El Nàstic busca solucionar los problemas en casa

Tras cinco jornadas sin ganar, el Nàstic busca volver a la senda de la victoria frente al Sestao, penúltimo clasificado

Los problemas se arreglan en casa. En el fútbol y en la vida. Por eso, el Nàstic ha convocado este domingo un gabinete de crisis en el Nou Estadi a partir de las 20.00 horas. Es la hora en la que se mide al Sestao y en la que buscará romper una mala racha de resultados que le ha llevado a sumar solo dos de los últimos 15 posibles. Este bache ha tenido consecuencias en lo clasificatorio porque los granas primero abandonaron el liderato y durante esta semana han estado por primera vez fuera de los puestos de play-off en lo que va de temporada.

La intención hoy es volver a ganar en un territorio en el que el Nàstic se siente fuerte. Es el sexto mejor equipo del grupo I como local con 11 puntos de 15 posibles. Ha sumado seis goles y solo ha encajado dos. En otras palabras, hay argumentos muy sólidos para que hoy se ponga fin a una mala racha. Cambiar el capítulo de la historia en busco de reencontrar sonrisas.

El Nou Estadi será el escenario del juicio y el rival es un acusado que llega con esperanzas de escapar de la pena de muerte, pero que cuenta con muchos antecedentes a sus espaldas. El Sestao ha tardado once jornadas en sumar la primera victoria de la temporada, pero lo ha hecho a lo grande al derrotar al que hasta la semana pasada era el líder del grupo, el Celta Fortuna. Los vascos se impusieron por 1-0 gracias a un gol de Leandro de penalti en el 22’. Un golpe sobre la mesa que les sirvió para romper el gafe, aunque no para abandonar la zona baja de la tabla porque son penúltimos y están a seis de la salvación. En otras palabras, su situación sí es alarmante.

Las malas rachas siempre llegan porque el fútbol no es plano. El Nàstic comenzó el año sumando 18 puntos en las primeras nueve fechas y liderando la clasificación desde la cuarta hasta la novena jornada. Era un momento en el que todo salía. Los defectos no se contemplaban y las virtudes relucían.

Todo el mundo era consciente de que los malos tiempos iban a llegar. Se sabía, pero cuando llegan nunca es fácil afrontarlos. El empate frente a la Ponferradina de la séptima jornada sería el inicio de una travesía en el desierto que todavía no ha llegado a su fin. Tras esa igualada se cayó ante el Fuenlabrada en el Fernando Torres, se empató a dos frente a la Real Sociedad ‘B’, se perdió ante el Deportivo en Riazor y la semana pasada se volvió a caer ante Osasuna Promesas en el Tajonar. Entre esos dos últimos partidos también hubo un KO copero al caer en los penaltis frente al Orihuela.

¿Qué ha llevado al Nàstic a esta espiral negativa?

Hay dos factores que lo resumen de manera firme y concisa: se está defendiendo peor y el colmillo anda sin afilar. Ahora el conjunto grana ya no sonríe en los partidos apretados porque le está costando encontrar respuesta a los golpes. No amenaza de cara a gol y los tres últimos partidos lo evidencian. No se marcó ni ante Deportivo, ni ante Orihuela, ni ante Osasuna Promesas. Bueno, ante el conjunto gallego sí se hizo, pero el árbitro decidió anularlo de manera todavía inexplicable. Pero que no sirva como excusa porque este conjunto grana debe generar más ocasiones y sobre todo ser más efectivo.

Además, hay que destacar que en el apartado defensivo se ha bajado el nivel. Se defiende peor porque están apareciendo fallos individuales que antes no hacían acto de presencia. A eso hay que sumarle que en la defensa de área ya no reina tanto la contundencia y en la presión en campo contrario falta frescura y decisión en algunas fases de los encuentros.

Dani Vidal buscará agitar al equipo y para ello podría haber cambios en el once inicial. No tantos como quizás se podría llegar a pensar porque la columna vertebral está más que consolidado y tampoco es cuestión de tocarla en exceso y hacer perder identidad al equipo. Los mayores problemas de los tarraconenses están en la falta de gol, por lo que probablemente donde haya un par de novedades sea en el frente del ataque. Pablo Fernández y Andy Escudero son inamovibles, por lo que los otros dos huecos libres se los pelearán entre Marc Fernández, Gorka Santamaría, Mario Rodríguez y David Concha. De los cuatro, solo dos estarán en el once, por lo que la lucha está servida. Hay que volver a ganar. Esa es la misión.