Triunfo al cielo (Nàstic 1-0 Tarazona)
El Nàstic derrota al Tarazona gracias a un solitario gol de Pablo Fernández y le brinda el triunfo a Santi Coch, la leyenda grana fallecida este pasado jueves
El Nàstic sumó su primer triunfo en casa de la temporada en un sábado especial. El día que la tierra le daba el último adiós a Santi Coch, el eterno capitán fallecido este pasado jueves, los granas firmaban un partido notable frente al Tarazona al que derrotaron con un solitario gol de Pablo Fernández. El marcador pudo ser incluso más abultado, pero volvió a faltar mayor mordiente, por poner un pero. Eso sí, el Nàstic ya suma dos triunfos consecutivos y duerme líder, que es una anécdota a estas alturas, pero siempre ayuda.
El Nou Estadi Costa Daurada comenzó el partido con el corazón encogido porque el minuto de silencio para recordar a Santi Coch, el eterno capitán fallecido este pasado jueves, fue demoledor. El silencio a veces lo expresa todo. Desde el cielo, la leyenda grana seguro que aplaudió a ese feudo que le amaba en vida y le sigue amando allá dónde esté porque su legado es eterno. Un legado que es sencillo de entender: defender el escudo del Nàstic contra todo y contra todos.
Cambios en el once
El Nàstic quería brindarle la victoria como mayor homenaje y para eso Dani Vidal planteó un cambio con novedades. Apostó por el 4-4-2, pero con variaciones respecto a las dos primeras jornadas. Situó a Óscar Sanz en el centro de la zaga junto a Unai Dufur y la sala de máquinas la ocuparon Ander Gorostidi y Marc Montalvo. Arriba regresó Antoñín Cortés al once inicial para formar en la doble punta de lanza junto a Pablo Fernández.
Poco tardó en ofrecer todo el sentido del mundo ese movimiento de piezas porque Óscar Sanz con un cambio de juego desde la zaga generó la primera ocasión grana. El balón terminó en la banda izquierda en la que Narro y Oriol montaron una jugada que terminó en un centro que despejó el Tarazona con apuros. Tras esa acción, en el minuto 3 todo el estadio aplaudió en recuerdo de Santi Coch. Otra vez, presente.
El Tarazona no se asustó ante una buena salida grana. Es un equipo maduro, que tiene las ideas claras y que conoce el camino para presentar pelea. Poco a poco fue ganando duelos, incomodando al Nàstic y asomando la cabeza en área rival. De hecho, tuvo la más clara en el inicio con un gran disparo que obligó a Alberto Varo a meter una mano cambiada cuando no se había cumplido todavía la media hora de juego.
Conexión letal de la delantera
22 minutos de juego y la delantera del Nàstic hizo su primera aparición de la temporada. A lo grande. Pablo Fernández y Antoñín Cortés no habían coleccionado tangibles hasta la fecha. Pero todo cambió ante el Tarazona. Una pérdida de Trilles la facturaron los de Dani Vidal. Cortés metió un centro bombeado al segundo palo y el ‘Faro de Candás’ entró desbocado al segundo palo. Con su cabeza de oro machacó a Fuoli, que nada pudo hacer en el primer palo pese a estar bien colocado. El cabezazo de Pablo le dobló las manos. Justícia poética que el gol para Coch lo marcase uno de los veteranos de la plantilla.
El Nàstic estaba completando los mejores minutos ofensivos de la temporada. Fluidez en la salida, dinamismo en tres cuartos y claridad de idea en los metros finales. La tromba de juego casi tuvo premio con la media hora casi cumplida porque una gran jugada coral terminó con un zurdazo desde la frontal de Joan Oriol que provocó una gran parada de Fuoli. Las sensaciones eran inmejorables para un Nàstic que estaba repleto de juego y confianza.
El Nàstic volaba en ataque
La mejor versión del conjunto grana estaba coincidiendo con la de Marc Montalvo. El del Riudoms recordó a ese mediocentro que hace dos temporadas enamoró a la categoría. Un futbolista frío en la toma de decisiones e inteligente y preciso a la hora de mover al equipo con la pelota. Si el lleva el ritmo, la música siempre suena mejor.
Antoñín Cortés tuvo el segundo gol en una jugada que él solo se fabricó. Cazó con mimo un balón del aire dentro del área y al instante se sacó un derechazo al palo corto que Fuoli despejó con apuros. El Nàstic estaba mereciendo el segundo, pero de momento no lo estaba encontrando Tampoco lo hizo en una jugada colectiva de altos vuelos que terminó con Pol Domingo disparando dentro del área y con la defensa del Tarazona achicando agua. Al descanso el 1-0 era corto. El objetivo en la segunda estaba claro. Había que doblar la ventaja porque ese resultado era injusto a la par que peligroso.
La segunda mitad siguió mostrando a un Nàstic fluido, preciso y que rompía al Tarazona cuando iba a buscarle a la base de la jugada. Solo estaba faltando que toda esa precisión se mantuviera en las acciones decisivas. Por una cosa o por otra, la última pincelada no estaba funcionando. A la hora de partido, Jardí evidenció ese pecado en otra buena jugada diseñada por Montalvo. El reusense encontró su tradicional disparo en diagonal, pero se marchó desviado.
Dos goles anulados
Al Nàstic le anularon dos goles en cuestión de segundos por fuera de fuego. El primero de Marc Fernández y el segundo de Álex Jiménez. Curiosamente los dos jugadores que había entrado recientemente para refrescar un frente ofensivo que ya pedía oxígeno. Ambos salieron en detrimento de Narro y Cortés.
Lo que el Nàstic no pudo sentenciar con el ataque quiso hacerlo con la defensa. Con balón, para eso metió a Álex López por Pablo Fernández, y sin él, por eso no dudó en ceder metros para defender más junto y privar de grietas al Tarazona. Además, añadió a Gorka Pérez y Nil Jiménez a la ecuación, en lugar de Jardí y Joan Oriol.
El Tarazona solo metió un susto y fue al final del partido con una volea desde la frontal que paró Varo en dos tiempos con suspense. El Nàstic ganó su segundo partido consecutivo. Al pitar el colegiado miró al cielo. Esta va por ti, Santi.