El Nàstic merece más (1-1)
Un conjunto tarraconense muy completo y superior al Rayo Majadahonda se sobrepuso al pronto gol local para rozar una victoria que hubiera hecho justicia al partido
El Nàstic sumó un punto del estadio Cerro del Espino que supo a poco. Porque el cuadro grana mereció los tres puntos. Fue muy superior al Rayo Majadahonda durante todo el partido. Únicamente el gol raro encajado en los primeros dejó a los de Dani Vidal sin una victoria más que justa.
Pablo Fernández puso el empate y de no ser por el portero Dani Martín y los palos, la remontada se hubiera completado sin problemas. Se quedó a medias, pero este Nàstic demostró la misma voracidad que hace siete días en el Nou Estadi. Un equipo inconformista, en cuanto empató, corrió al centro para buscar la victoria. Así de convencidos están de lo que hacen.
Al equipo le tocó remar cuesta arriba desde bien pronto. El Rayo Majadahonda se adelantó a los tres minutos de juego, en una acción algo desafortunada de Dani Parra y Tirlea. El uno por el otro se quedó la casa sin barrer. Todo se inició en una buena transición local que dejaba a Markus encarado hacia la portería sin oposición. Superó a Parra, pero iba tan manso el disparo que Tirlea tuvo tiempo suficiente para despejar. Lo hizo, aunque golpeando a un rival y volviendo a dirigir el cuero hacia la portería visitante. Hacia ella corrió Parra con la esperanza de alcanzarla. Tocó la pelota, pero justo para que ser el último en tocar la pelota después de que golpeara en el palo.
Un gol que trastocaba los planes de Dani Vidal. El técnico grana, que había apostado por el mismo once, no contaba con estar detrás del electrónico en el minuto 3. Sí había planteado una intención similar a la del estreno. Manteniendo sus rasgos identitarios. Empezando por la presión alta que poco a poco iba ahogando al cuadro madrileño.
Después de unos minutos en los que los locales trataron de aprovechar el tirón del gol, y algunos errores en la defensa grana, el Nàstic agarró el timón del partido y llevó al Rayo a retrasar sus líneas.
El empate pudo llegar en una nueva ejecución de la acción a balón parado ‘Sant Magí’. Esta vez, el cuero llegó al segundo palo, para un Marc Fernández que cabeceó limpio, pero desviado.
Los granas mandaban. Apretaban y sitiaron la meta del joven internacional Sub19 Dani Martín. El portero majariego fue crucial para evitar el gol de Marc Fernández con un tiro lejano.
El Nàstic se acercaba al tanto en cada jugada de estrategia. Los futbolistas de Dani Vidal remataban siempre, pero les faltaba acierto.
Volcados en ataque, el único inconveniente era frenar a Markus. El delantero estadounidense, de 19 años, fue un auténtico dolor de muelas para la defensa. Especialmente para Tirlea, al que superó en todo los duelos. Al descanso, el Nàstic se había mostrado muy superior en el juego y en ocasiones, pero en el marcador figuraba el 1-0.
El merecido empate llegó a la hora de juego. Montalvo vio por el rabillo del ojo a Pablo Fernández y, con un teleobjetivo, le sirvió un esférico preciso y perfecto. Igual de bueno que el testarazo de Pablo, engañando al meta local.
La igualada estaba en la maleta, pero inmediatamente los futbolistas granas fueron a por más. Con voracidad atroz. Se veían claramente superiores. Dominaban y atacaban sin remisión. Por los dos costados. Por el suelo, con centros, etc. Un vendabal que amenazaba con llevarse los tres puntos con toda justicia. El Rayo Majadahonda se refugió en su estelar arquero. Dani Martín exhibía talento para achicar agua de su área. Evitó el 1-2 en dos ocasiones seguidas del Nàstic. Una de Gorka, muy parecida al gol de Pablo y un mano a mano con Jardí que sacó por intuición.
El Nàstic no aflojaba. Encerró al Rayo Majadahonda en su propio campo. Asfixiándole. Estaban tan concentrados en culminar la remontada que concedieron dos contragolpes muy peligrosos. Dos transiciones que salvó Dani Parra con dos intervenciones a la altura de los de su homólogo en el Rayo. Se resarció completamente de su error en el gol local.
El Nàstic seguía con los tres puntos entre ceja y ceja. Una remontada que se estrelló en los dos palos del arco madrileño. La exquisita jugada de Mario no tuvo el premio y tras golpear en el poste derecho se paseó por la línea para morir en la cepa de la izquierda. Una pena que no quita el buen partido.