El reencuentro de Varo y Oliva
Los dos coincidieron en el Nàstic durante tres temporadas y este curso vuelven a trabajar juntos
Algo sucede en Tarragona en los últimos años y no es casualidad. Casi todo portero que pasa por el Nou Estadi ofrece su mejor versión y en la mayoría de ocasiones le da un salto a su carrera. Cuando sucede una vez puede ser anécdota, pero cuando se cuentan hasta cinco o seis casos en la última década ya no se puede dejar espacio al azar. Hay un nombre propio que tiene gran parte de culpa en esta estadística y no es otro que el entrenador de porteros: Manuel Oliva.
El técnico de guardametas llegó de la mano de Vicente Moreno y desde entonces se ha dedicado a moldear a todos los porteros que han pasado por el Nou Estadi. Le da igual el momento de carrera en el que están, los años que tienen por delante de fútbol o las condiciones en las que resaltan y en las que deben mejorar. A la mayoría los ha hecho mejores y los ha elevado al máximo nivel.
Toda historia tiene un inicio y la de Oliva en Tarragona guarda una gran sorpresa con un fichaje o retorno, como quieran llamarlo, que se ha dado este mercado de verano. Cuando Oliva aterrizó en Tarragona de la mano de Vicente Moreno se encontró con dos porteros que a día de hoy militan en el fútbol profesional. Manolo Reina y Tomeu Nadal eran los guardametas. El primero fue el titular, pero el segundo creció a la sombra. Dos realidades en la portería que cada semana ofrecían su mejor nivel. Oliva disfrutó como nadie con la mejora y el talento de aquellos dos futbolistas. Tanto que durante los años que estuvieron bajo su jefatura ofrecieron una firmeza bajo palos que les llevó a dar el salto al siguiente nivel. Los dos se marcharon precisamente al Mallorca, aunque no llegaron a coincidir. Nadal se fue en el curso 2015-2016 aterrizando en un fútbol profesional en el que ha estado en siete de las últimas ocho temporadas.
Tras su aventura durante un año en tierras baleares, el guardameta de Manacor firmó por un Albacete en el que militó durante cinco temporadas, consiguiendo un ascenso a Segunda División entre ellas. Luego ha estado dos años en el Oviedo y esta temporada militará en las filas del Tenerife.
Manolo Reina, por su parte, aterrizó en Mallorca tras ser el héroe de la permanencia para el Nàstic en la temporada 2016-2017. Detuvo en la última jornada un penalti a Jona con el UCAM Murcia que permitió a los granas seguir en el fútbol profesional. Su idea era seguir en Tarragona, pero Vicente Moreno le llamó para aterrizar en Son Moix y afrontar el reto de devolver a un histórico al fútbol profesional. La decisión no pudo salirle mejor porque vivió tres ascensos, dos a Primera y uno a Segunda, y en todos ellos fue clave. Tras cinco años en Mallorca, Reina fichó por un Málaga en el que tuvo que vivir un amargo descenso a Primera RFEF.
Bajo la sombra de esos dos grandes porteros había una joven promesa tarraconense que en la Pobla ya estaba haciendo de las suyas con actuaciones llamativas para un guardameta tan joven. Se le conocía como el Águila de La Canonja. ¿Les suena verdad? En efecto, Alberto Varo era el futbolista que ocupaba el rol de tercero. Incluso esa temporada llegó a disputar tres partidos ante el Mestalla, el Badalona y el Constancia. Al año siguiente no tuvo oportunidades, pero sí que vivió el ascenso con el primer equipo al estar siempre en dinámica y también celebró el histórico hito de la Pobla al subir a Segunda B con él como uno de los grandes protagonistas.
Debut en Segunda
En la temporada 2015-2016 debutaría en Segunda División con el Nàstic ante el Valladolid en el curso en el que ascenso a Primera estuvo más cerca que nunca. Le tocó vivir, eso sí, el descenso con la Pobla a Tercera División, pero su rendimiento nunca contempló dudas. Su buen hacer tuvo premio porque fichó por el FC Barcelona ‘B’ con el que ascendió a Segunda y también vivió posteriormente un descenso.
Tras su etapa en La Masía, Varo firmó por un Lugo en el que estuvo durante tres años en Segunda División, aunque nunca pudo gozar del rol de portero titular. Por eso hace año y medio decidió bajar un peldaño y enrolarse en las filas de la Balompédica Linense. Allí se ha reencontrado con la confianza y con su mejor versión. Tanto, que este verano cuando desde el club le preguntó a Oliva por su posible fichaje no hubo incertidumbre en su respuesta.
Su reestreno con la grana ha tardado en llegar por unas molestias que arrastraba desde la temporada pasada. Ya son pasado porque Varo jugó sus primeros minutos de pretemporada en Castalia y ofreció esa versión firme que se espera de él bajo palos.
Hoy ambos ya trabajan de la mano junto a Dani Parra en una portería con claro acento local. Los dos porteros de la casa quieren reeditar esa bonita pelea entre Manolo Reina y Tomeu Nadal que tantas buenas noticias le dio al Nàstic. La portería grana está en buenas manos.