Tarragona: De la tristeza a la euforia de la afición en 17 minutos
Los seguidores españoles vibraron en Tarragona y los franceses acabaron hundidos en Salou
La semifinal entre España y Francia mantuvo frente al televisor, de principio a fin, a los aficionados de ambos equipos en todos los rincones de la demarcación. Nadie quiso perderse el pase a la gran final que había en juego.
En la Plaça de la Font de Tarragona los bares y las terrazas se llenaron hasta la bandera, con buena parte de los seguidores ataviados con camisetas y sus rostros pintados con los colores de la Roja.
De entrada, todos ellos se quedaron helados cuando Kolo Muani, a los ocho minutos de juego, adelantó a los franceses que con ventaja en el marcador iban a convertirse en un rival aún más duro. El júbilo se desató por contra entre la numerosa afición gala concentrada en Salou, donde durante estos días pasan sus vacaciones numerosos turistas franceses que en un día como el de ayer salieron de sus hoteles para ver a su selección en bares y terrazas.
El Bus Stop, en la Avinguda Andorra, fue uno de los locales donde se dieron cita más ‘bleus’. Todos habían cantado al unísono la marsellesa minutos antes.
Poco les duró la alegría. 13 minutos, el tiempo que tardó Lamine Yamal en conectar la rosca que entró directa a la escuadra de la portería francesa. Un gol que en la Plaça de la Font se celebró por todo lo alto. En pleno corazón de Tarragona la euforia se desbordó por completo con el tanto de Olmo, cuatro minutos después. El gol puso por delante a España, que aguantó por delante hasta el final.