El Barça por fin se divierte y mete presión a los de arriba
El equipo de Xavi goleó a un Getafe muy desajustado con la firma de Raphinha, Joao Félix, De Jong y Fermín.
El Barça confirmó este sábado su mejoría ante el Getafe. El conjunto que dirige Xavi se impuso al cuadro azulón por 4-0 en Montjuic en un partido en el que fue muy superior y marcó diferencias gracias a los goles de Raphinha, el mejor de la tarde, Joao Félix, Frenkie de Jong y Fermín López. Con este triunfo, los culés adelantan al Girona a la espera de lo que hagan los de Míchel este lunes y meten presión a un Real Madrid que está, de forma provisional y a falta de su partido ante el Sevilla, a cinco puntos.
El inicio del duelo fue todo lo que Xavi había ideado en su libreta. El técnico azulgrana modificó el dibujo de los últimos compromisos, retomó el 4-3-3 e incluyó tres novedades respecto al empate en Nápoles. Cubarsí entró en la zaga y Raphinha y Joao Félix jugaron bien abiertos en los costados. El plan era alternar el juego de posición que tanto gusta en la Ciudad Condal con balones en largo a la espalda de los laterales azulones para aprovechar la defensa adelantada que tanto ha utilizado Bordalás a lo largo de este curso.
Era un plan sin fisuras. El Getafe entró con la idea de presionar en campo contrario, mordió el anzuelo y el Barça tenía listo el antídoto perfecto para desbloquear el plan de Bordalás. Avisaron Joao Félix y Lewandowski con dos desmarques en largo y al tercero el balón le cayó a Raphinha, con ganas de reivindicarse. El brasileño, muy enchufado, le ganó la espalda a Djené, se plantó ante David Soria en un abrir y cerrar de ojos y definió al palo largo con la tranquilidad que tantas veces le ha faltado este curso.
Lección táctica de Xavi a Bordalás El gol premió la buena primera mitad de un Barça con las ideas muy claras y perpetuó una idea de juego, la del balón en largo, que todavía pudo dar más frutos antes del descanso si Joao Félix no se hubiera topado en dos ocasiones con David Soria o si Raphinha no se hubiera llenado de balón en un mano a mano similar al del tanto que abrió el marcador.
Tras la reanudación, la pelota estaba en el tejado del Getafe, que debía decidir si continuaba con la defensa adelantada que se había convertido en una auténtica autopista para los extremos culés o si variaba el dibujo. Bordalás optó por repetir el plan y a las primeras de cambio se encontró con otro gol en contra. Y eso que Luis Milla probó a Ter Stegen con un disparo que repelió la madera, pero acto seguido Christensen, quién le ha visto y quién le ve, corrió a la espalda de los centrales como si fuera el mismísimo Lamine Yamal y puso un centro medido al segundo palo para que Joao Félix solo tuviera que empujar el segundo gol a la red.
El Barça, por primera vez en mucho tiempo, tenía todo bajo control. La pareja Christensen-Frenkie de Jong funcionaba como un reloj en la medular, Raphinha y Joao Félix eran una pesadilla para el Getafe y Lewandowski se relamía ante la posibilidad de hacer el tercero. Era el escenario ideal y lo sabía un Lluis Companys al que no le importaba la fina lluvia que caía sobre Barcelona. Con lo que han pasado este curso, cómo para no mojarse. Bordalás seguía, mientras tanto, con el plan kamikaze y en esta ocasión el que aprovechó el regalo fue De Jong. Raphinha ganó el enésimo balón a la espalda de los centrales y le regaló el gol de la tranquilidad al neerlandés ante la salida de Soria.
Fue el epílogo de un partido que se apagó definitivamente con el tercer gol. Xavi movió el banquillo con la entrada de Fermín López, Oriol Romeu, Vitor Roque, Héctor Fort y Pedri y refrescó a un equipo que encontró el cuarto tanto de nuevo a la carrera y por medio de Fermín López. El Barça cuajó, así, uno de sus mejores encuentros, se aupó hasta la segunda plaza de forma provisional y mete presión al Girona y al Real Madrid.