Aarón baja, Andy sube
El alicantino ha mejorado, mientras que el gallego ha recuperado su peor versión
El ataque del Nàstic está bloqueado. Se generan pocas ocasiones y las que se consiguen, se malversan de más maneras de las que uno pueda imaginar. Palos, disparos desviados, remates directamente al portero... Todo menos depositar el cuero en el fondo de la red. En los últimos seis partidos solamente ha conseguido tres goles.
El técnico Dani Vidal reconoció antes y después de la derrota ante el Real Unión la necesidad de ajustar los últimos metros para convertir las llegadas a zona peligrosa en ocasiones de gol.
Para ello, no es descartable que pueda introducir cambios en el once de cara al enfrentamiento en el Estadio de Las Gaunas ante la UD Logroñés. Dani Vidal ha repetido el mismo equipo en los últimos dos encuentros. Está claro que no ha funcionado como debería. Tampoco ha sido un desastre. En Baleares rindieron una primera parte bastante notable. Mejor que en el Nou Estadi ante el Real Unión.
Aarón Rey es uno de los jugadores más señalados por la afición. El futbolista ha recuperado esa versión exasperante de futbolista individualista y circense. El empeño y la intensidad que ponía hace semanas ha dado paso a malabarismos estériles y balones perdidos.
Su rendimiento ha vuelto a alejarse de las expectativas y se acerca peligrosamente a la línea roja del mínimo exigible para una apuesta futbolística. La intensidad de sus acciones ha caído en picado. Se vacía menos y tampoco es que ello suponga una mejora de su aportación en ataque. Contra el Real Unión desesperó al técnico hasta tal punto que se quedó en el vestuario durante el descanso. Un síntoma de lo poco que estaba gustando su actuación en el verde.
El extremo gallego no puede quejarse de las oportunidades. Nadie ha tenido tantas como él. Ha jugado con los tres entrenadores (Raül Agné, Iñaki Alonso y Dani Vidal), probablemente, más de lo que ha merecido. Mientras otros compañeros trabajaban diariamente para tener una ocasión de saltar al césped, Aarón Rey ha logrado 25 veces la titularidad muchas veces por ese talento que se le presupone, pero que no ha explotado en demasía. Otros partidos sí que ha estado a la altura. De hecho, los primeros encuentros con Dani Vidal en el banquillo del Nou Estadi consiguieron sacar brillo a esa calidad y aderezarla con sacrificio colectivo. Un tiempo casi olvidado.
Todo lo contrario que Andy Escudero. Después de siete partidos sin intervenir, el extremo alicantino tuvo media hora ante el Atlético Baleares para demostrar que no había bajado los brazos. Que estaba listo para ponerse al servicio del equipo. Lo demostró. Aprovechó ese tiempo, porque una semana después, contra el Real Unión, amplió su participación hasta 45 minutos. Sin ser brillante, la actuación de Andy destacó ante los guipuzcoanos. Fue el futbolista más peligroso. De sus botas nació una de las acciones más claras. Un disparo desde el balcón del área que desvió un defensa. Se mostró activo y participando en todas las acciones ofensivas.
En caso de relevo de Aarón, Andy no es la única opción. Maurizio Pochettino y Marc Álvarez también podrían tener la titularidad. El ex del Watford ha tenido apariciones fugaces. Suma solo 154 minutos, pero en todos ellos ha demostrado carácter y no ha desentonado con el equipo. Incluso ha podido marcar, pero el palo le impidió celebrar un tanto en Elda. Entrena con normalidad y nadie puede poner un pero a su disposición al trabajo. Todavía es jugador Sub21 y puede tener cierta progresión en Tarragona.
Marc Álvarez ha ido perdiendo protagonismo en los últimos meses. Su irrupción fue tan bestia que todo lo de ahora parece poco. También necesita minutos para recuperar ese aura que le acompañó en los primeros partidos.
Sea cualquiera el que salta a Las Gaunas debe asumir la importancia del duelo. Él y todos los demás. Al Nàstic le va la vida.