El regreso con el Andorra del que fuera el guardián del Nàstic de Tarragona
Pablo Trigueros vuelve al Nou Estadi con un Andorra al que llegó este verano tras brillar durante la pasada campaña con la camiseta del Nàstic
«Amor fugado. Me tomas, me dejas, me exprimes y me tiras a un lado», eso dice una de las canciones más emblemáticas de la banda mexicana de Maná. Unas palabras que resumen perfectamente el paso de Pablo Trigueros por el Nàstic. Solo fue un año, un tiempo demasiado efímero, pero en el que enamoró a un Nou Estadi en el que ofreció una versión de un defensa descomunal. Un central táctico, contundente y que añadió cinco goles para un curso maravilloso. Un zaguero para el recuerdo que en solo una temporada coleccionó actuaciones impecables que le confirmaron como uno de los mejores zagueros de la categoría y que permitieron al Nàstic tener el ascenso casi hecho.
Sin opción de renovación
Nadie sabía que el pitido final ante el Málaga iba a poner punto y final a la etapa de Trigueros en el Nàstic. Es cierto que ese temor ya se respiraba en la grada y en el club porque el defensa terminaba contrato y su gran temporada auguraba ofertas suculentas para él. El Nàstic rápidamente conoció que el vínculo con Trigueros tenía fecha de caducidad y era el pasado 30 de junio de 2024. No hubo ni una opción de renovarle porque su futuro lo tenía claro desde hace tiempo. Solo un ascenso le hubiese podido hacer cambiar de opinión, pero al no llegar tomó la decisión que ya tenía meditada.
Trigueros no saltó de categoría, pero sí que firmó por uno de los cocos de la Primera RFEF como era el Andorra, un equipo recién descendido de Segunda División, rival del Nàstic, y que le ofrecía un proyecto ambicioso en lo económico y en lo deportivo.
¿Un último gran contrato?
A sus 31 años, Trigueros entendió que debía aceptar la oferta del Andorra y decir adiós a una Tarragona en la que ofreció un rendimiento diferencial. No fue fácil decir adiós a un proyecto en el que se había sentido tan a gusto y en el que había ofrecido su mejor versión, pero tocaba hacerlo porque hay contratos que con esa edad ya no vuelven a pasar por delante. Contratos a los que el Nàstic ni siquiera podía soñar con competir porque hay una responsabilidad económica que siempre manda por encima de lo deportivo.
No es titular indiscutible en el Andorra
Pablo Trigueros vive ahora una nueva realidad en el Andorra. Lo de que llegaba a un proyecto candidato a subir se ha cumplido, son terceros y están metidos de llenos en la pelea por el ascenso, pero en lo individual no goza del rol de titular indiscutible que tenía en el Nàstic. A las órdenes de Ferran Costa suma 10 partidos jugados, siendo titular en seis de ellos y acumulando seis suplencias en 12 jornadas. Incluso en dos partidos no ha tenido minutos. Este sábado vuelve al Nou Estadi de suplente. Son nuevos tiempos.