Una crónica dramática de la guerra civil española y un campo de exterminio nazi
La compañía ARA Teatre representa ‘El llarg silenci dels botxins’ el sábado y el domingo en el Teatre el Magatzem de Tarragona
La función esta basada en la novela homónima del escritor gerundense afincado en Tarragona Alfons Cama. «He hecho una adaptación con los mismos personajes, pero con alguna propuesta y escena que no salen en el libro», explica el autor.
El argumento entrelaza dos «historias escondidas»: una originada en la Guerra Civil española y otra en un campo de exterminio nazi. Guiados por una narradora y sin más escenografía que unas sillas y unos taburetes, siete personajes desgranan, a través de monólogos, sus vivencias, sentimientos, miedos y descubrimientos.
«Es un texto reivindicativo partiendo ya de su título: largo porque todavía hay muertos en las cunetas; silencio porque en este país cuesta hablar de lo que pasó por temor a represalias y verdugos... porque aún hay en las administraciones», cuenta Cama.
La obra está dirigida por el chileno Alberto Barruylle. «Es una crónica dramática en blanco y negro. O estás con un bando o estás con otro. Pasa como ahora con la guerra de Ucrania: o apoyas a Putin o a Zelenski», afirma el director.
La trama tiene varios frentes abiertos. Aborda la vida de un trabajador ficticio de una fábrica de corchos en un pueblo de Girona que es explotado laboralmente desde que tenía 8 años por el dueño –asesinado a principios de 1936 junto con otros seis latifundistas–. Y se adentra también en un campo de exterminio nazi en Francia en el que mueren 86 personas y una consigue escapar. «Yo encarno a una joven judía que viaja a Francia para hacer un trabajo sobre la Segunda Guerra Mundial. Y muestro el contraste: mientras allí hablan de lo que pasó, en España se oculta», dice Elena Ferrer, de Els Pallaressos, que debuta como actriz.
La obra comienza en febrero de 1939 y termina en el momento en el que se representa, comenta Barruylle. «Se basa en el principio básico del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, que establece que el teatro es un juicio en el que los espectadores hacen de jurado; y en la afirmación del escritor y dramaturgo sueco August Strindberg de que el actor debe estar en contacto directo con el público en salas con aforos reducidos», apunta.
El llarg silenci dels botxins forma parte del programa de Memòria Democàtica del Ayuntamiento de Tarragona a través de Òmium Tarragonès.