Quintanilla: «Para resurgir aún queda mucho»
Jugador y empresario, el defensa bilbaíno del Nàstic espera que el equipo pueda remontar el vuelo sin fijarse más objetivos que ganar al Calahorra
Alexander Quintanilla (32 años, Bilbao), el hijo del ‘Txirri’ (jugador del Athletic Club de los 80), es un futbolista atípico. Compagina su carrera deportiva con la dirección de una empresa industrial (Enegas). Dos mundos distintos pero con sinergias. El fútbol le da instrumentos de gestión de equipos para sus proyectos empresariales y la compañía le da esa prudencia para ver que aunque los últimos dos partidos ha habido mejora, el resurgimiento todavía está lejos.
¿Cómo está el equipo?
Bien. Con confianza en el nuevo míster y el juego que se está llevando a cabo. Ahora hay que darle continuidad a la idea este fin de semana ante el Calahorra y conseguir los tres puntos.
Pese a la derrota ante el Barça Atlètic, la imagen del equipo fue buena.
El cuerpo técnico y los jugadores hemos intentado reconducir la situación. Todavía estamos en ello. No hemos hecho nada. Es cierto que la imagen fue más acorde a lo que se pretende y lo que la afición demanda. Se perdió, pero el equipo ha dado un paso al frente en intensidad, simplificar ideas y aplicar más ritmo. Esperamos que nos haga remontar la situación.
¿Cuál era la tecla?
Todavía tenemos que demostrar que se ha tocado la tecla. Hay mucho por hacer aún. Cuando remontemos el vuelo te diré qué tecla era. Ahora es insistir.
¿Pero que ha habido un cambio es evidente?
Sí. La diferencia en otros partidos es que estamos siendo más atrevidos y más intensos. Estamos apretando más altos, manteniendo la línea defensiva alta e intentando jugar mucho en campo contrario. Eliminando momentos de riesgo en el nuestro. Eso hace que recuperemos la confianza, famosa, del fútbol. Tenemos que agarrarnos a ella rápido para volcar la situación cuanto antes. Pero insisto, aún no hemos hecho nada.
¿La mejora pasa por ese cambio en la propuesta? ¿Que ahora se sienten más cómodos?
No es tan simple. Son muchas cosas. Lo emocional y la cabeza está siendo lo más relevante dentro de esa ecuación, tan variable, que da el juego y los resultados. Lo táctico es una circunstancia que apoya a lo psicológico. Tenemos que buscar esos escenarios que permitan al equipo, por su compartimiento y su naturalidad, encontrar la manera de sentirse cómodo.
En el aspecto emocional, ¿cómo se ha cambiado?
Para resurgir queda trabajo. No podemos partir de la perspectiva de que hemos conseguido algo. No es bueno para nadie. Hay que agachar la cabeza y seguir trabajando. Demostrando ese hambre y ganas que solo hemos demostrado esta temporada en momentos esporádicos, sin ser capaces de darle continuidad. Se trabaja desde el día a día. Con ejercicios enfocados a es ritmo del juego.
¿Se han lanzado acusaciones a la plantilla de que hubo ‘cama’ a Iñaki Alonso?
Como decía Lillo, cada uno puede tener su opinión, otra cosa es que todas las opiniones sean respetables. Todo el mundo tiene derecho a opinar y a quejarse. Pero a nivel profesional defiendo a mis compañeros por encima de todo.
¿Duele para un profesional que puedan ponerle en duda de esta manera?
Mi profesionalidad va en no estar pendiente de esas cosas que forman parte del fútbol. Estoy centrado en mi labor. Cuando he estado pendiente del entorno no me ha ido bien. Entiendo que el aficionado haga sus cábalas y esté enfadado. Nuestra labor es darle la vuelta, pero sin entrar a juzgar en lo que desde fuera se puede decir de nosotros.
Ha tenido una temporada de muchos altibajos. Ahora parece que vuelves a estar cómodo.
Desde que empezó el 2023 estoy mejor. He atravesado momentos de peor forma, con lesiones y molestias que no me han permitido estar al nivel que esperaba estar. Pero desde enero he dado un paso adelante en cuanto al físico y me permite estar más cómodo en mi juego.
Llevas diez amarillas esta temporada. Camino de superar tu registro. ¿Crees que tiene algo que ver con la crítica que hiciste al finalizar la pasada temporada?
Crea o no, no lo voy a saber. No le voy a dar vueltas. Es verdad que en otras temporadas tuve que forzar la quinta amarilla. Tengo alguna temporada que pasé de diez.
¿Y a qué lo achacas?
Esta temporada hemos encajado más goles. Hemos vivido más fases defensivas menos controladas. Ha habido momentos, fuera de posición, que te hacen cometer más faltas. Probablemente alguna de las amarillas sí que haya pesado. Cada cuál sabrá.
¿Te quedaste a gusto con el discurso?
No era una cuestión de quedarme a gusto. Es una realidad que sigue vigente. Tengo la capacidad de tener una perspectiva más alta y analizar las cosas. Tampoco no voy a insistir en el mensaje. Pero está claro que la situación no se corresponde con el nivel de profesionalidad que demuestran los futbolistas y clubes. Los esfuerzos que se hacen. Lo hice de manera constructiva. Mira, este año hay play-off. Algunas cosas se han mejorado, pero seguimos lejos de dónde debería estar esta categoría.
¿Tuviste un verano reflexivo, con la posibilidad de seguir o dejarlo?
Tenía varias ofertas de clubes de la misma categoría y del extranjero. Algunas mucho mejores económicamente. Pero si seguía, era aquí. No tenía dudas. No era un tema de dónde. Si no si me tocaba recogerme o seguir en el fútbol. Me guié por mi sentimiento. No es habitual en mí. Soy una persona bastante cabal. A pesar de que la temporada, hasta el momento, no está siendo del todo buena estoy orgulloso, satisfecho y encantado de estar aquí.
¿Este año tocará volver a reflexionar?
Sí. Te digo la verdad, estoy feliz aquí. Me siento como en casa. En el club, en la ciudad. Es como todo, cada vez te enganchas más.
Su padre fue futbolista profesional, Txirri, ¿Ha sido un padre de los que están encima?
No en exceso. No sé cómo lo ha hecho. Lo admiro. El rol que ha ejercido como padre, al ser persona de fútbol, no ha sido de esos que meten presión a los hijos. Que pasas por los campos y parece que estén jugando la Champions. Ves a chicos estresados cuando lo que tienen que hacer es disfrutar, estar con amigos, coger hábitos saludables, etc. En casa tenía un profesional y supo transmitirlo. Le he pedido más veces yo a él que me corrigiera.
¿Todavía hoy le consultas o te corrige?
Sí. No tanto en lo individual. Si ve algo sí, pero es más del juego del equipo, la línea defensiva o aspectos puntuales. Además de haber sido futbolista se ha dedicado al fútbol después. Ha estado en Lezama, ha trabajado para la Real Sociedad. Tiene una facilidad para explicar el fútbol increíble. Te sientas a su lado y te va dando detalles del partido que ni te das cuenta hasta que no te lo cuentan. Tengo mucha suerte de que siempre me haya dejado ser yo mismo y nunca me ha presionado. Gracias, aita.
¿Y te ha enganchado ese gusto por el fútbol más allá de la carrera de futbolista?
No sé qué pasará después. Nunca lo puedes decir. No me llama. Es muy sacrificado.
¿Cómo va la empresa?
Muy bien. tengo unos socios y compañeros estupendos. Como todas las empresas industriales, los años Covid y postCovid han sido durillos. Pero hemos remontado. Soy afortunado en mi vida.
¿No es habitual ser jugador y empresario de un sector tan distinto?
Hay muchas similitudes. Son equipos de trabajo, un objetivo común, muchas personas, convivencia. El fútbol es un Máster en recursos humanos. Cada año 25 tios de diferentes culturas, diferentes partes de España, del mundo, con sus egos, etc. Eres del cuerpo técnico. Te ayuda a identificar momentos y superar dificultades. El fútbol es un vaivén de emociones y nos hace mentalmente muy resistentes.