El Nàstic vuelve al origen

El equipo de Dani Vidal encadenó su segundo triunfo consecutivo con la seña e identidad recuperada de marcar y no encajar

El fútbol va tan deprisa que a veces los análisis caducan en un par de semanas. Hace tres jornadas, al Nàstic se le volvía a escapar la victoria en casa al igual que le había sucedido en la jornada inaugural. Ante Ourense y Sestao se siguió una misma hoja de ruta, adelantarse en el marcador para después encajar un tanto en contra que condenaba al empate.

El Nàstic fue durante la pasada un equipo que ganó hasta 11 partidos con el 1-0 o el 0-1 reinando en el marcador. En las dos primeras jornadas se echó de menos esa capacidad de los de Dani Vidal de reinar en el alambre y sacar tanto rédito de los goles a favor.

Ahora ya toca hablar en pasado porque el Nàstic ha recuperado gran parte de su identidad competitiva. El conjunto grana vuelve a ser un equipo fiable defensivamente al que cuesta mucho generarle ocasiones de gol.

En realidad, en ningún partido de la temporada ha sido dominado, pero lo que ha cambiado en las dos últimas jornadas es que ahora el Nàstic es un equipo que ya no comete ni un solo error defensivo o si lo hace tiene a Alberto Varo como último salvador para no encajar goles.

Frente al Amorebieta, el Nàstic mantuvo la portería a cero y frente al Tarazona repitió la fórmula. Así ha conseguido que sus solitarios goles, de Joan Oriol y Pablo Fernández, hayan dado seis puntos de los últimos seis posibles.

El equipo grana ha sido un equipo con una defensa colectiva reseñable y que ha visto como Unai Dufur ha subido el nivel del centro de la zaga. Junto a Óscar Sanz reconvertido a central, ambos están haciendo olvidar a esa pareja de centrales tan nombrado en los primeros días de curso como era la de Nacho y Trigueros. Además, Varo vuelve a coleccionar porterías a cero. El ‘Zamora’ de Primera RFEF del año pasado está de vuelta.