Los Zipi y Zape del Nàstic ya hacen de las suyas
Andy Escudero repartió dos asistencias frente al Real Unión, mientras que Aarón Rey marcó su primer gol de grana
Desde el primer momento que Aarón Rey y Andy Escudero cruzaron su camino en los vestuarios del Nou Estadi encontraron uno en el otro un arropo en el vestuario. Ambos son inseparables fuera del terreno de juego. Siempre se les ve llegar y salir juntos de los entrenamientos mientras comparten confidencias que para ellos se quedan. También acuden al unísono a cortarse el pelo a Rachid Barber en Campo Claro cada semana. Allí se desfogan y muestran su lado más divertido. Son jóvenes con la alegría por bandera y que desprenden esa energía que todo vestuario necesita para romper con la monotonía.
Por eso se les puede llamar como los famosos personajes de cómic ‘Zizi y Zape’. La historieta humorística que narra las aventuras de un par de gemelos, que se distinguen entre sí por ser uno moreno (Zape) y otro rubio (Zipi), se caracterizaban principalmente por las endiabladas travesuras en que incurrían a la menor ocasión. Ante el Real Unión, Escudero y Rey hicieron su primera travesura como granas a la par.
Ambos llegaron este verano después de demostrar el curso pasado ser dos de los jugadores con más talento de la categoría. Escudero la rompió en el Alcoyano, mientras que Rey fue uno de los jugadores bandera del Sabadell. Dos perfiles ofensivos que la dirección deportiva liderada por David Comamala tenía marcados en rojos desde el día uno de mercado. Siempre fueron las primeras opciones y no se atisbó otras variantes. El Nàstic quería tener más talento por las bandas y en el barro no había uno superior al de ellos.
El primero en llegar fue Escudero después de que la entidad tarraconense llegase a un acuerdo con el Alcoyano para el traspaso del jugador. Fue por el único futbolista que se pagó traspaso en un movimiento firme y atrevido. Al fin y al cabo, el alicantino había sido el máximo asistente de la categoría y sus 23 años le convertían en una incorporación de presente, pero también de futuro.
A Escudero le ha costado romper en Tarragona. Las primeras oportunidades que le dio Raül Agné no logró aprovecharlas. Se le vio tímido y sin esa incidencia en el juego que venía a tener. Con el paso de las semanas llegó a perder su sitio hasta en la unidad de rotación y estuvo varias jornadas en el dique seco. Finalmente le llegó la oportunidad como titular en Lezama y cuajó 60 minutos en los que dejó entrever la calidad y el impacto en el juego que tenía en sus botas. Esos fueron dos de los principales argumentos por los que el Nàstic le fichó.
Ante el Castellón volvió a no tener minutos, pero Agné le volvió a dar la tentativa como titular frente al Real Unión. Su respuesta fue impecable. Simplemente demostró porque el Nàstic no dudó en pagar traspaso por él. Demostró ser un jugador diferente y repartió dos asistencias de gol que solo se le pueden ocurrir a virtuosos del balón. Primero, por la dificultad de leer el pase y segundo, por lo complicado que es ejecutarlo con tanta precisión.
Su partido dejó muchos más detalles, pero sobre todo dos asistencias por el camino que le abren las puertas para comenzar a tener titularidad en el once. Escudero dejó elementos diferenciales en Lezama y tangibles en Irún. El golpe está dado.
Aarón Rey ha tenido más oportunidades en el once inicial y ya ha dejado tres o cuatro partidos que están al nivel de las expectativas generadas. El Nàstic fichó a uno de los mejores atacantes de la categoría. Capaz de jugar por dentro o fuera, con manejo de ambas piernas y un tren inferior superior a la media.
Había repartido asistencias, dejado detalles de genio, pero le faltaba el gol. El gallego lo encontró frente al Real Unión. Fue tras un pase de su amigo Escudero y no perdonó porque cruzó el cuero al palo largo con tensión y precisión. Un golazo para abrir su casillero de goles como grana.
Rey es consciente de que en esta faceta es donde tiene su gran faceta de mejora. Si engorda su factura de dianas será un jugador de categoría superior. Ya los en cuanto a calidad, pero le faltan tangibles y algo de continuidad en su juego. En Tarragona quiere corregir estos dos defectos y de momento cuenta con la confianza de un técnico que no tiene reparos en elogiarle en sala de prensa siempre que puede.
Andy Escudero y Aarón Rey ya están aquí. Ambos dieron el primer golpe conjunto sobre la mesa. El Nàstic ya goza de dos futbolistas diferenciales. Uno en cada en cada banda.