Al Nàstic 2.0 de Raül Agné ya se le reconoce
Ante el Zaragoza se vio un equipo mucho más asociativo y ofensivo
Cuando acabó la pasada temporada con la decepción de Balaídos, Agné decidió continuar con el objetivo de conseguir el ascenso del que tan cerca se había quedado. Nada más reunirse con el club y con la dirección deportiva que incorporaba a su amigo David Comamala dejó claro que pretendía una revolución a nivel de identidad del equipo. El pasado curso estuvo bien, pero aquel conjunto no jugó tanto de la manera que a él le hubiese gustado. El técnico de Mequinenza terminó apostando por un juego vertical y de pocos riesgos arropándose en los vicios que tenía todavía demasiado interiorizados el equipo de la época de Toni Seligrat.
Por ello desde un primer momento cuando se comenzó a diseñar la buena temporada, Agné pidió sobre todo que los jugadores que llegasen tuviesen buen pie.
Adiós al fútbol vertical para pasar a un juego más asociativo y paciente. Una propuesta más ofensiva y que llenaba más al entrenador del Nàstic. Considera que esa es la que le va a dar el ascenso.
Lo cierto es que la primera parte ante el Zaragoza fue una sorpresa para todos. Por nivel e idea de juego. Nadie esperaba un conjunto grana tan cambiado, aunque se había ido avisando de ello. Desde un primer momento se vio a un equipo paciente con el cuero, que no lo rifaba y que quería ser protagonista en todo momento con el balón.
El primer gol fue la gran prueba de ello. Se inició la jugada desde atrás y se fueron juntando pases de manera precisa. El equipo desplegó una acción ofensiva que parecía ya tener interiorizada. La culminó Álex López tras un centro de Marc Álvarez. Fue una “declaración de intenciones, así lo resumió Raül Agné en la rueda de prensa posterior al partido.
Lo que se ha podido ver es que este Nàstic va a querer mucho más la pelota y que el perfil de jugadores que se han fichado responde perfectamente a ello. La coherencia reina porque el entendimiento entre la dirección deportiva y el cuerpo técnico es absoluta. Lo bueno de tenerlo todo tan claro es que en 10 días ya se ha podido apreciar un cambio de estilo evidente en el conjunto grana y eso no resulta nada sencillo porque todo lleva su tiempo.
Uno de los síntomas más evidentes para apreciar este cambio estuvo en la salida de balón. Allí el Nàstic no fue un equipo que busco el envío largo y la descarga de dos puntas como era habitual el año pasado. Hizo lo contrario, metió un central entre los dos centrales y salió jugando con tres. A ese tipo de salida le llaman la lavolpiana y es un recurso táctico que el año pasado no se vio porque solo se suele utilizar cuando se quiere salir jugando desde atrás.
Uno de los protagonistas de esa primera línea de asociación fue Josema.
El central que ha llegado del Linares demostró que se le fichó porque es un central que da salida natural con su zurda, aporta envergadura y se maneja bien con pelota. Ante el Zaragoza tuvo un fallo tonto que costó el primer gol y provocó el penalti del segundo, pero más allá de estos oscuros, dejó claro que será un central interesante para la nueva idea de juego al ser el defensor con mejor pie. Montalvo también ayudó a esa salida siendo el hombre del medio y repartiendo juego ya una vez superada la presión. El canterano jugó de titular y demostró porque hay tantas esperanzas puestas en él.
Unas bandas renovadas
Las bandas también dejaron signos de cambio tanto en nombre como en propuesta. Marc Álvarez abrió el campo por la izquierda pero jugó con total libertad y Escudero jugó a banda cambiada y se metió mucho por dentro. Eso permitió ver a dos laterales profundos como fueron Carlos Albarrán y Nil Jiménez. La consecuencia de esto es que el Nàstic apunta a ser un equipo que va a centrar más y mejor este año. Ya sea desde los extremos o desde los laterales.
La primera parte es el camino que quiere recorrer el Nàstic. La segunda no porque ahí se vio un equipo ausente y con mucha menos idea, aunque el Zaragoza también tuvo mérito en ello. Las pretemporadas se deben coger con pinzas, pero ha bastado un partido para decir que el cambio de estilo es un hecho.