El vestuario del Nàstic, más unido que nunca
La plantilla grana se muestra comprometida con el proyecto y jugadores como Pablo Fernández o Marc se pondrán a disposición de Dani Vidal ante el Tarazona pese a no estar del todo recuperados
El partido ante Unionistas fue para olvidar. El Nàstic ni compareció sobre el verde del Reina Sofía. Se les esperaba con ganas. Después de dejar atrás una mala racha de siete jornadas sin ganar, se suponía que el equipo iba a ser capaz de recuperar la alegría de las primeras jornadas. Ese tono optimista que le llevó al frente de la clasificación de Primera RFEF durante más de un mes.
Nada de eso. Fue un Gimnàstic desmadejado. Derrotado en una pillería local. Mojar el césped del rival es un truco más viejo que la Segunda B. Entre que medían sus zancadas y se cambiaban las botas, con Gorostidi entrando y saliendo del vestuario portando los botines de uno y otro, Unionistas se marchaba 2-0.
La plantilla fue la primera en entonar el ‘mea culpa’. Desde el capitán Joan Oriol asumieron la responsabilidad del mal partido. El técnico Dani Vidal tampoco quiso eludir su parte y excudarse en una falta de efectivos más que evidente (acudió con una convocatoria de 19 jugadores entre los que había dos tocados). «Yo soy el primer responsable», dijo. Un acto de compromiso que no se ha quedado en palabras.
Los jugadores del Nàstic han cerrado filas alrededor de su entrenador. Dispuestos a convertirse en su infantería, caballería y hasta en artillería. Desde el primer día demostró ser un grupo unido. Dicen los que conocen el Nou Estadi al dedillo que pocas veces han visto un equipo así. Una plantilla de un alto valor humano. Con una implicación total en el proyecto. Y sigue siéndolo, pese al tropiezo de Salamanca. Un paso atrás que quieren olvidar cuanto antes.
El partido del domingo (17.00 horas) ante el Tarazona es la oportunidad para el Gimnàstic de dejar claro que están más cerca de la imagen que ofrecieron frente a la Cultural (3-0) que la de Salamanca. Que la línea no es tan mala como puedan decir algunos, cercanos a la planta noble, y que el equipo ha ofrecido mejores actuaciones de lo que los resultados indican.
Números que incluso no siendo buenos, solo han dejado al Nàstic a tres puntos del play-off. A un partido de distancia de equipos que, en su mayoría, superan al club grana en sus presupuestos. No es que eso suponga que el equipo tarraconense no pueda competir con ellos. A algunos les ha ganado en el campo. Pero si se exige ganar a rivales de finanzas más humildes, también se debería asumir que los adinerados puedan estar por delante.
El compromiso de los futbolistas es indudable. Tanto es así que jugadores ‘tocados’ o entre algodones no han dudado en mostrarse dispuestos a ayudar al equipo si el técnico lo estima necesario.
Pablo Fernández saltará al verde con máscara facial. El delantero asturiano se hizo una fisura nasal en el partido ante Unionistas que le obligó a dejar el partido y acudir al Hospital para frenar la hemorragia. No ha dudado en tirar de protector para poder jugar los últimos partidos de 2023.
Nacho González todavía arrastra problemas en el hombro, tras dislocárselo ante el Sestao. Pese a ello, estuvo en el banquillo ante la Cultural y viajó a Salamanca, siendo consciente de que lo mejor era reposar. No va a perderse más minutos de juego. Quiere salir en el once.
El central sevillano es uno de esos futbolistas que son la extensión del entrenador sobre el verde. Tiene liderazgo y, lo que es más importante, fiabilidad. No es que Dufur o Pablo Trigueros hayan tenido malas actuaciones. Pero ninguno ha conseguido transmitir ni el carácter ni la seguridad que ofrece Nacho en el campo.
Marc Fernández cumple las tres semanas desde que se rompió el isquiotibial ante el Sestao River. Lo suficiente para estar en la lista y echar a correr si las circunstancias lo requieren. Nadie quiere dejarse ni una gota de sudor. Son conscientes de que deben ganar. Con Tarazona no puede repetirse lo que sucedió con el Sestao. Si hacen falta más ocasiones de gol para marcar, habrá que generarlas. Si hay que ser más preciso, habrá que focalizar mejor el tiro. Si hay que animar más y guardarse las críticas para el final, habrá que dejarse las manos aplaudiendo. Es un día para agotarse.
Quedarán en la enfermería grana tres futbolistas. Marc Álvarez operado del menisco y con una recuperación de varios meses; Pol Domingo, con el brazo izquierdo enyesado por una fractura de cúbito; y Gorka Santamaría que ha recaído de su lesión.
Con los que están, el Nàstic deberá hacer frente a sus miedos ante el Tarazona. Temores que le atenazaron y colapsaron en Salamanca. Problemas que quieren superar con la unión de todos, para no alejarse de las plazas delanteras.