El Salou conquista el Serrallo con un Adrià Aragonès estelar

El equipo de Jesús Muñiz se lleva el derbi ante el CBT gracias a una extraordinaria segunda mitad (73-81)

Restaban cuatro minutos y el CT amenazaba con una remontada repleta de épica, se había puesto a seis con tres tiros libres de Plitzuweit. En ese contexto de partido, con el Serrallo desgañitándose la garganta para alentar a los suyos, compareció el talento de Adrià Aragonès para congelar los sentidos y la esperanza tarraconense. El jugador del Salou, estelar toda la tarde, definió el derbi con un triple majestuoso y consolidó la propuesta visitante.

Da la impresión de que el equipo de Jesús Muñiz tiene hoy más poso, más rodaje en la nobleza de la Segunda FEB, quedó reflejado sobre el parqué del Serrallo. El CBT padece todavía de pecados de juventud, lógicos en un plantel tan precoz, con talento, pero todavía tierno.

A todo esto, un triple de Luis García a poco más de 20 segundos para la conclusión del primer parcial, definió el resultado para el CBT en la puesta en escena. Dos puntos de ventaja (20-18) en un intercambio de canastas entre dos equipos intensos, muy aplicados en el sistema defensivo. El Salou se sostuvo mientras sus exteriores, Montero y Moure, hallaron el acierto. También por su contundencia en el rebote ofensivo.

Mientras, el CBT ganó enteros con la rotación. Sus jugadores de banquillo entraron al derbi muy conectados y permitieron conservar un ritmo alto de juego. Plitzuweit, con cinco puntos, reivindicó a la segunda unidad tarraconense. Le arropó el interior Luis García, que mejoró la aportación en el rebote.

En realidad, el partido no permitió tregua, CBT y Salou se retaron sin dejarse nada. Si uno de los dos amagaba en coger puntaje, el otro respondía con rapidez. Actuaron con mucha personalidad.

Adri Duch estrenó el segundo cuarto con un lanzamiento de tres que provocó impulso para los locales. Cinco arriba (23-18), aunque no se demoró en la respuesta el Salou, concretamente con siete puntos consecutivos, la canasta final de Montero devolvió la ventaja a los visitantes (23-25). Esa dinámica se convirtió en una constante en uno y otro bando antes del descanso, aunque a Borja Comenge, el técnico local, le preocupaba la fragilidad de los suyos en el rebote. El Salou lo dominó con solvencia.

Máxima igualdad

En todo caso, el descanso demostró que el resultado pendía de un alfiler. Ninguno de los dos equipos logró descoserlo en los 20 minutos iniciales.

Un acierto de tres de Mena igualó a 35 y llevó el partido al intermedio sin un dominador, con el desenlace repleto de intriga. Ese guion se había previsto seguramente en la estrategia semanal de los dos técnicos. Un derbi, además de pasión, refleja amor propio. CBT y Salou se aferran a la categoría como miuras. También desean la jerarquía provincial del baloncesto.

El Salou regresó a la pista como un tiro, parecía dispuesto a acabar con el espíritu de resistencia local. Tomó seis de ventaja en un abrir y cerrar de ojos, en apenas tres minutos y obligó a Borja Comenge a parar el juego con un tiempo muerto. Moura y Montero enseñaron un potencial descomunal para dirigir a un Salou desatado e incluso sus muñecas alcanzaron la precisión. El CBT se mantenía muy insolvente en la defensa de su aro.

Al plan de Jesús Muñiz se sumó Adrià Aragonès, no solo en la anotación, también en la conquista de balones imposibles. Aragonès finalizó el tercer episodio en plenitud, fue una pesadilla para el CBT. Aportó 16 puntos. Una exhibición. Con todo, el Salou afrontó el último parcial con nueve de ventaja (50-59) y una dosis de autoestima abundante.

El último baile solo disfrutó de ese intento estéril de locura local, muy a corazón abierto, porque el CBT sí dispone de un condimento sentimental extraordinario. Se lo otorgan unos jugadores con espíritu juvenil y hambre. No sirvió para contrarrestar la categoría de un Salou al que se le sumó a la fiesta de anotación Bieshaar, con dos aciertos consecutivos definitivos. No hubo más historia (73-81).

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