Mallo Fernández se une a Eiriz Mata y Cid Camacho, los otros árbitros que impidieron el ascenso del Nàstic a Segunda División
En tres de las últimas cuatro finales por el ascenso, los granas han sido claramente perjudicados en diferentes decisiones trascendentales para el desenlace de la eliminatoria
El Nàstic parece condenado a sufrir arbitrajes malditos cuando tiene el ascenso a Segunda División en sus manos. De las últimas cuatro finales por el ascenso, solo ha ganado una y, en las tres que ha perdido, ha habido actuaciones arbitrales determinantes para explicar las derrotas. A Llagostera y Vigo se une ahora una eliminatoria ante el Málaga que tanto en la ida como en la vuelta dejó errores catastrófico para los intereses granas.
La historia comienza con la vuelta de la eliminatoria que medía a Nàstic y Llagostera por el ascenso. Era la temporada 2013-2014 cuando el Nàstic de Vicente Moreno visitó el Municipal de Llagostera con una renta de 2-1 que se terminó disipando tras el 3-1 de la vuelta. Un partido en el que Rubén Eiriz Mata perjudicó de manera evidente al conjunto grana.
El drama de Llagostera
El colegiado gallego estuvo realmente lamentable para los intereses del Nàstic. Primero, porque no pitó un claro penalti al entonces jugador grana David Querol y sí que decidió señalar pena máxima por unas manos inexistentes de Xavi Molina.
Pareció que no fue suficiente con estas situaciones y en el 45’, acabando ya el primer acto, el gran capitán grana, Xisco Campos, fue expulsado. El Nàstic se quedó con diez hombres y esta situación perjudicó gravemente a los grana.
Lo más grave en la mochila que se llevó a casa Eiriz Mata no fueron ni los penaltis, ni los goles ni la expulsión. Durante todo el duelo, muchos aficionados del Llagostera se dedicaron a entrar al terreno de juego e impedir que jugadores del Nàstic pudiesen sacar de banda. Todo esto, dejando aparte los incidentes que se produjeron durante y después del partido, algunos aficionados del Nàstic acabaron hospitalizados. Las consecuencias para los gerundenses no fueron, que digamos, excesivamente contundentes.
En Vigo, el protagonista fue Cid Camacho. Era la temporada 2021-2022 cuando el Nàstic jugó por aquel entonces una eliminatoria a partido único. Era la final por el ascenso tras haber derrotado al Racing Ferrol en las semifinales. En el último paso para la gloria apareció un Villarreal B liderado por Jackson, actual delantero del Chelsea tras brillar en el primer equipo amarillo. Él fue uno de los dos protagonistas de la final porque marcó dos goles, demostrando su potencial y destrozando al Nàstic.
Eso sí, Cid Camacho fue el otro gran protagonista de la tarde fatídica en Balaídos. De nuevo, un colegiado perjudicaba claramente a la entidad grana en un partido en el que las decisiones arbitrales nunca deberían ser injustas. Al Nàstic le anularon un gol clarísimo de Alex Quintanilla en un córner por una posible falta que jamás existió. Aquello hubiese supuesto el 1-0 y hubiese cambiado el signo del partido. Raül Agné, entrenador del conjunto grana en aquel momento, despachó contra el colegiado en una rueda de prensa posterior que todavía se recuerda: «Te estás jugando la vida, la ilusión de toda una ciudad. Si quieres ser una liga profesional lo tiene que ser al 100%. ¿Por qué anula el gol? Que me lo explique». A lo que añadió: «Cómo estoy? Una liga que quiere ser profesional hace reír lo de hoy. Primero quiero felicitar el Villarreal porque es un buen equipo, pero está liga profesional, de qué, si es más que amateur. Me gustaría saber a qué ha venido a pitar a este hombre».
A diferencia de Agné, Vidal no quiso rajar tras lo sucedido este pasado sábado en el Nou Estadi. Compareció para anunciar que no iba a responder a las preguntas de los medios porque los protagonistas habían sido otros. Ellos eran Mallo Fernández y sus asistentes. Los que dejaron al Nàstic con uno menos tras una segunda amarilla de Nacho González inexistente en el 63’, los que no sacaron ni una sola amarilla al Málaga y sí que amonestaron a cinco jugadores del Nàstic más al central sevillano con doble amarilla, y los que alargaron el partido de manera interminable aprovechando el error de algunos aficionados que lanzaron segundos balones desde la grada. Mallo Fernández entra en la lista negra. Junto a Cid Camacho y Eiriz Mata forman el tridente de colegiados que puso mucho de su parte para cerrarle las puertas del fútbol profesional. Al menos de momento, porque el Nàstic siempre vuelve.