Laporta niega cualquier relación con una supuesta estafa por una inversión fallida de una familia que ganó la lotería
El presidente del Barça afirma en el juzgado que desconoce a los inversores y enmarca la querella en una campaña de desprestigio.

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha negado este lunes en el juzgado que tuviera algo que ver con una inversión fallida de una familia que ganó 34 millones de euros en 2014 en la lotería. Los nuevos millonarios destinaron 2,4 millones a una filial de una empresa que Laporta administraba, inversión o préstamo que no fue devuelto. Laporta y otros responsables de las empresas están investigados por estafa, pero el presidente del Barça ha declarado que lo persiguen judicialmente en el marco de una campaña de desprestigio.
Según se relata en la querella, los hechos ocurrieron en 2014, cuando los querellantes, J.M.L. (en ese momento desempleado), su esposa I.M. (cocinera en un restaurante) y su hija D.L. (enfermera), fueron premiados con un premio de la lotería primitiva por valor de 34 millones de euros. Fue entonces cuando decidieron adquirir un vehículo de alta gama, un Lamborghini, en un concesionario de Sant Cugat del Vallès.
Según se desprende de la misma querella, el comercial del concesionario, F.O., junto con su pareja de entonces, S.S., que era gestora de inversiones en Bankinter, también investigados, les propusieron invertir en sociedades vinculadas a Joan Laporta, en concreto, CSSB Limited, con un capital de 2.400.000 euros por un período de 3 años al 6% de interés anual. Esta empresa, con sede en Hong Kong, debía impulsar el ascenso de un equipo de fútbol de la segunda a la primera división china, pero no tuvo éxito. La empresa intentó lo mismo con el Club de Fútbol Reus, dirigido por el exdirector de TV-3 Joan Oliver, y también fracasó.
El contrato, que se formalizó el 1 de noviembre de 2017, presentaba un defecto de forma al estar redactado en inglés y sin firma legible, con cláusulas que, según los querellantes, iban claramente en su perjuicio.
Esta actividad inversora contó con el asesoramiento de Laporta, que actuaba en nombre de CSSB Limited, pero también ejercía de abogado de los querellantes, garantizando así la solvencia de la inversión. Al tratarse de un personaje público, los querellantes confiaron en Laporta para llevar a cabo esta inversión, “aprovechándose del desconocimiento financiero de los demandantes”, según expresa el texto. Incluso fueron invitados más de una vez por el presidente del FC Barcelona a asistir al palco del Camp Nou. Todas las operaciones fueron realizadas por el agente intermediario S.S. para Bankinter.
No obstante, transcurrido el plazo contractual, J.M.L. no ha percibido hasta ahora la cantidad acordada. De hecho, como se especifica en la querella, antes de presentarla se solicitó a varios de los demandados la devolución de los importes defraudados, sin que ninguno mostrara voluntad de hacerlo. Además, de la documentación aportada se desprende que, entre agosto de 2016 y agosto de 2018, la trama llegó a obtener la cantidad de 4.700.000 euros. La querella se presentó en mayo de 2023, se archivó, pero la Audiencia de Barcelona obligó a reabrirla.
Laporta ha declarado durante tres cuartos de hora y ha respondido a todas las partes. Fuentes jurídicas explicaron que el presidente blaugrana aseguró que desconocía los 2,4 millones de euros de inversión, a pesar de que él era administrador solidario de la empresa, y tampoco sabía que la empresa se anunciaba con su foto para dar más confianza a los inversores. De hecho, afirmó que era Oliver quien llevaba el día a día de la empresa, que ya había tenido una inversión fallida en el Club de Fútbol Reus. Laporta no aclaró la relación que tenía con los querellantes, aunque ellos afirman que eran clientes de su despacho por otras cuestiones.
Al salir de la Ciudad de la Justicia, Laporta no quiso hacer declaraciones sobre la causa, pero hace unos días emitió un comunicado, y su abogado sí comentó que su cliente no tiene nada que ver con estas inversiones. El comunicado decía que, en ningún caso, el bufete Laporta-Arbós convenció a los querellantes de utilizar ese despacho para impulsar la inversión, ya que esta ya estaba en marcha.
“Estas informaciones sesgadas y sin veracidad son un nuevo episodio de linchamiento mediático para atentar contra el prestigio personal, la imagen y la reputación de Joan Laporta, pero una vez más, la verdad se impondrá a la infamia”, concluía el comunicado.
El abogado de Laporta, Jordi Pujante, prevé que el caso se archive pronto, porque “es evidente que no hay delito”, aunque las inversiones no salieron como estaba previsto. En todo caso, afirmó que Laporta desconocía las inversiones de la familia afectada y recordó que su firma no aparece en ningún documento.
Además, considera que la inclusión de Laporta en la querella se debe a su notoriedad pública, y la vincula a una determinada campaña de desprestigio personal contra él.
Por su parte, el abogado de la familia, Joan Comes, se mostró decepcionado con las explicaciones de Laporta, al considerar que “ha perdido una gran oportunidad” para dar explicaciones razonables sobre su responsabilidad en el fracaso de las inversiones, con las que tiene un “vínculo evidente”. En este sentido, criticó que Laporta se desmarque de las inversiones, ya que era administrador de las empresas inversoras, y tampoco haya exigido explicaciones a Oliver, en quien descargó toda la responsabilidad. El abogado también negó que la querella se dirija contra Laporta por su notoriedad, sino porque era el administrador de las empresas inversoras.
Los otros dos investigados, el comercial del concesionario y la gestora de Bankinter, declararon que ellos también invirtieron dinero en estas empresas vinculadas a Laporta y que confiaron en su solvencia por su imagen pública. De los 75.000 euros invertidos, han recuperado el 65%.
Laporta está investigado en otros dos casos similares en juzgados de Barcelona.