Goldboy, el delantero del moda del Nàstic
Alan Godoy muestra su potencial con dos goles en las últimas dos jornadas. El delantero quiere más y aspira a ser uno de los héroes granas en el play-off
Alan Godoy es el chico de oro del Nàstic en estos momentos. ‘Goldboy’ es un futbolista que literalmente está volando sobre el campo porque ha encontrado un ecosistema de juego que premia sus virtudes. Ha sido una lucha feroz entre la paciencia y el talento en la que finalmente se ha saldado ganador el segundo. Durante semanas, el canario convivió con un rol de revulsivo que no esperaba en Tarragona cuando llegó cedido, pero remontó su situación hasta ser ahora mismo uno de los jugadores fetiche grana. Su partidazo ante el Barça Atlètic le consagra ante una afición que ya pide su continuidad. ¿El problema? Que anda cedido y que su fútbol es de otra categoría. Esa a la que pretende escalar el Nàstic.
Godoy llegó en el mercado de invierno al Nou Estadi con la intención de encontrar el progreso que no había hallado en Anduva. La Segunda División fue el premio a su gran curso pasado a caballo entre el Alavés B y el Atlético Sanluqueño. con el segundo fue una pieza clave desde su llegada invernal. Siete goles en 13 partidos jugados fueron su hoja de ruta. Esa que llevó al conjunto andaluz a alcanzar el ascenso a Primera RFEF con Godoy como una de las piezas diferenciales.
El Mirandés, uno de los equipos del fútbol profesional que más apuesta por el talento emergente que surge del barro y de las grandes canteras nacionales, le echó el ojo. Ya se lo había echado por entonces el Nàstic, pero la oferta de Segunda División fue tentadora. Godoy se marchó a Anduva, pero el interés grana se quedó en su mente. Aquel equipo le había deseado tanto que la puerta siempre iba a permanecer abierta porque el futuro nunca sabe uno lo que depara.
Solo seis meses después, Godoy vio como el Nàstic se acercaba de nuevo. Los granas veían como el canario no gozaba del protagonismo deseado en el Mirandés. 1 gol en 10 partidos (3 de ellos como titular) eran sus números. El Alavés tampoco andaba contento con su cesión, así que llegó enero y comenzó la operación.
El Nàstic tuvo que pelear con el Atlético Sanluqueño e incluso con el interés de otros clubes de Segunda División por su cesión. No fue fácil cerrarla, pero el deseo del jugador y la firmeza de los tarraconenses a la hora de cometer la operación terminaron siendo clave para que Godoy se decantase por la oferta grana.
«El Nàstic desde verano venía detrás mío, pero decidí tomar otra decisión. Ahora que decidí salir mi prioridad era el Nàstic por la insistencia que había tenido y eso lo he puesto por delante de otros clubes. Veo un buen proyecto y un buen equipo». Esas eran las palabras de Godoy el día de su presentación. Confirmó todo lo rumoreado y se puso manos a la obra en busca del protagonismo que ansiaba en Tarragona.
Godoy llegó y rápidamente se encontró con la confianza prometida de Dani Vidal. Al segundo pratido ya fue titular y al tercer encuentro ya marcó su primer tanto de grana.
Todo parecía un camino de rosas. Nada fallaba. Pero Godoy vio como durante una época de la segunda vuelta su impacto en el equipo se redujo. Su nivel bajó y el de sus compañeros de batalla aumentó. Vidal premió el estado de forma de la competencia y el canario encadenó cuatro suplencias en seis partidos.
No fue fácil ese momento, pero apretó los dientes y Dani Vidal le volvió a ofrecer una nueva oportunidad. La segunda la cogió con fuerza. En los últimos cinco partidos ha acumulado cuatro titularidades y se ha confirmado como la pareja favorita de Pablo Fernández. Uno fija, el otro vuela. Uno atrae, el otro elimina.
Godoy suma dos jornadas seguidas marcando. Un golazo ante la SD Logroñés y otro golazo ante el Barça Atlètic. Dos picaduras venenosas de un delantero con un techo todavía muy alta. El Nàstic disfruta de una cesión más que provechosa. El canario sonríe y se señala el escudo de abrazos abiertos a su afición. Es consciente de que es su sitio. En Tarragona se le quiere.