La renovación de Pablo Fernández con el Nàstic de Tarragona va para largo
El club tarraconense sabe que le espera un duro camino para retener a su delantero estrella
Pablo Fernández es uno de los grandes baluartes del Nàstic de Tarragona. Los éxitos del conjunto grana en los últimos años no se entienden sin su figura porque ha sido un jugador sistema. Un atacante capaz de generar por si solo y que nunca ha escatimado un esfuerzo. Un ariete con capacidad goleadora, brega y dictador del juego aéreo en la Primera RFEF.
Su gran rendimiento en Tarragona no ha pasado desapercibido por muchos proyectos punteros de la categoría que le han tentado con ofertas muy suculentas a las que el Nàstic siempre ha dicho que no porque ha entendido que en el mercado no hay delanteros al nivel del de Candás y si los hay son inaccesibles en lo económico.
El delantero asturiano llegó en la temporada 2021-2022 de la mano de David Comamala que le fichó procedente del Cornellà. Una apuesta de futuro al firmar a un ariete de 24 años que solo había marcado tres goles en el curso anterior. Viendo sus registros, pocos pensaban que su importancia para un equipo podía ser tal. Sin embargo, para juzgar a Pablo Fernández primero hay que conocer su juego. Juzgarle solo por los goles sería hacer un juicio injusto porque su fútbol va más allá.
El asturiano no es un delantero goleador, pero reina en otras muchas facetas del juego. Por arriba es el mejor de la categoría, cuerpea como pocos, tiene capacidad de asociación y a todo eso le une una capacidad para el sacrificio defensivo que repercute en el colectivo que le hace ser diferencial.
Cinco, cuatro y siete goles han sido los goles que ha conseguido el de Candás en liga en las tres últimas temporadas. Este curso ya va por cinco dianas y todo apunta a que volverá a batir su récord goleador en una temporada vestido de grana.
Esta es la consecuencia de su gran nivel y de la confianza que tiene el equipo y el cuerpo técnico en su figura. Con Pablo nunca se va solo a la guerra.
El problema que presenta su gran rendimiento es que los directores deportivos de clubes de Primera RFEF y Segunda División tienen anotado el nombre del asturiano en su agenda. Lo tienen subrayado, más bien dicho, porque Pablo Fernández ahora mismo ya es libre para negociar y firmar con cualquier equipo de cara a la próxima temporada. Su vínculo con el Nàstic termina el próximo 30 de junio de 2025 y por primera vez la potestad para elegir la tiene el asturiano.
En las dos últimas ventanas de mercado, el Nàstic ha visto como han venido de manera firme a por Pablo Fernández. En la pasada ventana estival fue el Deportivo el que presentó una oferta alrededor de los 150.000 euros por el asturiano y la respuesta grana fue un no rotundo. Este pasado verano, clubes como el Ibiza también ofrecieron un traspaso por el de Candás y la respuesta grana volvió a ser que no. Si Pablo se marchaba era con una oferta importante para él. Todo lo demás, estaba de más.
Ahora la cosa cambia porque es el asturiano es el que decide. Lo primero que ya sabe es que el Nàstic quiere seguir contando con él. Le considera uno de los mejores delanteros de la categoría y preparado para una superior en caso de conseguir el ascenso. Así que no hay dudas. el objetivo es renovarle.
La entidad tarraconense es consciente que para ampliar el contrato de Pablo Fernández deberá rascarse el bolsillo. Su caché ha subido y eso implicará una oferta económica a la altura. De momento todo está en una fase inicial que cogerá calor una vez termine el mercado de invierno.
Las negociaciones apuntan a intensificarse durante unas semanas que serán claves para definir el futuro del asturiano. Muchos equipos estarán a la expectativa, aunque el Nàstic entiende que el componente sentimental es una carta a jugar que el resto de equipos no tienen. Son meses cruciales para el futuro de uno de los buques insignia granas.