Edgar Hernández, delantero fetiche del Sabadell
El de Gavà regresa a la Nova Creu Alta donde logró un ascenso a Segunda División como ‘9’ titular del conjunto arlequinado
Edgar Hernández no es un delantero cualquier en Sabadell. Es un miembro del brillante equipo que en la temporada 2019/20 consiguió el ascenso a Segunda División en Marbella. El delantero fetiche de aqué histórico plantel que devolvió la alegría a la Nova Creu Alta. Por eso, este domingo, cuando el atacante de Gavà salte al césped -veremos si en el once titular del Nàstic o lo largo del partido- rememorará ese idilio arlequinado.
Como los buenos romances comenzó en verano de 2018. Edgar regresaba a Sabadell, donde había jugado dos cursos (2013/14 y 2014/15) después de cuatro años excelsos en Reus. De rojinegro había logrado el ascenso a Segunda División y volvía a la Nova Creu Alta convertido en un delantero de prestigio. Sabía que en Sabadell su primer paso no había sido el deseado. Jugó poco y se marchó tras consumarse un descenso a Segunda B. Tenía ganas de resarcirse aunque eso supusiera volver al bronce tras dos años en la élite. En esta segunda etapa la hinchada arlequina sí conoció al auténtico Edgar Hernández y se enamoró de él.
Sergi Garcés, periodista de Ràdio Sabadell, define la segunda etapa del delantero en el CE Sabadell como «brillante» y «que cumple con todos los requisitos para que sea imborrable en el club: un ascenso de categoría con protagonismo, un jugador que encaja entre la gente por su carácter cercano en el trato; y que se identifica rápido con el club y lo transmite fuera».
El periodista admite que el ascenso endulza el recuerdo porque «siempre ayuda que el rendimiento de un jugador venga acompañado de un éxito colectivo». Pero eso no quita que Edgar se ganara a pulso el buen sabor de boca que su segundo paso dejó en la grada de la Nova Creu Alta.
«Es verdad que los hombres-gol tienen más fácil conectar con la grada, pero Edgar además de los goles ofrecía lucha e intensidad. Se suele decir que los delanteros son egoistas pero él dejó la sensación de que el día que no esta fino de cara al gol no le faltará nunca la lucha. Si se tiene que dejar cara, se la deja», explica Sergi Garcés.
Para ejemplo el partido ante el FC Barcelona B que valió el billete al fútbol profesional. «No marcó ningun gol, pero si le preguntas al aficionado del Sabadell, además de recordar que la asistencia del gol a Néstor es suya, te dirán que se partió la cara con la defensa del Barça B (entre ellos el actual jugador del primer equipo azulgrana Ronald Araujo) y que el grupo sacó provecho de ella. Compensa el gol con su perfil guerrero», detalla el periodista de Ràdio Sabadell.
Hombre de club y equipo
Edgar participó del éxito del ascenso y sufrió la fustración del descenso un año más tarde. En la categoría de plata se le vaticinaba un papel secundario por la llegada de delanteros que apuntaban a ser punteros. Pero al final, se ocupó él del ataque arlequinado más veces de las que se hubiera imaginado. «Por su veteranía supo adaptarse más a lo que necesitaba el equipo que otro. No marcó muchos goles pero en presencia y sensacion colectiva iba más allá del simple partido. Cuando el equipo estaba fastidiado daba esa imagen de jugador de club e importante dentro del vestuario», comenta Sergi Garcés.
Edgar Hernández dejó una huella imborrable en Sabadell. Igual que había hecho en Reus, Sant Andreu y hasta en Alicante. Allí donde ha estado el delantero catalán ha sabido ganarse el puesto por su calidad dentro y fuera del campo.Su talento sobre el verde es comparable a su comportamiento positivo fuera del rectángulo de juego. «Siempre suma», insisten una y otra vez desde el vestuario del Nàstic. Tarragona es la última parada, por ahora, de su carrera profesional y pese a las lesiones que le han impedido ofrecer un rendimiento mayor, Edgar va camino de labrarse también en el Nou Estadi de un nombre reconocido y estimado por la hinchada.