Los Mossos d’Esquadra desmienten al árbitro del Nàstic-Málaga
El cuerpo policial asegura que no hubo peligro para la integridad física del colegiado y no tiene constancia de las amenazas escritas en el acta arbitral
El escrito elaborado por los Mossos d’Esquadra tras el partido del Nàstic-Málaga desmiente algunas de las situaciones denunciadas por el árbitro Eder Mallo en el acta arbitral.
El acta está firmada por el coordinador de seguridad del encuentro, Jaume Migó. En ella hace constar que “en ningún caso se vio comprometida la integridad física del árbitro”, como aseguraba el colegiado en su acta. En su escrito, los Mossos explican que el vestuario del árbitro “está en un pasillo de acceso restringido y garantizado por vigilantes de seguridad”.
El árbitro del encuentro también manifestó en acta amenazas contra su persona y su familia, tales como “vais a morir”, “tu hijo va a morir”, “que muera vuestra puta familia”, “dad la cara y os vais a enterar”, entre otros improperios. El escrito de los Mossos no deja constancia de esos insultos. El cuerpo policial sí anota “insultos dirigidos al árbitro: ‘Rata’, ‘Covard’, ‘Fill de puta’ que se repiten diversas ocasiones y por parte de personas diferentes” en el túnel de vestuarios. El informe policial solo identifica al presidente del consejo de administración del Nàstic, Josep Maria Andreu, como “autor de alguno de estos insultos”.
Agrega el coordinador de seguridad de los Mossos que “otros miembros del consejo de administración procuran atenuar la situación, como el director de seguridad del club, el delegado del primer equipo y algún otro miembro del consejo de administración”.
Según el detalle de los hechos elaborado por la policía a la conclusión del partido, los insultos se alargan durante una hora. Algunos de esos insultos, dicen los Mossos, proceden de aficionados de la zona de tribuna, desde donde hay acceso directo al vestuario de los árbitros.
A la salida del cuerpo arbitral, los Mossos decidieron ”acompañarles con escolta policial hasta sus vehículos y posteriormente hasta el hotel donde estaban alojados”. Un desplazamiento que “se hizo con seguridad para los componentes del equipo arbitral y delegado federativo, que salieron del estadio solo acompañados de algunos insultos residuales de aficionados”.