El Nàstic de Tarragona se atasca en ataque

Los granas solo han sumado un tiro a puerta en los últimos tres duelos del año

Durante todo lo que va de temporada se ha hablado, y con razón, de la falta de contundencia defensiva del Nàstic de Tarragona. Un equipo que no ha sido incapaz de transmitir una regularidad defensiva constante y coleccionar tantas porterías a cero como le gustaría. No se puede afirmar que el cuadro dirigido por Dani Vidal sea un desastre defensivo porque sería falta a la verdad. Hay voluntad, sacrificio y orden colectivo, pero de vez en cuando aparecen errores individuales que empañan las actuaciones colectivas.

Este era un problema detectado por todos, pero en las últimas semanas se ha añadido otro defecto al juego del equipo que le ha costado cuatro derrotas en los últimos cinco partidos. El Nàstic es un equipo que ha perdido punch ofensivo. No genera tantas ocasiones y en consecuencia ya no marca tanto.

El propio capitán, Joan Oriol, diagnosticaba a la perfección lo que había sucedido ante Unionistas en el Reina Sofía, feudo donde el Nàstic no fue capaz de sumar ni un solo tiro a puerta: «Los equipos nos estudian y nos dejan proponer y no somos capaces de hacerlo».

Lo que se vio en Salamanca es que al conjunto grana se le atragantan los bloques bajos y no es la primera vez que le pasa esta temporada. Un equipo al que le cuesta coger ritmo en la asociación y eso provoca que el rival no se desordene, costando mucho más la posibilidad de amenazar la portería rival.

Solo un remate en tres partidos

Este mismo contexto de partido se dibujó frente al Zamora en casa y los problemas en ataque fueron similares. Da la sensación, o mejor dicho dice la realidad, que al Nàstic los equipos le han tomado la medida. Son conscientes que los granas generan mucho más peligro pudiendo correr que atacando en estático. Es por ello, que los conjuntos rivales están optando por cederle el balón y ser ellos los que les atacan mediante las transiciones.

El bajón del Nàstic a nivel ofensivo se explica por sus problemas para atacar los bloques bajos contrarios y porque en los últimos partidos no ha sido capaz de llevar el balón con velocidad a las zonas de amenaza. Ante Unionistas solo lo consiguió en una ocasión que terminó con un centro medido de David Concha que remató Pablo Fernández muy cerca de la portería. Esa esa una de las jugadas que el conjunto grana ha dominado a lo largo de la temporada. El Nàstic ha sabido atacar muy bien desde los costados, pero ahora el problema es que ya no llega de forma limpia a ellos porque en la base de la jugada se atasca y ya no es capaz de llevar el balón a las bandas. Ante Unionistas fueron muchos los balones lanzados desde la zaga hasta Pablo Fernández, que ganó algún duelo, pero que estaba demasiado solo en la pelea.

Autocrítica en el vestuario

El 4-4-2 es el sistema en el que se está arropando el Nàstic parece que ha sido estudiado y detectado por unos equipos rivales que saben cómo frenarlo. El conjunto grana está siendo demasiado estático en ataque y le está faltando mucho dinamismo. Marc Fernández, otro de los capitanes, también reconocía esta falta de flow con la pelota tras caer ante Unionistas: «No hemos estado bien con pelota y no hemos tirado a portería».

El problema está claro dentro de un vestuario que ahora ya disfruta de sus vacaciones de Navidad que servirán para descansar unas mentes y unas piernas muy exigidas en las últimas semanas. No es excusa, pero es una realidad que el Nàstic ha llegado a las últimas semanas del año con el físico bajo mínimos consecuencia de tantos partidos acumulados y eso también ha lastrado el nivel de juego. Se le ha visto menos fresco y eso ha provocado que se haya perdido peligro.