Raül Agné ya sabe lo que es subir a Segunda
El técnico grana logró subir en la temporada 2007-08 con el Girona tras superar a Barakaldo y Ceuta en la fase de ascenso
Raül Agné, entrenador del Nàstic, ya sabe lo que es subir a Segunda División. El preparador de Mequinenza tiene en su currículum un ascenso a Segunda B que conquistó hace 14 años. Fue dirigiendo el Girona. Agné, que tenía 37 años, vivía su primera experiencia en la tercera categoría del fútbol español, logrando devolver al club gerundense al fútbol profesional casi medio siglo después. En esa época el Girona era un equipo que rondaba la Tercera División. La llegada de Agné supuso un cambio y el primer paso hacia la nueva etapa.
Agné levantó un equipo muy sólido. Con las mismas características que destacan en el Nàstic actual. Era un equipo seguro en defensa que concedía muy poco. Solo encajó 28 goles, el segundo menos goleado del grupo, y anotó 61, el máximo de los 20 conjuntos del grupo 3 de Segunda B. Unas estadísticas que sumadas al extraordinario balance de 20 victorias, 12 empates y 6 derrotas permitieron que el Girona acabar la temporada regular en primera posición con un margen de ocho puntos sobre el segundo clasificado, el Alicante. Gavà y Benidorm le acompañaron en la fase de ascenso.
Con figuras como Jito, Matamala o Miki Albert el Girona se midió en la primera de las dos eliminatorias al Barakaldo. En el partido de ida, en el campo de Lasesarre, el cuadro gerundense arrancó un empate a cero. Resultado que hizo bueno una semana después en Montilivi donde consiguió ganar por 2-0 con tantos de Miki Albert y Xumetra.
El último obstáculo del Girona a Segunda fue el Ceuta. Agné repitió la fórmula. 0-0 en su visita al feudo ceutí y victoria en Montilivi 1-0. Un tanto que anotaría Migue y que supondría ese deseado ascenso.
El play-off ha cambiado. Se juega a partido único y el empate al final de la prórroga, al menos en la primera ronda, beneficiaría al Racing Ferrol. Pero la esencia de jugar una fase de ascenso es la misma. Dos eliminatorias a cara o cruz con un equipo sólido, defensivo y que penaliza los errores del rival. Quizás no tanto como ese Girona, pero si lo aprovechan puede tener el mismo desenlace.