hacía lo que quería con la pelota cuando les doblaba la edad. No lo sabía, pero en esos momentos estaba cultivando esa alma de capitán que hoy en día exhibe. Esa en la que defender a los tuyos en las malas y espolearlos en las buenas es un deber innegociable.
A Xavi Jaime, los tres ascensos en cuatro años le han servido para crecer mucho como persona y como futbolista. El capitán no ha sido una pieza clave en el ascenso del Reus FC Reddis solo por su amor a los colores. Sería injusto decir que su ascenso futbolístico se basa únicamente en ello. El de Torreforta ha crecido a la par que el proyecto, porque con el paso de los años ha añadido cada vez más estímulos a su juego. Un futbolista que ha conservado ese talento con el balón, pero al que le ha sumado mucho trabajo sin él. Sus seis goles han ayudado a catapultar al Reus FC Reddis a la Segunda RFEF.
Xavi Jaime ha actuado de mediocentro en el doble pivote, de interior en el 4-3-3 y de mediapunta por detrás del delantero. En todos esos roles ha marcado diferencias porque su fútbol hoy en día es también de otra categoría. Su asistencia abrió el camino del ascenso en Ca N’Anglada. Allí portaba el brazalete de la fe.