Álex Jiménez: «El barrio me ha enseñado muchas cosas»

El delantero murciano está siendo una de las grandes sensaciones de la temporada. En la Copa marcó ante el Ibiza

Álex Jiménez (Águilas, 2003) está siendo una de las grandes sorpresas de la temporada. El delantero llegó en el último día de mercado de verano procedente del Villarreal tras no tener un hueco en el filial groguet. En Tarragona vuelve a disfrutar del fútbol y juega con ese sentimiento de rebeldía que le hace demostrar partido a partido que su sitio está, como mínimo, en la Primera RFEF. Ante el Ibiza en la Copa del Rey estrenó su casillero goleador con un tanto de bandera desde el centro del campo. El primero de muchos. Un gol de picardía, de pura cancha, porque Jiménez se curtió en el barrio y eso se ve a leguas. Un jugador tranquilo, educado y que se está ganando a pulso sus minutos en el once del Nàstic.

Lo primero de todo, ¿cómo está viviendo estos días la tragedia de la DANA?

Ha sido una noticia que nos ha trastocado a todos y creo que es algo bastante fastidiado.

Usted ha vivido muchos años en Villarreal, municipio de la Comunidad Valenciana. ¿Qué le dicen desde allí?

Gracias a Dios, nadie cercano le ha pasado nada, pero es verdad que estar tantos años en la Comunidad Valenciana deja muchos conocidos e incluso hay compañeros del Valencia que sí les ha afectado, ya sea en sus pueblos o en sus alrededores y te enteras por las redes.

El sábado se suspendió el partido por el temporal y por el respecto a las víctimas. ¿Cómo vivió el aplazamiento? ¿Cree que fue la decisión correcta?

Al final los jugadores siempre queremos jugar, pero en este caso respetábamos lo que está pasando en Valencia porque creo que es algo humano. Fue un día raro porque nos despertamos con el plan de partido y yo en mi caso me desperté e hice mis cosas de prepartido y justo cuando estaba en casa con mi novia haciendo la comida se rumoreaba la suspensión del partido hasta que de repente nos dieron la noticia y ya, pues cambió todo por el completo.

Vaya semanas más raras está viviendo el vestuario en general. Da la sensación de que el parón le vino mal al equipo, jugaron de lujo en Ibiza y ganaron.

El equipo venía con muchas ganas. Veníamos de ganar en Ibiza y el poder jugar en casa con nuestra gente, que es lo que más nos llena, era una ayuda para poder darles los tres puntos y seguir con la buena racha.

Lo suyo a nivel individual en Ibiza fue... vaya golazo desde el centro del campo. ¿Eso lo improvisa o ya tenía detectado hace tiempo que el portero jugaba adelantado?

Sinceramente, es más intuición. Cuando voy a presionar al mediocentro, yo ya digo que si se la robo y le doy un toque más, el portero va a estar adelantado y si yo le pego no va a llegar. Luego también está ponerlo en práctica, que quizás lo hago otra vez y no me sale tan bien.

Álex Jiménez dando toques al cuero. Foto: Àngel Ullate

Ya llevaba varios partidos rozando el gol. Para un delantero estrenarse y que el primero sea así, supongo que es una dosis brutal de confianza.

Yo necesitaba eso, necesitaba confianza, necesitaba gol. El delantero vive de muchas cosas, pero sobre todo del gol. Yo necesitaba esa chispa y ahora espero ir para más.

Juega con un sentimiento de rebeldía que encandila a la afición. ¿Dónde se aprende esa intensidad?

Yo vengo del barrio, de una familia trabajadora en la que todo ha ido poco a poco, con mucho trabajo y eso es una forma de demostrarlo en el campo, aunque obviamente también soy pautas que pide el míster y yo no tengo.

Presume de barrio, yo también lo soy, eso marca siempre.

En el barrio lo que te encuentras es diferente a lo que hay en una escuela. Yo salgo de un pueblo pequeño de Murcia, Águilas, y allí me criaba en la calle porque mis padres trabajan y estaba con mi abuela. Allí todo era calle, balón y amigos y eso me ha enseñado muchas cosas para el fútbol y para la vida.

Álex, el fútbol ha ido muy deprisa para usted en los últimos meses. Empecemos por Sestao. ¿Cómo vive esa cesión fallida?

Para mí fueron los meses más duros de mi vida porque venía de un contexto totalmente diferente. Sabía lo que me esperaba, pero realmente no lo supe hasta que empecé a vivirlo. Un jugador de fútbol se guía mucho por las sensaciones y perdí todas las sensaciones de futbolista. No jugaba, los entrenamientos eran diferentes a los que estaba acostumbrado y todo cambió tanto que entré en una racha que me costó bastante.

Luego regresa al Villarreal C y vuelve a marcar goles. ¿Se veía muy por encima de la categoría?

Siendo sincero, me veía por encima de Tercera RFEF hace tiempo, pero al final no había hecho nada realmente para poder demostrarlo. Siempre he dicho que se habla en el campo y si tenía que bajar al barro lo iba a hacer. Arrastré lo de Sestao, pero poco a poco me enderecé.

No sé si con el descenso del Villarreal B vio posibilidades de instalarse en el filial groguet.

Llevaba tres años en Villarreal con ficha de filial y en ningún momento me hicieron un hueco. Tenía la esperanza de tener mi sitio porque estaba haciendo las cosas bien, pero al final son cosas que no dependen de mí.

Y entonces llega el final del mercado y aparece el Nàstic. ¿Cómo se da la operación?

Cuando se me plantea la opción de venir al Nàstic ya sabía que no había otra opción que venir aquí y desde el primer día sé que ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida y estoy muy orgulloso porque le he dado un giro drástico en mi vida.

¿Tarragona está siendo el lugar donde esperaba para renacer?

Yo creo que sí, porque la vida fuera de Tarragona es superbuena y tiene todo lo mejor para sacar mi mejor versión.

Nada más llegar hubo aficionados que desconfiaron de su fichaje por cerrarse el último día. Internacional Sub-19, procedente de una de las mejores canteras de España... ¿Cree que el fútbol tiene poca memoria y muchos prejuicios?

Aquí nadie se acuerda de nadie, da igual lo que hiciste la semana pasada o lo que hiciste ayer. Lo que vale es el día a día y lo que diga la gente te tiene que importar entre poco y nada.

Vaya compañeros de batalla, que tiene al lado. Competir con Pablo Fernández y Antoñín Cortés y ganarles minutos debe servir de autoconvecimiento. ¿No cree?

Ya se lo dije a gente de Villarreal cuando vine aquí, la competencia que hay en el Nàstic comparada con el Villarreal B es terrible. Los delanteros que hay aquí son top y jugar es un orgullo.

Y ahora toca el Bilbao Athletic. Da la sensación de que es el partido ideal para dar un golpe en la mesa y volver a ganar fuera de casa.

Nosotros estamos trabajando para devolver al Nàstic al sitio que se merece y de momento es volver a los puestos de play-off. Es un buen momento para ganar y desde el sábado ya pensamos en Bilbao.